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CORDOBESES DEL AÑOMARÍA JOSÉ POLO GÓMEZCatedrática de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Córdoba

«Las restricciones irán creciendo si no reducimos el consumo de agua»

«Las restricciones irán creciendo si no reducimos el consumo de agua»FRANCISCO GONZALEZ

La catedrática de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Córdoba y de la Unidad de Excelencia María de Maetzu, la cordobesa María José Polo Gómez, también profesora desde 1998 de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes (Etsiam), va a recibir uno de los premios Cordobeses del Año 2022, que concede Diario CÓRDOBA, en la categoría de Valores Sociales.

María José Polo es la segunda catedrática de Ingeniería Hidráulica de España y la primera persona de este país en conseguir el Premio Internacional de Hidrología. La también vicerrectora de Política Científica de la Universidad de Córdoba dirige en la UCO el grupo de investigación de Dinámica Fluvial e Hidrología, centrado en el estudio de los procesos hidrológicos en cuencas mediterráneas y la dinámica de la nieve en el contexto de procesos hidráulicos e hidrológicos en la montaña mediterránea. Esta catedrática acabó sus estudios de Ingeniería Agrónoma en Córdoba en 1992 con el segundo premio nacional, realizó su tesis doctoral en el Ifapay en 1997 obtuvo sendos premios de doctorado. 

La catedrática de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Córdoba, María José Polo.

¿Cómo compagina un vicerrectorado de tanta relevancia, como es la política científica, con su puesto de catedrática?

Se compagina como se puede, teniendo cuenta que ahora me encuentro más dedicada al vicerrectorado, cuyo primer año siempre implica más trabajo. Aun así saco tiempo para mi función como catedrática e investigadora.  

¿Cuál es la situación de la docencia en la Universidad de Córdoba en la actualidad?

La docencia en la Universidad de Córdoba posee una calidad reconocida. Recibe unos resultados muy positivos en las encuestas de estudiantes y la empleabilidad de los egresados es también buena. Aunque siempre hay aspectos que mejorar y en los que avanzar, para que, por ejemplo, el tamaño de los grupos sea el adecuado. Estamos condicionados por la financiación del Gobierno andaluz y, por otro lado, existe un esfuerzo por mejorar la especialización desde el sector empresarial. Además, cada vez más se trabaja en la capacitación y formación del profesorado. Por su parte, las titulaciones se van actualizando según las necesidades de cada tiempo. Cuando se ponen en marcha unas titulaciones, si luego cuando están funcionando se ve algo que corregir, contamos con recursos para ello en los procesos de verificación de nuevos títulos. La UCO es una institución viva en este sentido.

¿Qué papel estima que juega la investigación en la Universidad de Córdoba?

La investigación es desde su inicio una seña de identidad de la Universidad de Córdoba. Se puede comparar en criterios de excelencia investigadora con grandes universidades nacionales y mundiales, en base al número de créditos y alumnos. Cuando la UCO se crea coincide que había una generación numerosa de profesionales que había salido al extranjero a mejorar su formación y la Universidad se creó con ese ímpetu. La UCO es la primera universidad andaluza en número de tesis, dirigidas por personal de plantilla, y la tasa de éxito en categorías competitivas de investigación suele compararse con Granada, Málaga y Sevilla que, según las áreas, pueden ser las universidades mayoritarias. Tenemos investigadores compitiendo en niveles muy destacados. El Plan Propio de Investigación de la UCO siempre va a más y hemos sido pioneros en la estabilización de programas de talento. Realmente nada es gratis y, si la investigación es marca de la UCO, es porque dispone de buenos investigadores y porque los equipos de gobierno han cuidado este tema. Tenemos un volumen de proyectos de investigación que, en relación con el personal existente, nos lleva agotados de trabajo. 

«La investigación es desde su inicio una seña de identidad de la Universidad de Córdoba»

¿Cómo está afectando la escasez de agua a Córdoba y qué soluciones a corto plazo puede aportar la UCO en este ámbito?

La situación de escasez de agua es dramática. Se une la sequía estructural y cíclica, condicionada por el lugar en el que vivimos, y a que no hemos sido eficientes en el control de consumo, a pesar de que se dispone de más infraestructuras hidráulicas con respecto a sequías pasadas. Afrontamos una sequía que se debe a cómo es el clima y cómo ha sido en los últimos años y también existe escasez en los embalses, porque se está produciendo mucha demanda de agua. ¿Soluciones ante esto? No podemos conseguir que llueva más, pero sí podemos bajar el consumo. Ya se están produciendo en parte de nuestra provincia restricciones de agua para el consumo humano. La situación de restricciones irá creciendo si no reducimos el consumo de agua de cara al futuro. Tenemos a los catedráticos de la UCO Julio Berbel y Emilio Camacho en el Comité de Expertos de Andalucía para la Sequía y no es un problema fácil de resolver, ya que Córdoba tiene una economía que se basa en regadíos intensivos y hay que empezar a plantearse cierta remodelación del sistema. Habrá que impedir que los cultivos tradicionales sigan transformándose en cultivos que necesitan mucha agua. El consumo total de agua en todas las cuencas agrícolas se ha incrementado demasiado desde los años 50 y, por eso, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) apuesta por esa reducción del regadío.

«Hay que trabajar ya para la próxima sequía, porque la que tenemos ya está aquí»

¿Cómo se encuentran los acuíferos de la provincia?

Están en la misma situación, al igual que los embalses que están bajos. El 80% del agua va a la agricultura. El agua que se almacena en embalses no fluye en la misma cantidad en los ríos y no humedece el suelo como antes. Como se ha pasado de riego en superficie a riego localizado, no da lugar a recargar los acuíferos, acuíferos que cuentan con un agua de calidad pobre y que están sobreexplotados, porque se acumulan muchos recursos del suelo en un contexto en el que la temperatura global media está aumentando. No sólo es que no llueva es que no hay reservas y los acuíferos están esquilmados. Además, lo que llueve no lo vamos a apreciar hasta que se recarguen embalses y acuíferos. A corto plazo, poco podemos hacer cuando hay esta escasez. Hay que trabajar ya para la próxima sequía, porque la que tenemos está ya aquí, para que la población pueda tener agua para beber y para que se reparta este recurso equitativamente. Por difícil que pueda ser la solución política, incluso aunque lloviera, se debe dejar ahora un periodo de tiempo para que los acuíferos se recarguen y se debe seguir controlando el consumo todo lo que se pueda, porque debe haber un periodo para que los sistemas hídricos se recuperen, al igual que los caladeros de pesca se tienen que recuperar.

La catedrática de Ingeniería HIdráulica de la UCO, María José Polo.

¿Se debería restringir el consumo de agua a la población en general, que ahora mismo no tiene ninguna limitación, para guardar agua que pueda hacer falta en próximos años?

La situación de sequía actual, que se puede comparar con la de 1994 y 1995, impulsó la puesta en marcha de más embalses, pero como ha ido creciendo el consumo, pues estamos igual de mal de reservas que en aquellos años. Sin embargo, desde los años 70 a ahora se ha reducido mucho el consumo de agua por persona. La mayoría de ciudadanos está concienciada, pero donde se tiene que producir el mayor ahorro es en el regadío.

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