Mañana martes tendrá lugar en Lucena la tercera y última subasta pública de Bilore, una empresa emblemática de la época del despegue industrial de la ciudad. La segunda subasta pública de las instalaciones de la factoría local de esta empresa quedó desierta al no presentarse nadie a la misma, lo mismo que a la primera. Como la de mañana, la segunda convocatoria estaba prevista en la notaría de Emilio García Peña y Joaquín Zejalbo, con un tipo de licitación de 1.800.000 euros, al igual que ocurrió con la primera, por 2.400.000 euros.

Ahora está prevista una tercera subasta para mañana, día 26 de febrero, con el 60% de la cantidad establecida inicialmente, es decir, 1.440.00 euros. La adjudicación y transmisión se hará libre de cargas, gravámenes y arrendamientos, salvo afecciones fiscales a favor del adjudicatario, quien asume todos los gastos e impuestos inherentes a la transmisión, incluidas las plusvalías.

También serán por cuenta del adquiriente todos los gastos de derribo y transporte, clasificación y retirada de materiales tóxicos, descontaminación y otros que pudieran producirse, conforme a lo dispuesto en el plan de liquidación aprobado judicialmente. Los bienes que se subastan son una parcela con una superficie de 29.963,13 metros cuadrados que linda con el polígono de La Viñuela y El Cascajar.

En caso de no presentarse nadie a la tercera subasta, los liquidadores podrían quedarse con las instalaciones, que podrían venderse por lotes, una posibilidad que exponían algunos de los antiguos trabajadores de esta empresa, pionera en el despegue industrial de la localidad.

Las instalaciones de Bilore llevan cerradas desde hace más de una década y algunos de sus antiguos trabajadores mostraron interés en retomar la actividad. Estiman que Bilore nunca debió de cerrar sus puertas en Lucena, dado que esta empresa de detergentes contaba con una importante cuota de mercado y una gran red de distribución.