ENTREVISTA | Juana Martín Diseñadora de moda

«Soy inconformista, quiero siempre trabajar mejor y hacer mejor las cosas»

La diseñadora de moda Juana Martín muestra a la cámara una de sus últimas creaciones. | CÓRDOBA

La diseñadora de moda Juana Martín muestra a la cámara una de sus últimas creaciones. | CÓRDOBA / noelia santos

Noelia Santos

Noelia Santos

Juana Martín ya ha hecho historia, pero para ella no es suficiente. Ha sido la primera mujer española en participar en la alta costura de París y solo la han precedido Balenciaga y Paco Rabanne. Se declara inconformista consigo misma y los retos que tiene por delante no dejan de brotar. Acaba de llegar de Nueva York y en pocos días vuelve a París y se estrena un ballet flamenco en el que ha participado diseñando el vestuario. Los viajes constantes no le hacen perder la conexión con su tierra, Córdoba, que tiene mucho de inspiradora, pero también alberga lo más importante de su vida: su familia. Hablamos con ella entre la vorágine de trabajo que apenas le deja dormir o comer y en su lugar de siempre, en el número 1 de Don Rodrigo, desde donde reparte alta costura cordobesa para el mundo entero.

Ya han pasado cinco meses de la presentación de ‘Orígenes’ en París, ¿le dura aún la resaca emocional?

La resaca emocional, el estrés y la responsabilidad de entrar en una rueda muy complicada. París conlleva unos requisitos mucho más complicados de lo que podamos tener en cualquier pasarela española. No nos hemos recuperado porque no es solamente hacer París en enero. También he hecho colección de novias y moda flamenca, todas las ferias y romerías que en Andalucía tenemos y, gracias a Dios, este año hemos tenido una total normalidad con un boom de gente queriendo disfrutar y nosotros estamos dispuestos a que la gente disfrute al máximo. No hemos parado. Ahora nos encontramos preparando París para el día 6 de julio.

¿Qué supone para una diseñadora desfilar en la Semana de la Alta Costura de París? ¿Siente que ya lo ha conseguido todo o todavía le quedan muchas por hacer?

Yo a mí misma me pongo muchos retos y en este desfile tenemos que conseguir todavía más. Trabajamos muchísimo y lo hacemos más fuera que en Córdoba. Los retos son siempre superarse. Hay siempre una continua inconformidad conmigo misma por querer trabajar mejor y hacer mejor las cosas. A lo mejor es una pena porque no disfruto de los éxitos conseguidos. No es ambición, es inconformidad, ser inconformista y querer hacerlo mejor. Es decir siempre «para la próxima lo hago mejor», y entras en una dinámica bastante complicada.

A pesar de trabajar más fuera que dentro de Córdoba, la ciudad parece estar presente siempre en sus colecciones. Dicen algunos artistas que solo se escribe de lo que se sabe y lo que se siente, ¿ocurre lo mismo en la moda?

El ADN de la marca es evidente, son mis raíces, mis orígenes y mis vivencias, los sitios en los que he nacido y en los que he vivido. Por ejemplo, Orígenes se basaba en Málaga porque todas las vacaciones de mi infancia las he pasado allí. Suponía evocar la niñez en esa colección de primavera-verano y sigo trabajando con Málaga. Ahora hemos hecho un trabajo maravilloso en Nueva York y volvemos a estar en París. Con esto potenciamos la moda andaluza, nuestras tradiciones y nuestros artesanos. A veces, la gente se olvida de que tenemos artesanos y yo soy muy de trabajar con los míos, con Rafa Maqueda en estilismo, Menchu Benítez en peluquería, Vivascarrión son mis sombreros de confianza o Pinsapo. Es gente que cree en Juana, ve dónde estamos situados y, lógicamente, hay una proyección importantísima. Es muy importante el valor que se da a toda esa gente de Andalucía que pega el salto.

