JORNADA DE CONVIVENCIA

Los Amigos de la Cruz Blanca celebran la solidaridad con Córdoba

La asociación ofrece su tradicional perol de migas y reúne a instituciones, familias, voluntarios y usuarios

La casa de los Franciscanos atiende a más de 60 personas con discapacidad y a 14 mujeres víctimas de trata y sus hijos

Pilar Cobos

Pilar Cobos

La Asociación de Amigos de la Cruz Blanca de Córdoba ha vuelto a ofrecer este domingo su tradicional perol de migas en una jornada de convivencia que ha reunido, en la casa familiar de los Franciscanos, a representantes institucionales, trabajadores, voluntarios, usuarios y familias.

Como cada año, el colectivo ha celebrado su evento próximo a las fiestas navideñas para visualizar y poner en valor el trabajo que esta congregación realiza con personas con discapacidad. En la actualidad, atiende a más de 60 usuarios en sus dos residencias (una de ellas, para gravemente afectados) y en el centro de día ocupacional. Además, en su piso residen 14 mujeres víctimas de trata, algunas de ellas con sus hijos.

El presidente de la asociación, Miguel Ángel Caracuel, ha afirmado que en esta jornada "la sociedad y las instituciones vienen a estar un día más y a mostrar su solidaridad". En esta línea, ha explicado que el principal apoyo que necesitan las personas con discapacidad "es el humano. Que se sepa que están ahí, que existe otro mundo y otras necesidades. Respeto y apoyo para reconocerlos en el amplio sentido de su situación", comenta.

Miguel Ángel Caracuel sirve migas este domingo, acompañado por José Antonio Nieto, Adolfo Molina, Francisco de Paula Sánchez Zamorano y Salvador Fuentes.

Miguel Ángel Caracuel sirve migas este domingo, acompañado por José Antonio Nieto, Adolfo Molina, Francisco de Paula Sánchez Zamorano y Salvador Fuentes. / A.J. González

En torno a él, compañeros y amigos han disfrutado de un almuerzo con buen ambiente, donde el sol también ha acompañado. Entre los presentes se han encontrado representantes institucionales fieles a esta cita como el presidente del Parlamento de Andalucía, Jesús Aguirre, quien ha comentado que "las migas están buenísimas" y, ya en un tono más serio, ha elogiado que "esto es un trabajo del año entero". "Una de las esencias de Córdoba es la solidaridad, que se manifiesta aquí", ha comentado.

Del mismo modo, el consejero de Justicia, José Antonio Nieto, ha calificado como "impresionante" la labor de los hermanos de la Cruz Blanca y de su asociación de amigos. En su opinión, con este trabajo ponen de manifiesto que "poder compartir con estos chavales el día a día no es un problema, sino una oportunidad".

El presidente de la Diputación provincial, Salvador Fuentes, ha indicado, asimismo, que "su labor es impagable" y ha admitido que "es bueno visualizar lo que hacen durante todo el año". De su parte, el delegado de Turismo en el Ayuntamiento de Córdoba, Daniel García-Ibarrola, ha asegurado que "admiro su labor" y ha abundado en que este "es un día especial para ellos y para nosotros".  

Junto a ellos, han disfrutado de las migas, entre otros, el presidente de la Audiencia provincial de Córdoba, Francisco de Paula Sánchez Zamorano; el secretario coordinador de Justicia, José Antonio Guerra; el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Adolfo Molina; el gerente de la Universidad de Córdoba, Eulalio Fernández; el ex rector de la UCO José Manuel Roldán; el vicepresidente primero de la Diputación, Andrés Lorite; la portavoz del grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Córdoba, Paula Badanelli, y el coronel de la Guardia Civil Emilio Muñoz.

Potenciar el voluntariado

El hermano superior de la casa, José Miguel Díaz, ha detallado que su actividad se centra en intentar extraer el potencial de los usuarios, asistirlos y ser parte de su familia. Respecto a la evolución, señala que el número de personas atendidas se ha incrementado con el centro de día, donde todavía quedan algunas plazas libres.

José Miguel Díaz ha recordado que la congregación de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca comenzó su actividad en Tánger con voluntarios. "Nuestro fundador, el hermano Isidoro, empezó con personas voluntarias que se fueron uniendo a él". En este sentido, afirma que "el voluntariado siempre es necesario y estamos intentando potenciar y visibilizar más la figura, que es imprescindible", destaca. "Cualquier persona es bien recibida en nuestra casa", ha añadido. 

El perol de migas ha contado este domingo con la asistencia de antiguas voluntarias, que ya no pueden colaborar por tener una edad avanzada, pero se mantienen en contacto con la congregación. Por su parte, la trabajadora Magdalena Ibarra ha señalado que "esto es una casa familiar, hoy vengo con mis niños. Es una alegría para todos y si no, no estaríamos aquí".

En cuanto a las familias de los usuarios, Inés García también ha asistido a la jornada de convivencia y ha explicado que una hermana suya reside en la casa desde hace, aproximadamente, un mes. "Lo poco que conozco de la casa es extraordinario. Son todo palabras buenas", ha subrayado. Por último, María Roldán, socia de los Amigos de la Cruz Blanca, ha aplaudido la "gran labor" de Miguel Ángel Caracuel.