El titular del juzgado de lo Penal número dos de Córdoba ha absuelto a un hombre del delito de imprudencia con resultado de muerte que se le imputaba al no quedar probado que él fuera el conductor del coche en el que murió su primo tras sufrir un accidente en Ochavillo.

Según la sentencia, los hechos ocurrieron sobre las 4.30 del 21 de enero del 2003, cuando el acusado, J.A.R.V., y un primo suyo circulaban en un vehículo Peugeot. Como consecuencia de una pérdida de control, el automóvil se salió de la vía, resultando fallecido el primo y "sin que conste quién de los dos conducía". El acusado, para el que el fiscal pedía tres años de prisión, aseguró en el juicio que ambos iban bebidos.

La sentencia señala que "carecemos de una prueba directa que acredite quién era la persona que conducía" el vehículo en el momento del accidente, recordando que el acusado negó en el juicio que fuera él y que los agentes de la Guardia Civil llegaron al lugar cuando este ya había sido evacuado en ambulancia, encontrado el cuerpo del fallecido fuera del coche al haber salido despedido por no llevar el cinturón de seguridad.

De otro lado, la sentencia recuerda que la acusación "deduce" que el acusado era quien conducía en base a que la sangre que se recogió junto al reposabrazos y en la puerta del conductor pertenecen a J.A.R.V., a que este era el propietario del vehículo y a que la víctima carecía de permiso de conducir, pero señala el fallo que "estos datos acreditados son insuficientes para afirmar que era el acusado la persona que conducía".

En la sentencia se afirma que el lugar en el que se encontraron las manchas de sangre "en modo alguno es indicativo de que el acusado ocupara el puesto de conductor". Es más, el juez señala que dada la violencia del golpe y que el coche dio varias vueltas, "cualquier versión resultaría verosímil" en relación a la persona que conducía".