REPORTAJE

Desigualdad sin paliativos

El último informe del Observatorio de Desigualdad de Andalucía advierte de la correlación entre paro, pobreza, falta de estudios y mortalidad 

Moreras, Palmeras y Guadalquivir resultan los barrios más vulnerables

Universidad de Loyola entrevista a dos investigadoras Mari Carmen López y Ana Hernández investigación sobre la mortalidad en barrios pobres

Universidad de Loyola entrevista a dos investigadoras Mari Carmen López y Ana Hernández investigación sobre la mortalidad en barrios pobres / MANUEL MURILLO

Manuel Á. Larrea

Manuel Á. Larrea

En Córdoba, apenas un par de calles separan a un barrio marcado por la pobreza más aguda de uno que reúne algunas de las mayores rentas de la capital. La calle Poeta Emilio Prados conduce a una de las realidades más crudas de la ciudad: desigualdad sin paliativos. Que se muestra a simple vista en el barrio de Moreras. Cuando dejas atrás las impolutas viviendas de la Arruzafilla y el Tablero bajo, en dirección al centro, te topas de frente con un barrio que se vive hacia dentro, entre un armazón carcelario surgido en las décadas de los 60 y los 70 para acoger a familias desfavorecidas.

Para las investigadoras Ana Hernández y María del Carmen López, del departamento de Economía de la Universidad Loyola, es el ejemplo de la desigualdad que existe en Córdoba más difícil de ocultar. Es una de las peculiaridades de este barrio. Está ahí, entre el centro y las zonas más ricas. «Lo de Palmeras no afecta porque está ahí, lo de Moreras molesta más porque está en medio», subrayan.

Moreras y los barrios de Palmeras y Guadalquivir, que figuran en la lista de los 15 más pobres de España son, de Córdoba, los que muestran la mayor tasa de mortalidad en relación a la media andaluza. A ellos, aunque en menor medida, se suman Fray Albino, Sector Sur y parte de la Fuensanta. Todos, además, tienen otros factores en común: bajas rentas, bajo nivel de formación y altas tasas de desempleo. El quinto Informe del Observatorio de Desigualdad de Andalucía, en el que han participado las dos profesoras de Economía de la Universidad Loyola, muestra una clara correlación entre esas dificultades económicas y el nivel de mortalidad.

Paro y bajas rentas

Los datos resultan claros. Las rentas medias anuales oscilan entre los más de 80.000 euros y los menos de 15.000. A un lado, los barrios de la Sierra (Camping, El Patriarca o El Brillante) y nuevas zonas residenciales (Arruzafilla, San Rafael de la Albaida o Mirabueno). De media, los cordobeses cuentan con una renta anual de 31.000 euros. Por encima, se encuentran también barrios en torno al centro comercial (por encima de 50.000 euros) y el entorno del centro administrativo, como Vallellano, Vista Alegre, Poniente y Arroyo del Moro (sobre 45.000 euros). Barrios como Sector Sur, Fray Albino y parte de la Fuensanta se sitúan por debajo de los 20.000 euros. En el extremo, los tres más pobres casi ni llegan a los 15.000 euros anuales. 

Esos bajos ingresos y patrimonios, coinciden con una tasa de paro que en las zonas más desfavorecidas, así como en Electromecánicas, Valdeolleros, El Arenal, Parque Figueroa y algunas zonas del casco histórico, supera el 30%. Mientras que, de media, en la capital se sitúa en el 25%, el octavo más alto de España.

Ana Hernández tiene claro que el ascensor social «no está funcionando, ni en Córdoba ni en ningún sitio en España». Para la investigadora, ni siquiera se llega a «pegar ese salto hacia la primera planta que te permite ya poder estar en un nivel, por lo menos, en el que te puedes empujar un poquito más hacia arriba». Y eso se refleja, claramente, en los barrios más empobrecidos de Córdoba. En ese sentido, María del Carmen López también apunta a un estigma que adquiere más peso en zonas como Palmeras. «Hay recelo. Ese recelo que ellos perciben hace que te aísles», considera la profesora. Y prosigue diciendo: «Si tú desde el principio a una persona no le das oportunidades o ella no ve que tiene esas oportunidades…» Antes de acabar, Hernández completa sus palabras: «¿Para qué vas a estudiar, si no vas a salir de donde estás?»

