Diario Córdoba

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CRÓNICA POLÍTICA

¿Seré yo, maestro, seré yo?

Juanma Moreno se marca un ‘ayuso’ y abre la caja de los truenos fiscales en España | En casa hubo pleno, una reflexión sobre el transfuguismo y un debate del caso Infraestructuras cuya instrucción se amplía hasta mayo del 2023

David Dorado, concejal no adscrito, en su nueva ubicación en el pleno. Chencho Martínez

Andalucía ha sido el foco político esta semana a cuenta del ayuso que se marcó el lunes Juanma Moreno con el anuncio de la supresión del impuesto de Patrimonio, que dice no tendrá repercusión en la recaudación porque producirá un incremento de contribuyentes por IRPF y otros impuestos. El presidente andaluz remató la faena haciéndole ojitos a los empresarios catalanes y recordándoles que Andalucía es «su tierra» con el consiguiente enfado del auditorio independiente.  

El PSOE celebró el regalo argumental brindado por el PP-A (quizá, el primero realmente bueno que le da en meses y que les ha permitido dejar de hablar del indulto) con un aluvión de críticas a Moreno y a su «fiscalidad para ricos», que beneficia apenas a un «0,2% de la población». Es decir, a usted no. 

En esta concatenación de hechos, de trazo contable más bien grueso, el Gobierno de Pedro Sánchez no quiso quedarse atrás en la semana del ahorro y anunció el jueves un «impuesto para ricos» que gravará a las grandes fortunas, que son, en definición de la ministra Montero, «personas millonarias, que no superan el 1% de la ciudadanía». Es decir, usted tampoco. 

En Córdoba, aunque seguimos sin aprobar las ordenanzas municipales del 2023 (y según denunció el PSOE, cerrando centros cívicos), también hemos sacado esta semana la calculadora. 

El alcalde, José María Bellido, sucumbió a la moda del reclamo fiscal y prometió nuevas exenciones del impuesto de plusvalías, que hasta ahora se limitaban en Córdoba al primer grado de consanguineidad, y que ahora también podrán beneficiar a tíos y sobrinos. Olvidó el alcalde decir que las bonificaciones anunciadas se aprobarán solo si logra pescar votos en otros caladeros, porque su nueva realidad aritmética (13 concejales del gobierno y 16 de la oposición) le ha dejado la flota pelada de barcos. De momento, Vox dice que no. De hecho, en el pleno exigió vía moción a PP y Cs que cumpliesen la rebaja de impuestos que firmaron en 2019. Aunque alguna vez han sacado pecho de este acuerdo, ahora los de Santiago Abascal (de Macarena Olona ya no) dicen que no es más que papel mojado

Al final no se aprobó ni la moción de Vox sobre este asunto, ni la enmienda que presentaron PP y Cs, ya que aunque David Dorado, concejal no adscrito, aseguró que a partir de ahora votará «en conciencia», en realidad quiso decir que votará todo lo contrario que vote José María Bellido o, en su defecto, lo que más daño le haga.

En Córdoba el alcalde también sucumbió a la moda del anuncio fiscal pero le faltan votos

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La sesión del jueves, la verdad, fue un poco loca (ahora comparece el alcalde, ahora no; ahora pedimos que comparezca, ahora no), demasiado larga (comenzaron a las 10.00 y los micrófonos se apagaron a las 20.00 horas) e incluyó en la escaleta momentos de auténtico surrealismo, piropos a la prensa y hasta una reflexión jurídico-política sobre el transfuguismo.  

El caso Infraestructuras monopolizó buena parte de la jornada y amenaza con aguarle la fiesta de fin de curso al gobierno (entre otras cosas porque el juez de la primera causa ha ampliado hasta mayo del 2023 el plazo para la instrucción de la misma, sin descartar aumentar el elenco de investigados). Nos vamos a cansar de escuchar los argumentos de unos, que tratan de extender la mancha de la duda y, anulado ya Dorado, subir un escalón y pedir un trofeo de caza mayor; y de los otros, que recuerdan que solo hay imputados técnicos, que ya se han depurado responsabilidades (les ha costado un concejal) y que no se pongan quisquillosos que empezamos a sacar facturas.  

Si en vez del salón de plenos fuera aquello la Paramount Comedy, después de que el concejal no adscrito preguntara cariacontecido en el turno de ruegos: «¿Soy yo un tránsfuga?», se hubiera escuchado pronunciado con retintín como en ese chiste en el que Jesús en la última cena responde a Judas con sorna: «¿Seré yo, maestro, seré yo?».

Acabo destacando el premio que Asaja ha concedido al rey emérito por «su apoyo al mundo rural». Ver para creer.

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