Ecologistas en Acción Córdoba denuncia que «una nueva amenaza se cierne sobre las pequeñas aves residentes o que nos visitan» en la mitad sur de la Península Ibérica y Levante español hasta Tarragona, y esta no es otra que el olivar superintensivo, en seto o de alta densidad. En una nota, explican que esta modalidad de cultivo aparece a finales del pasado siglo con el objetivo de reducir costes. Consiste en la plantación en hilera con una distancia inferior a dos metros entre plantón y plantón, siendo las calles de entre 3,5 a 4 metros de ancho, logrando una densidad de entre 2.000 a 2.500 pies por hectárea.

En el 2015 existían en España 45.000 hectáreas, 21.000 en Andalucía y 100.000 en todo el mundo. Aunque las podas, desbroces, aplicación de herbicidas, insecticidas y otros productos fitosanitarios en la época crítica reproductiva no difieren en gran medida del olivar convencional, «suponiendo la destrucción física de nidos». El problema, indican, radica en la recolección nocturna. «Una cosechadora de aceitunas invierte unas 2 horas por hectárea en la recolección», lo que «implica 6,5 hectáreas en una noche». Y «es que las pequeñas aves sienten predilección por los setos, les aportan mucha seguridad en sus horas de sueño, pero son una trampa mortal durante la recolección cegadas por los focos». Por ello señalan que habría que diseñar un sistema que evite que «las cosechadoras se traguen las aves» y piden que se ponga coto a la recolección nocturna.