¿Educación de calidad?

«Hay un problema», dice Hernández. «Es noticia que alguien que vive en Palmeras haya terminada un grado universitario. De vez en cuando aparece esa noticia en los periódicos, porque es una excepción», lamenta. A las investigadores encargadas de realizar el análisis de Córdoba les consta que se están haciendo «muchos esfuerzos en tema de escolarización». Pero se preguntan si realmente existe una educación de calidad en los barrios más desfavorecidos. «Habitualmente se mide la tasa de matriculación, pero no se dice cuántos de esos niños terminan sus estudios», zanja Hernández.

«No sé qué es lo primero, esto es como el huevo y la gallina, pero desde luego que la falta de formación es uno de los factores», subraya la profesora de Loyola al hablar sobre el empobrecimiento de los barrios. Los datos son claros: un 46% de los cordobeses que residen en la capital han superado estudios superiores. En los barrios de altas rentas, ese porcentaje supera el 55%. En el otro extremo, ni siquiera llega al 25%. La zona sur, sureste y el Parque Figueroa son las que tienen un menor índice de graduados en estudios superiores.

La voluntad política...

Ana Hernández recuerda que «el tema de los barrios vulnerables es una cuestión que en Córdoba se lleva trabajando mucho tiempo». Este nuevo informe vincula los factores socioeconómicos anteriormente mencionados con la tasa de mortalidad, arrojando luz sobre su correlación. «La primera cuestión es conocer la realidad para ver qué tipo de medidas puedes tomar para corregir esa realidad», dice López.

En esa corrección, «influyen muchas cuestiones, pero lo que es evidente es que tú tienes que atajar un problema». Sin embargo, las investigadoras lamentan que «esto llega a los cajones, y ya está». Para tomar acción, ambas tienen claro que se necesita algo: «Voluntad política». 

El informe advierte que las propias construcciones fomentan la exclusión y el aislamiento

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Para comprender la raíz del problema de los barrios pobres de Córdoba, las investigadoras apuntan al origen de esas edificaciones. Explica María del Carmen López que «son barrios que se crean para acoger a una población vulnerable, lo que pasa es que eso se prolonga en el tiempo». Hoy lo que tienes, apostilla, es una situación «cronificada». 

En las décadas de los 60 y 70, precisan en el informe, con la aprobación del PGOU de 1958, la capital inicia un importante «movimiento desarrollista» que lleva a la creación de nuevos barrios entre los existentes (Electromecánicas, Parque Cruz Conde, Ciudad Jardín, Cañero, Fray Albino y la Sierra) y el centro. En esos años, surgen, además, barrios sociales como Palmeras y Moreras para acoger a familias desfavorecidas. En los 80, lo haría el Guadalquivir. En los últimos 30 años, el soterramiento de las vías y la liberalización del suelo ha impulsado el levantamiento de nuevos barrios residenciales, «acentuando la desigualdad socioeconómica y los problemas de convivencia».

El análisis hace especial hincapié en el urbanismo. Un factor nada ajeno a la ristra que hace que, a día de hoy, Córdoba tenga algunos de los barrios más pobres de España. Coincide que en Moreras, Palmeras y el Guadalquivir, las construcciones tienen características similares: altura reducida, estructura carcelaria y plazas o patios interiores. Cualidades que fomentan el aislamiento y crea focos de exclusión social, advierte el informe. Las propias investigadoras hacen hincapié en ese aislamiento y apuntan a otras barreras naturales, como el río que separa al Sector Sur del resto de la ciudad o la distancia de 3,5 kilómetros entre el núcleo urbano y Palmeras.

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