Diario Córdoba

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TESTIMONIO

Empleada de hogar de Córdoba: «Hemos vivido con el miedo a no tener ni derecho a paro»

Empleada del hogar.

Rocío tiene 37 años y lleva casi veinte trabajando en la misma casa como empleada de hogar. Asegura que no tiene queja con sus empleadores, que le propusieron contratarla desde el primer momento y han pagado desde entonces sus cotizaciones a la Seguridad Social. «Estoy dada de alta por 40 horas semanales, empecé cobrando 400 y pico euros y ya cobro 650 al mes con dos pagas y un mes de vacaciones», explica. Trabaja de 8.30 a 14.30 horas de lunes a viernes y lo hace para un matrimonio mayor «que me trata como si fuera de la familia». Madre de un hijo menor de edad, ha tenido la ocasión de disponer de cierta flexibilidad cuando por razones familiares ha tenido que llegar tarde o faltar alguna hora aunque nunca se ha visto en la circunstancia de darse de baja. «Afortunadamente, no se ha dado el caso, pero las empleadas de hogar siempre vivimos con el miedo a que por cualquier circunstancia te despidan o te quedes sin trabajo y no tengas ni derecho al paro, a verte de un día para otro con una mano delante y otra detrás».

La madre de Rocío siempre fue trabajadora del campo, pero su última etapa laboral la pasó trabajando en casas particulares. «Cuando tenía 15 años y dije que no quería estudiar, mi madre me dijo que entonces había que trabajar, así que empecé primero cuidando a unos niños y después con esta familia, con la que sigo desde entonces». A día de hoy, se arrepiente de haber abandonado sus estudios, aunque considera que ser empleada de hogar es un trabajo tan digno y respetable como cualquier otro. «El problema es que el salario no es gran cosa», explica.

Ella sale adelante con su sueldo porque vive en casa de sus padres, con lo que no tiene que pagar alquiler o hipoteca, cuenta con la pensión de manutención de su exmarido para su hijo y comparte con sus progenitores los gastos comunes. 

«Ahora que están subiendo tanto los precios, nos apañamos como podemos, pero de momento, no hemos hablado de una subida de salario, como digo estoy muy contenta con ellos, que además son personas muy mayores», destaca.

Nunca ha cobrado ninguna ayuda de ningún tipo. Ni siquiera está inscrita en el INEM, pero tiene aspiraciones de cara al futuro y se está preparando unas oposiciones para trabajar en el ámbito de la sanidad. «Una no sabe lo que puede pasar, me he puesto a estudiar y ya he aprobado el primer examen, cuando era más joven quise ser enfermera, pero me quedé embarazada y no pudo ser, pero aún estoy a tiempo, quiero un futuro mejor para mí y para mi hijo, al que insisto siempre en aprovechar el tiempo y formarse».

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