Los burros de Adebo pastan felices en la Sierra de Rute, ajenos a los recortes que han provocado el cierre de la Casa del Burro. Pascual Rovira, exdirector de la institución, se encarga de proporcionarles alimento. "Aunque no hayan llegado los 25.000 euros de la aportación anual de la Diputación y el Ayuntamiento, los 50 animales están perfectamente cuidados gracias a las aportaciones de los simpatizantes y sobre todo a mis ahorros y préstamos de amigos", confiesa Rovira. Primero fue Adebo (Asociación para la Defensa del Burro) y tras su repercusión mediática y su atractivo turístico vino la Casa del Burro, una fundación creada en 1999, en la que participan la Diputación y el Ayuntamiento de Rute, con el fin de respaldar la labor conservacionista y cultural y potenciar las visitas. En 1989 Pascual creó esta asociación con el rescate de los primeros jumentos. "Fueron 4 burros que un tratante llevaba al matadero y que costaron 100.000 pesetas, después vino Bermejo, el burro más viejo de Rute", recuerda. Así nació Adebo, adonde llegarían más y más burros, hasta 150. Animales "que habían dado su vida acarreando sacos de aceitunas, de picón, de cal y que la mecanización del campo los había convertido en un estorbo y en una especie en peligro de extinción", resume Rovira.

Una asociación así, "quijotesca y romántica", como algunos la han calificado, despertó pronto el interés de escritores y artistas. Adebo creó la distinción Arriero de Honor y el primero en recibirla fue Rafael Alberti. Hace años The Wall Street Journal le dedicó un artículo titulado El caballero de Rute . Por su reserva han pasado medios de comunicación de todo el mundo. Ministros como Loyola de Palacio y Carmen Calvo han apoyado "nuestra causa borriquera"; periodistas como Raúl del Pozo o Carlos Herrera son Arrieros de Honor; escritores como Antonio Gala o los Nobel Cela y Saramago se han unido a la causa. Músicos como Medina Azahara, Amparanoia, Las Ketchup han cantado a los burritos. Y la nobleza y la realeza también han estado en Rute, como la baronesa Thyssen o la reina doña Sofía. Esto no ha impedido el carácter reivindicativo de Adebo. "Nuestros burros se han manifestado por el 0,7 de los presupuestos para causas humanitarias, contra la guerra de Irak, hemos homenajeado a Lorca y Miguel Hernández", resalta Rovira.

El proyecto de la Casa del Burro está tocado por la crisis, pero Rovira confía en la salvación. En 2008 falleció en Canarias una rica simpatizante de Adebo y de la defensa animal, que legó su patrimonio, dinero y bienes inmuebles, valorados hace cuatro años en unos 9 millones de euros, a tres proyectos conservacionistas. La herencia se repartirá entre la Asociación Nacional de Defensa de los Animales, la conservación del lince ibérico en Doñana y Adebo. Unos albaceas la administrarán y los herederos solo podrán disponer al año de un 5% del importe para gastos corrientes. Según Pascual Rovira esta herencia llegará este año.