Osnabrück, con unos 170.000 habitantes, es la tercera ciudad en importancia del estado de Baja Sajonia, en Alemania. Allí vive, desde principios de este mes de septiembre, el cordobés Antonio Francisco Rísquez Arce, si bien ya son dos años los que lleva en Alemania.

Antonio ha vivido primero en Öhringen, al sur del país, a donde llegó a través del programa de Profesores Visitantes del Ministerio de Educación. "Ese programa, que ya no existe, duraba dos años --explica el cordobés--, así que, previendo que no iba a haber oposiciones de profesores en España, el segundo año me puse a buscar trabajo aquí en Alemania y encontré el programa de profesores de español en Baja Sajonia, lo solicité y me admitieron".

En Osnabrück, Antonio tiene una jornada laboral "muy parecida a la de un profesor español", señala. Da clases hasta mediodía y después de comer tiene el resto del día libre. "Por las tardes salgo por ahí, me preparo las clases del día siguiente, hago deporte... En fin, una vida bastante parecida a lo que haría en Córdoba".

Eso sí, los fines de semana Antonio aprovecha para viajar y conocer el país. "Como acabo de llegar a Osnabrück, todavía conozco a poca gente, así que muchas veces voy a ver a amigos que vivien en otras ciudades cerca, como Hannover".

En cualquier caso, Osnabrück es una ciudad universitaria --con más de 10.000 estudiantes--, por lo que siempre hay actividades culturales o lugares para divertirse. "Todos los fines de semana hay algo. Mi primer fin de semana aquí --recuerda Antonio-- hubo una fiesta en una colina cercana, el sábado siguiente fue la Kulturnacht, algo parecido a las noches en blanco que hay por toda Europa, en octubre habrá un festival de cine independiente..."

Así las cosas, a este cordobés no le está costando adaptarse a Osnabrück. "Muchísimo menos de lo que me costó adaptarme a Öhringen por dos razones --señala--. Una que esta es la cuarta ciudad alemana en la que vivo, pues antes estuve en Berlín, con una beca Erasmus, y en Moers, como auxiliar de conversación; y la otra es que el ritmo de vida en Osnabrück se parece mucho más al de una ciudad como Córdoba, que el de Öhringen, que era una ciudad muchísimo más pequeña, casi un pueblo".

Al principio, a la familia de Antonio "no le hizo mucha gracia" que este tuviese que marcharse al extranjero, "pero saben lo difícil que es encontrar un trabajo de profesor ahora mismo en España, y en más aún en Andalucía y en Córdoba en particular --comenta el joven--; así que al final mis padres incluso me animaron a buscar trabajo fuera".

EMIGRANTES

Es curioso que también los padres de Antonio, en su momento, tuvieron que dejar su localidad de origen para buscarse una vida mejor. "Ninguno de mis padres es de Córdoba capital, ellos también tuvieron que hacer las maletas y marcharse", explica Antonio, que añade: "Hace cuarenta y cinco años Conquista y Montilla estaban mucho más lejos de Córdoba de lo que hoy día puede estar Osnabrück".