Educación

Los centros escolares piden apoyo de las familias para frenar el acceso temprano a la pornografía

Los profesores reclaman que los padres controlen los móviles de sus hijos, entre otras medidas

Una menor sostiene un móvil.

Una menor sostiene un móvil. / CÓRDOBA

Rafael Verdú

Rafael Verdú

La enseñanza sexual se imparte en los centros escolares desde hace años, y lo hace de manera transversal, tratándola en asignaturas tan dispares como Biología o Filosofía. Desde los primeros cursos de Primaria hasta la Secundaria, los alumnos tratan temas que hasta no hace mucho eran tabú, con el apoyo de orientadores, psicólogos profesores y enfermeras. 

Ahora el reto está en cómo hacer frente a la facilidad de acceso a la pornografía a través de móviles y tablets, que cada vez se hace a edades más tempranas. ¿Es posible ponerle puertas al campo? El Gobierno central cree que sí y por eso trabaja en una ley que obligue de algún modo a certificar la edad de acceso a los portales de sexo, más allá de un simple botón que diga «soy mayor de 18 años». Pero hay otras formas tal como explican algunos de los agentes y representantes del mundo educativo consultados por este medio. 

Asadipre

Rafael Luque, presidente de la Asociación Andaluza de Directores y Directoras de Centros de Infantil, Primaria y Residencias Escolares en Córdoba (Asadipre), explica que hace falta una mayor implicación de las familias. En su opinión, «el problema es que cada vez se emplean más los móviles por parte del alumno y hay poco control de las familias» aunque apenas hay casos detectados de acceso a portales pornográficos desde las aulas. 

Por ello, Luque explica que «el control por parte de las familias y los padres es fundamental. La familia tiene que volver a tener más control sobre los alumnos y sus hijos, que limiten el uso de los terminales. Existen muchas app para controlar estos accesos y aplicar restricciones, pero hay que saber utilizarlos».

Adian

En Secundaria ocurre tres cuartos de lo mismo, si bien estos alumnos de edades más avanzadas tratan otros temas relacionados con la sexualidad, como las enfermedades de transmisión sexual. Antonio Erencia, presidente de la Asociación de Directores de Institutos de Andalucía en Córdoba (Adian), incide en que «las familias forman una parte fundamental en la educación sexual. Después cada uno estará en su trabajo y sus preocupaciones, de modo que no sé hasta qué puntos somos conscientes de la herramienta que tenemos en casa con el móvil, que es un pequeño ordenador que abre el mundo para todo, lo bueno y lo malo». 

Para este director de instituto, «todo lo que sea sumar y transmitir valores positivos y responsabilidad tenemos que hacerlo con un esfuerzo de todos: administraciones, los centros educativos y las familias».  

Erencia recuerda que la Consejería de Educación ya ha prohibido el uso de los móviles en las aulas escolares, lo que ha tenido un impacto positivo. Y tiene un mensaje optimista: «Ahora les estamos transmitiendo a los chavales el mensaje correcto. Hay que usar los medios técnicos con responsabilidad, sabiendo lo que estamos usando. Las medidas que se pongan para controlar el acceso a la pornografía las veo bien».

Junta de personal docente

Por último, la presidenta de la junta de personal docente no universitario, Carmen Espejo, aclara que los centros educativos, en todas sus etapas, no se centran exclusivamente en la sexualidad sino también en el componente afectivo de las relaciones personales. Normalmente no es solo educación sexual sino afectivo-sexual. En centros de Secundaria puede haber orientación médica para conocer las enfermedades de transmisión sexual», asegura. 

Servicio de Orientación Educativa

Inmaculada Nieto, jefa del Servicio de Ordenación Educativa de la delegación de Educación en Córdoba, pone el acento en la peligrosidad de un acceso tan temprano a la pornografía como se da en la actualidad. Según explica, los niños cada vez acceden antes a aplicaciones, videojuegos o dibujos animados de pornografía. Están accediendo a edades tempranas y por eso queremos trabajar con los responsables de los planes educativos esta temática. Cada vez más temprano les están distorsionando a los menores la realidad, con patrones de violencia. Esto da una imagen de agresividad» en las relaciones sexuales y entre parejas, apunta.

El riesgo de un acceso tan temprano a la pornografía es muy elevado y a veces puede revelar el sufrimiento de abusos sexuales. Ya se ha detectado algún caso así, apunta Nieto: «En Infantil nos ha pasado alguna vez, al detectar conductas sexualizadas en niños muy pequeños. A veces detrás hay abusos sexuales. Cuando eso ocurre contactamos con la asociación Adima, que tiene técnicos que trabajan e intervienen con los menores que son víctimas a nivel de prevención».

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