La soprano cordobesa Carmen Blanco, una de las grandes figuras de la ópera, ha fallecido este sábado. Nacida en La Rambla hace 92 años, Carmen Blanco se formó en la Escuela Superior de Canto de Madrid, ciudad en la que destacó al formar parte del Coro Nacional. Posteriormente, fue profesora del Conservatorio de Córdoba y solita en multitud de conciertos por la geografía española y en el extranjero.

Tras toda una vida sobre los escenarios, Carmen Blanco, en una entrevista publicada por este periódico en el año 2011, confesó que no solo cantó para grandes públicos, sino que también lo hizo "formando parte de tres o cuatro corales a la vez y sin ver un céntimo, en auditorios compuestos por personas con deficiencias físicas o psíquicas. Carmen Blanco, un prodigio de la música, no perdía la "emoción pasmosa" al ver cómo esas personas apreciaban su trabajo.

Su arte, que no podrán disfrutar las generaciones futuras, ya que apenas ha grabado casi nada, se compuso de los pequeños y grandes momentos ante esos públicos tan diversos. En esa entrevista, Blanco confesaba que le bastaba con "disfrutar del momento".

Entre sus momentos estelares, según ella misma explicó, estaba su experiencia con Alfredo Kraus, quien era "grande, recto y sencillo a la vez". "En dos ocasiones asistí a sus lecciones magistrales en Madrid y Sevilla. Y aunque parezca inmodesta, te voy a contar una anécdota: canté un aria de Puccini, de Turandot , y cuando terminé todos me aplaudieron --cosa que no entraba en la norma sino que el maestro diera su opinión--", dijo en aquella charla con este periódico.