«París conlleva unos requisitos mucho más complicados que otras pasarelas»

El ADN cordobés y andaluz no está solo, por lo tanto, en el diseño, sino también en el trabajo manual. ¿Es complicado salirse de Córdoba a la hora de diseñar o todo está bañado de esto que la rodea aquí en pleno barrio de San Pedro?

Cuando sales de un núcleo muy cerrado y vas fuera es cuando ves cómo se abre un mundo. Los que viajamos mucho y estamos con mucha gente de fuera nos nutrimos de todo eso. Tenemos conversaciones con gente de todo el mundo, de Estados Unidos, México, con gente árabe, india... Ese mundo se abre tantísimo que te da la oportunidad de nutrirte de muchas otras cosas. Córdoba es donde vivo, donde tengo a mi familia y a mi hijo. Salgo, pero a dormir a casa. Al final estoy 36 horas en Nueva York trabajando con jet lag, pero yo vuelvo a mi casa.

¿Renunciaría a su trabajo si tuviera que hacerlo fuera de Córdoba de forma constante?

Ahora mismo valoro muchísimo más estar con mi hijo y disfrutar de mi familia y me pego unos palizones muy grandes de días sin dormir, trabajar, aviones a última hora... Mi niño ha cumplido cuatro años y me necesita y estoy con él. A mí siempre me ha movido mucho mi familia, donde esté mi familia estaré yo, aunque eso no quita que viaje todas las semanas.

Quedan pocos días para que se estrene el ballet flamenco ‘Ángeles y Demonios’. ¿Qué ha supuesto este trabajo?

Es una obra muy especial. Patricia y Lucho [coreografía e idea y guion] vinieron a verme y se estrena el día 2, no puedo estar porque, precisamente, estoy en París. Es una obra flamenca contemporánea con un mensaje de esperanza y fuerza, de que te agarres a lo que más te guste y te apasione para superar una enfermedad. Muchas veces vamos tan deprisa en la vida que no valoramos las cosas normales como puede ser ir con la familia a la piscina. Muchas veces tenemos que pararnos a pensar, y Ángeles y Demonios viene de una enfermedad muy mala como es el cáncer y de cómo una persona supera todo eso porque le apasiona el baile.

¿Cómo se refleja todo esto en los diseños que hace para la obra?

Yo hago los ángeles, una cosa inerte que cobra vida en el escenario, ángeles que llegan y ayudan al enfermo a seguir. Están adaptando muy bien toda la danza contemporánea con el vestuario. Ellos querían un vestuario de haute couture, que es muy complicado de adaptar al baile, sobre todo al flamenco. Ha quedado muy audiovisual, muy especial.

Por delante tiene el estreno del ballet, París, acaba de llegar de Nueva York... ¿Cómo se consigue compaginar todo eso con la vida personal?

Trabajando mucho, no durmiendo e incluso no comiendo. Es cuestión de sacrificio. Me apasiona mi trabajo, pero vivo por y para mi familia.

Volviendo a Córdoba, ha llevado por bandera siempre el sombrero cordobés. ¿Llegará el momento en que este complemento se incorpore a la vida diaria como lo estaba antes?

El sombrero cordobés lo llevamos sacando nosotros en París desde el principio. Yo lo llevo puesto siempre y es una imagen de lo que soy. Ahora se ha puesto muy de moda y todo el mundo lo lleva, pero a nivel internacional yo lo he llevado siempre. Y ahora la alta costura es un trampolín a nivel mundial donde la gente lo capta. Ven que no solo es para ir a la feria, sino que te lo puedes poner en el día a día.

¿Y cree que lo incorporarán los cordobeses en su día a día?

Los cordobeses somos muy especiales y como tal lo vivimos. No somos nuestros, no tenemos esa pasión por lo nuestro. Yo voy a llevar el sombrero, al final, en mi caso, el sombrero estará conmigo.

Córdoba ha aportado grandes diseñadores al mundo de la moda, la imagen que se le viene a todo el mundo de quien abrió camino fue Elio Berhanyer, ¿fue un referente?

