Diario Córdoba

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la ciudad, a vista de pantallas

Todo bajo control

Descubrimos el ‘Gran Hermano’ de la Policía Local, Aucorsa y Emacsa

Así funciona el centro de control de la movilidad de Córdoba

Así funciona el centro de control de la movilidad de Córdoba A.J.González

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Así funciona el centro de control de la movilidad de Córdoba Irina Marzo

Apartir del año 2000, el Ayuntamiento de Córdoba inició un proceso de modernización e informatización de procesos que hasta entonces se hacían de una manera mucho más rudimentaria, cuando no presencial. La vigilancia del tráfico, por ejemplo, solo podía apoyarse en los agentes repartidos físicamente en la calle o los que se desplazaban al lugar donde se producía un accidente pertrechados como mucho con un sistema de radio para comunicar a la centralita los incidentes.

Se dio un salto cualitativo en la medida en que se fueron digitalizando todos los procesos que afectaban a la circulación -el control de los semáforos, por ejemplo- y en la medida en que la tecnología lo hizo posible.

Los cambios, además, no cesan. Actualmente, el cerebro informático de la Policía Local de Córdoba está en periodo de modernización y espera incluir nuevas pantallas que permitirán una mejor percepción panorámica de situaciones conflictivas del tráfico, vías especialmente saturadas o cruces semafóricos complicados. Además, se incorporarán estaciones medidoras de la calidad del aire en la ciudad para poder distribuir el tráfico en función de las necesidades de la vía o si los parámetros de emisiones de gas o partículas son superiores a los recomendados. Se trata de adaptar la circulación de Córdoba a leyes como la de Cambio Climático y Transición Energética, que obliga a las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes a establecer Zonas de Bajas Emisiones urbanas (ZBE).

Empresas municipales como Aucorsa o Emacsa también ha ido adaptando sus sistemas informáticos a las novedades normativas y a las nuevas exigencias de la ciudad que necesita tener todo bajo control.

Policía Local: los ojos del tráfico: cámaras repartidas por la ciudad

Un jefe de sala, dos operarios y un técnico del observatorio de movilidad vigilan a diario la circulación de las principales vías de la ciudad y el acceso a las llamadas zonas de tráfico restringido o zonas Acire gracias a la treintena de cámaras repartidas por toda la ciudad. Además de estas, el centro de control recibe la señal de 11 cámaras instaladas en los alrededores de la Mezquita-Catedral, las de los carriles bus y otras 11 situadas en los accesos a Córdoba. El cerebro informático de la Policía Local analiza todas esas señales de manera simultánea y las proyecta en las pantallas gigantes.  

La sala de control de la Policía Local en Córdoba, que analiza en directo las imágenes que envían esas cámaras, empezó a funcionar en el año 2003 y desde entonces presta servicio desde las 7 de la mañana hasta las 11 de la noche los 365 días del año. Está ubicada en la comisaría de Policía Local de la avenida de los Custodios. 

Sala de control de trafico y movilidad de la Policía Local A.J. GONZÁLEZ

Antonio Ruz, responsable de la sala, explica que las principales funciones son el control de los 140 cruces semafóricos de la ciudad para dar «una mayor fluidez» y en caso de atasco, «redirigir la circulación» y la entrada a las zonas Acire. 

El Ayuntamiento inició este verano, y espera concluir en diciembre, una modernización del sistema operativo que incluye la incorporación de 10 nuevas pantallas en la sala de control. Con ellas, entre otras cosas, se podrá tener un efecto video world (todas las pantallas se fusionan en una sola imagen) para ver determinados hechos, un accidente, por ejemplo, con todo lujo de detalles. Está pendiente, además, que se monitoricen las zonas azules de aparcamiento para poder informar a tiempo real a los conductores de cuántas plazas libres hay en cada zona. Además se van a instalar nuevas estaciones meteorológicas en Córdoba que ofrecen datos sobre la calidad del aire en cada momento. En función de esos datos podrá redirigirse el tráfico a otras zonas con menos saturación. 

