Diario Córdoba

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SALUD

Cinco cordobeses piden la eutanasia, pero ningún caso ha llegado a término

133 médicos de la provincia se declaran objetores, el 3,6% de los colegiados

La ley de eutanasia entró en vigor en España en junio del 2021. CÓRDOBA

Cinco personas han solicitado en la provincia de Córdoba la ayuda a morir desde junio del 2021, cuando entró en vigor la ley de la eutanasia, hasta julio de este año, según la información facilitada por el portal de transparencia de la Junta de Andalucía. En este tiempo, de las cinco peticiones presentadas, una ha sido denegada por la comisión de garantías y evaluación encargada de dar el visto bueno, dos personas fallecieron durante el proceso, dos han desistido mientras una quinta solicitud se encuentra en curso en este momento por lo que hasta la fecha, ninguna de las peticiones ha llegado a término.

Por otro lado, según la Dirección General de Personal del Servicio Andaluz de Salud, hasta finales de julio del 2002, se han inscrito en el registro de objetores de conciencia a la prestación de ayuda a morir un total de 133 facultativos de Córdoba. La objeción de conciencia no requiere ningún tipo de justificación o argumentación. El propio paciente es quien, llegado el caso, solicita la asistencia de un facultativo, normalmente al médico de Atención Primaria o al especialista referente en la dolencia que le haya llevado a solicitar ayuda para morir . Si el médico es objetor, su caso se deriva a la dirección del centro o al distrito sanitario para ofrecer alternativas al paciente.

Para Eloy Girela, profesor de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Córdoba y presidente de presidente del comité de bioética de Andalucía, «en Córdoba son muy pocos los médicos que se han inscrito en el registro», apenas un 3,6% de los colegiados en activo «cuando se estima que en España un 50% de los médicos son contrarios a la eutanasia». En su opinión, «hay muchos más médicos objetores», pero no se han inscrito «porque aún no se han enfrentado a tener que dar respuesta a ningún caso como médicos responsables».

Según el profesor, a día de hoy sigue sin haber una posición unánime en la Organización Médica Colegial y en los colegiados de Córdoba sobre la eutanasia, aunque «sí hay bastante consenso en cuanto a que el acto eutanásico no se debe considerar un acto médico porque no responde a ninguno de los fines de la medicina: curar, aliviar el dolor y el sufrimiento, prevenir la enfermedad y evitar las muertes prematuras». En este punto, destaca la diferencia entre eutanasia, «cuyo fin último es propiciar la muerte de un paciente», y sedación terminal, «un acto médico en el que se prioriza que el paciente no sufra, para lo cual se aplican dosis elevadas de sedación y opiáceos que colateralmente adelantan la muerte del enfermo». En ambos casos se emplean fármacos parecidos, pero la finalidad es distinta en cada caso. Dicho esto, Girela señala que hay compañeros que se pronuncian a favor de la eutanasia y «no se puede criminalizar a ningún médico que, dentro de la legalidad, la practique por motivos compasivos».

Por su parte, desde el Sindicato de Médicos, José Luis Navas coincide en que una parte importante de los médicos de Córdoba son contrarios a la eutanasia aunque no todos se han inscrito en el registro, en parte, porque trabajan en especialidades donde difícilmente se verán en la tesitura de tener que gestionarla. «Como sindicato, lo que reclamamos es que se respete la objeción de conciencia en todos los casos y que se garantice que el paciente tenga acceso a todas las opciones de Cuidados Paliativos, tanto en el ámbito médico y enfermero como psicólogos, asistentes sociales y demás profesionales que puedan ayudar a reducir la angustia a la que se enfrenta una persona que tiene un padecimiento grave e incurable».

Para Navas, «hay que agotar todas las vías para que nadie se plantee la eutanasia ante la desesperación que puede causarle el miedo al dolor, a la soledad o a convertirse en una carga para la familia por no contar con los apoyos necesarios, toda la sociedad debe implicarse en esto». También destaca que «los cuidados paliativos son absolutamente deficitarios, tanto los hospitalarios como los que se dan a domicilio» porque los profesionales que atienden a estos pacientes «están desbordados». Para el sindicato, «la mejora de los cuidados paliativos reduciría las peticiones de eutanasia».

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