Elio fue un referente en el mundo de la moda. Cuando en Francia la alta costura era alta costura, Elio iba con un descapotable increíble. Elio ha sido de los diseñadores más espectaculares de la época dorada, era uno de los más grandes, ha sido maestro entre maestros y creo que Córdoba no ha reconocido realmente lo que él era.

¿Cómo empezó su idilio con el mundo de la moda?

Desde muy chiquita. Mis padres eran vendedores ambulantes y tenían talleres propios y, al final, lo llevas en la sangre. Yo quería dar un paso más y tenía esa inquietud que me ha llevado hasta aquí.

«Los cordobeses no somos nuestros, no tenemos esa pasión por lo nuestro»

Parece un mundo reservado para muy pocos y no solo puede ser cuestión de trabajo.

Ahora es muy fácil ser diseñador porque todo el mundo lo puede ser, pero ser diseñador es mucho más. El diseño es un trabajo constante. Una vez me hicieron una entrevista y me preguntaron: «¿Por qué tú, Juana?», y yo dije: «¿Por qué no puedo ser yo?». Estamos hablando de la Cámara Sindical de la Moda de la Alta Costura de Francia. No creo que ellos sean tontos a la hora de escoger al diseñador, cuántos diseñadores habrán llamado a sus puertas y les han dicho que no, incluso con mucho dinero. Lógicamente, lo que mueve eso son los grandes conglomerados del mundo de la moda, uno de los más importantes, Louis Vuitton. La mayoría de las firmas que desfilan en la alta costura son de Louis Vuitton como Chanel, Dior, Fendi... El mundo de la moda lo mueve eso. Ellos pueden permitirse tener una ciudad entera para promocionarse o montar una Yayoi Kusama gigante en París, eso no lo puedo hacer yo, lo hacen los que mueven el mundo, competir con eso es muy duro.

Pero ahí ha estado usted.

Estoy ahí, todavía no me he ido. Muchas veces, en España la gente no le da importancia que tiene y se piensa que es fácil, pero es muy difícil. Después de Balenciaga y Paco Rabanne no hay más nadie de España que haya conseguido estar en la Federación Francesa de la Alta Costura. Y mujer, la única.

¿Ha cambiado mucho el mundo de la moda desde que usted empezó?

Hoy el mundo de la moda se puede mover de muchas formas, cuando yo empecé no había redes sociales. El estar ahí sin redes sociales, plataformas, influencers... Ahora es mucho más fácil y todo se mueve con dinero. Es difícil que una actriz de Hollywood te llame para que le dejes un traje porque ella cobra por vestirse. Las influencers de España, por ejemplo, su trabajo es cobrar por vestirse de ciertos diseñadores. A mí me llaman de Francia y me dicen que quiere venir fulana de tal, que está en Estados Unidos y cobra tanto por llevar el traje. Si quiere venir que venga, si no, que no venga. En mi vida he pagado a nadie para que se vista.

De Córdoba parecen brotar grandes talentos. Estaba Elio, está usted, Palomo Spain está consiguiendo cosas importantes también.

Palomo ha creado historia, ha creado algo diferente, ha abierto una puerta que, aunque existiera antes, la ha hecho visible. Ha creado algo que estaba dormido, ha sido valiente y ha lanzado algo en lo que creía.

Por todo lo que cuenta, el mundo de la moda es muy sacrificado.

El mundo de la moda es muy gratificante, pero a la vez es muy canalla y muy desagradecido. Puedes estar trabajando 25 años y luego todos somos iguales, y no es que sea yo más que nadie, pero al diseñador se le tiene que valorar por su trabajo, el recorrido y la historia, por lo que ha dejado en los libros. Al final dejas algo para que otros beban de ahí, para mí, por ejemplo, esa fuente de la que beber fue Balenciaga. El diseñador que crea historia se queda en la historia. Luego están los diseñadores que hacen moda, pero que no son mitos.

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