Aucorsa: un seguimiento exhaustivo de las líneas y los autobuses

Desde la sala de control de Aucorsa se hace un seguimiento exhaustivo de todos los autobuses que permite reaccionar ante problemas en el tráfico, incidencias o averías de la propia flota o necesidad de refuerzo de una determinada línea. El equipo de inspectores que trabaja en esta sala, 13 que se distribuyen en turnos de dos, empieza a funcionar a las 5 de la mañana, antes incluso que los autobuses, para planificar la jornada. 

Sala de gestión y control telemático telecontrol de Aucorsa. A.J. GONZÁLEZ

La gerente de la empresa, Ana Tamayo, explica que en esta sala están en funcionamiento dos sistemas independientes: por un lado, el sistema de control de la flota o localización de autobuses (SAE), que observa los horarios y las frecuencias de los vehículos gracias a los sistemas de localización que tienen cada uno de los vehículos; y el sistema de ticketing, que se implantó en 2013 y que permite fiscalizar el billetaje. Ambos sistemas actúan de manera integrada y permiten saber hasta el número de personas que suben en cada parada. 

La sala de control de Aucorsa es el cerebro diario de la empresa municipal de autobuses, el lugar desde donde se puede controlar y gestionar en directo la planificación que se ha hecho sobre el papel: gestiones de los retrasos, diferencias horarias o refuerzos en ruta. «Si ahora pinchamos en una línea cualquiera el sistema te dice en qué parada están los autobuses, a qué distancia está el siguiente o cuando tardará en llegar a cabecera, que queda reflejado con un cambio de color en la pantalla», comenta. Además los conductores tienen orden de comunicar a esta sala cualquier tipo de incidencia, desde una avería mecánica, hasta una pelea que se produzca en el interior del coche o un accidente.  

Este sistema de localización de Aucorsa funciona desde el año 2002, pero se ha ido mejorando tecnológicamente durante este tiempo con la incorporación de los nuevos billetes, las pantallas de las paradas o la información que vía móvil la empresa ofrece al usuario. 

Emacsa: un sistema para mantener a raya las fugas de agua

La empresa pública de agua de Córdoba, Emacsa, cuenta con un sistema de monitorización propio, que se ha ido perfeccionado desde su puesta en marcha hace 14 años y del que presumen los empleados municipales. «Los profesionales que trabajan aquí son auténticos especialistas, unos fieras», asegura Juan Moral, el responsable del departamento de redes que está al frente de este equipo de búsqueda de fugas compuesto por 62 personas.  

El centro de control de Emacsa está ubicado en la estación de tratamiento de agua potable Villa Azul y está vigilado continuamente por dos operarios y un encargado en cada turno. 24 horas al día y 365 días al año. Para trabajar en este departamento la empresa facilita a los empleados formación continua por ser la suya «una actividad muy singular» y especializada. 

Gracias a este sistema operativo, Emacsa presume de tener un índice de averías en la ciudad muy bajo (el índice de fugas está un tercio por debajo de la media de España y permite que dos tercios de las averías se localicen antes de que el ciudadano las perciba).

Sala de gestión y control telemático telecontrol de Emacsa. A.J. GONZÁLEZ

El control de las averías solo es posible gracias a los cientos de sensores repartidos por la red de abastecimiento que monitorizan caudales y controlan distintos parámetros de calidad. Dichos sensores son dispositivos electrónicos que se insertan en las tuberías y que, en contacto con el agua, miden su caudal y la presión. Además, hay medidores de calidad que son unas sondas de similares características a los sensores y que también ofrecen datos de interés. 

Hace unos años, Emacsa solo contaba con tres puntos de medición de la presión y el caudal en toda la ciudad. Actualmente son 150 los establecidos en toda la red. «Lo más destacable es que todo lo hacemos con recursos propios frente a otras empresas de aguas que externalizan este servicio», comenta Moral.  

La información facilitada por las sondas y los sensores llega por vía informática a un software central que lo traduce en información valiosa para los operarios con esquemas, gráficos y datos. «Si por ejemplo el agua se desvía de su valor normal o tiene una mayor turbidez nos hace ver que a lo mejor hay una fuga en esa zona», explica. El sistema permite tener una visión en tiempo real de lo que pasa en la red y les permite operar con la máxima rapidez. 

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