Misionero en Ucrania

Pedro Zafra, cura cordobés: «Tenía miedo, pero decidí volver a Kiev»

El vicario contará su experiencia vital en la parroquia de la Esperanza de Córdoba

El sacerdote cordobés, Pedro Zafra, lleva más de diez años en Kiev (Ucrania).

El sacerdote cordobés, Pedro Zafra, lleva más de diez años en Kiev (Ucrania). / ÁLVARO TEJERO

Cristina Ramírez

Cristina Ramírez

El sacerdote cordobés, Pedro Zafra, lleva más de diez años en Kiev (Ucrania). Es vicario en la parroquia de la Asunción de la Virgen María y tras una década siendo testigo de la «precariedad» de un país en guerra ha vuelto unos días a España para trasladar su testimonio a la población de la mano de Ayuda a la Iglesia necesitada. El lunes, a las 20.00 horas contará como ha vivido estos años de terror en la parroquia de la Esperanza de Córdoba.

Aunque reconoce que «la vida ha vuelto un poco a su cauce» en la capital ucraniana, asegura que «el país vive con miedo y la población está cansada psicológicamente» pues, explica, la guerra a la que se enfrentan no estalló en 2022 sino que sus inicios se remontan a 2014. «Hay muchas familias separadas, las madres huyeron con los hijos y a los maridos no les dejan salir del país» porque tienen que luchar en la guerra, reseña el presbítero, quien recuerda que en Ucrania --también fuera del frente-- los ciudadanos viven con miedo. «Suenan constantemente las alarmas antimisiles», lo que hace que se viva en una constante incertidumbre de «no saber qué va a pasar en el futuro», relata el religioso.

Dos años de guerra

Zafra cuenta que tras la invasión Rusa --cuando el miedo era mucho más acusado y todo apuntaba a la conquista de Kiev-- se encontraba a 700 kilómetros de la capital y no dudó en continuar su misión en Ucrania. «Dios me dio las fuerzas, interiormente tenía miedo, pero decidí volver a Kiev» relata el sacerdote cordobés, quien considera que «fue una llamada a la misión» y que «el señor nos abrió el camino». En ese momento la parroquia de la Asunción de Kiev dio cobijo a 35 feligreses necesitados. Desde allí, Pedro Zafra repartía ropa, comida y productos de primera necesidad llegados de España y Europa. «Mucha gente se acercó a Dios a través de esta situación», señala el párroco que valora, a pesar del sufrimiento, que «se formó una comunión dentro de la comunidad parroquial».

Ahora la ayuda es diferente, la solidaridad se ha desvanecido y no hay tanta necesidad, según indica. «Ayudamos a nivel de sacramentos» y «servicio pastoral», aclara Zafra. No obstante, el sacerdote pide ayuda con «la oración» para que acabe esta «precariedad» y recuerda que las asociaciones siguen ayudando a las distintas misiones. 

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