Cerca de 700 personas han pasado en tan sólo dos meses --octubre y noviembre-- por el Centro de Atención Básica al Inmigrante. Según explicó la mediadora María Camacho durante las pasadas Jornadas Locales sobre el Inmigración, celebradas este fin de semana, el centro permanecerá abierto a lo largo de seis meses, tres más que el año pasado, y cuenta en su nueva ubicación, en una zona industrial cercana al casco urbano, "con un espacio mucho más amplio, con más duchas y servicios y un aspecto más social y humano". Camacho indicó que, junto a los servicios de ropero, lavandería y aseo personal, que ya se venían prestando el pasado año, "el centro cuenta con un salón social con televisión y juegos de mesa, además de una zona infantil en la que los niños pueden jugar mientras los padres están en el centro".

Además, también se imparten clases de español de siete y media a ocho y media de la tarde y se lleva a cabo un plan de comidas diarias para casos especiales, que utilizan alrededor de 30 personas con escasos recursos cada noche en un bar cercano.

Otro aspecto novedoso se refiere a la procedencia de los usuarios del centro. Así, si en el 2005 la mayoría de las personas procedían de Rumanía, este año se trata en su mayoría de inmigrantes de nacionalidad búlgara, una población que se ha triplicado en número. La edad media de los inmigrantes que este año ha llegado hasta el centro es de 38 años frente a los 25-30 años de las personas que se acercaron hasta el centro el pasado año. En cuanto al sexo, si el año pasado el 75% de las personas que acudieron al centro eran varones, en esta ocasión la cifra desciende hasta el 56%.