Educación | Barrios desfavorecidos

Palmeras y Moreras, ante el reto de un nuevo modelo escolar

El fracaso educativo y la falta de alumnos son los principales problemas de la comunidad

Los vecinos rechazan el cierre de tres colegios para unificarlos en uno solo y creen que hay población

Dos deportistas pasan delante del colegio Alfonso Churruca, en la barriada de Las Palmeras.

Dos deportistas pasan delante del colegio Alfonso Churruca, en la barriada de Las Palmeras. / A.J. GONZÁLEZ

Rafael Verdú

Rafael Verdú

Los dos barrios más desfavorecidos social y económicamente en la ciudad, Palmeras y Moreras, afrontan desde este mismo año una reforma del modelo educativo que, según la Junta de Andalucía, está pensado para «mejorar en todos los aspectos». Los cambios no son del agrado de todo el mundo puesto que, entre otras cosas, supondrá el cierre definitivo de varios colegios en una operación que la Consejería de Educación prefieren calificar de «integración».

La comunidad educativa de Palmeras y Moreras se enfrenta a varios problemas que han motivado esta reestructuración. El primero de ellos es la reducción de la población escolar, que resulta muy escasa como para que compense mantener abiertos los tres centros actuales de Palmeras (Pedagogo García Navarro, Duque de Rivas y Alfonso Churruca) y el único de Moreras (Antonio Gala). Según los datos oficiales de la Junta de Andalucía, hay 79 alumnos en total en los tres colegios de Palmeras con 30 profesores a su disposición; en Moreras no se da tanto ese problema, ya que su centro de referencia tiene 153 alumnos y hay otros 35 en la escuela infantil Margaritas.

Fusión de centros

Esta situación no es nueva y, según la Junta de Andalucía, hay constancia de que se empezó a analizar allá por el año 2011. Ahora los tres colegios de Palmeras se fusionarán en uno solo ante la escasez de alumnos. El superviviente de este proceso será el Pedagogo García Navarro, que llevará el nombre que la comunidad educativa de la zona elija en su momento.

El CEIP Pedagogo García Navarro será el único centro superviviente en la zona tras la integración.

El CEIP Pedagogo García Navarro será el único centro superviviente en la zona tras la integración. / A.J. GONZÁLEZ

Los vecinos lo ven de otra manera y creen que no se debería cerrar ningún centro escolar público. El presidente de la asociación Unión y Esperanza de Las Palmeras, Luis Maya, apunta que en el barrio «hay infinidad de niños; la pirámide de población es al contrario que en cualquier otro sitio».

La estadística le da la razón. El censo oficial publicado por el Ayuntamiento recoge que en Palmeras viven más de 2.100 personas; casi 500 son niños en edad escolar (de 3 a 16 años). Lo que llama la atención poderosamente la atención es que de toda esa población joven sólo 67 estén los colegios del barrio. Entonces, ¿dónde están todos los demás?

Aspecto actual del colegio Duque de Rivas.

Aspecto actual del colegio Duque de Rivas. / A.J. GONZÁLEZ

La respuesta es sencilla: en otros barrios. Para Luis Maya, la explicación está en que «a lo largo de los años los padres y madres se los han ido llevando a otros colegios. Eso sucede en otros sitios y no ha habido forma de que la delegación fomente y potencie la escolarización en los colegios de las Palmeras». Que, por otro lado, están en perfecto estado. El portavoz vecinal pone como ejemplo el gimnasio del Duque de Rivas, «una joya que si Córdoba la conociera se echaría las manos a la cabeza». Otro factor determinante a la hora de plantear la reforma educativa es más discutido y discutible. Se trata del fracaso escolar, que la Junta considera que es una realidad. Hay un «fracaso escolar absoluto y falta de integración social», apuntan desde la Delegación de Educación. Por ello, «trabajamos para erradicarlo, mejorar la integración y procurar un futuro mejor».

No tanto fracaso

Sin embargo, la asociación vecinal Unión y Esperanza tiene otra idea. No niega el fracaso escolar o el abandono temprano, pero su portavoz Luis Maya sostiene que «es menos de lo que se dice» y que «cada vez hay más niños que acceden a la Universidad. El fracaso escolar existe, pero hay que tener en cuenta que las familias requieren unos recursos básicos, como es comer. Cuando los jóvenes tienen cierta edad y pueden ayudar en la casa lo hacen con un trabajo. Hay muchos jóvenes que trabajan y estudian».

Entrada al colegio Antonio Gala, en Moreras.

Entrada al colegio Antonio Gala, en Moreras. / A.J. GONZÁLEZ

Una cuarta parte de los habitantes de Palmeras no tienen ningunos estudios completados, y de ellos un centenar ni siquiera saben leer y escribir (de nuevo según la estadística publicada por el Ayuntamiento). Son porcentajes muy alejados de la realidad social en la mayoría de la ciudad.

Así las cosas, los planes de la Junta de Andalucía pasan por contar con un solo colegio integrado en Palmeras, con una mayor oferta de profesores que se concretará en 19 docentes para nueve unidades en total. Educación asegura que un centro de estas características contaría con 13 maestros. Pero además, la Consejería ha prometido que la zona tendrá por fin con un instituto propio a medio plazo: será el actual colegio Alfonso Churruca. Pero los vecinos tampoco se fían de las promesas.

La demanda en Infantil se desploma en cuatro cursos

Uno de los problemas de Moreras y Palmeras es la escasez de niños para cubrir todas las plazas, especialmente en el segundo de los barrios. La tendencia además se va acentuando con el tiempo ya que hay años en los que no se ha llegado a matricular ni un solo niño de Infantil en alguno de los centros afectados por la reforma decretada por la Consejería de Educación de la Junta. 

Según los datos oficiales facilitados por Educación, en el curso escolar 2020-2021 en los tres colegios de Palmeras se ofertaron 20 plazas para Infantil de 3 años, de las que se cubrieron 19. En el Antonio Gala se llenaron las ocho plazas, pero en la escuela infantil Margaritas sólo se cubrieron la mitad de los 25 pupitres. 

Palmeras ha tenido desde entonces una tendencia a la baja. En 2021-2022 la Junta matriculó a 8 niños y ofertó 11 plazas; al año siguiente, sólo se cubrieron 5 de las 15 previstas. Y en el curso actual se ha llegado a ocho matrículas de infantil para 21 plazas. En el Antonio Gala, por el contrario, la demanda ha ido creciendo y en este ejercicio se han cubierto 17 de las 25 plazas contempladas. 

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