Diario Córdoba

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REPORTAJE

El fuego, una caravana y un piso de alquiler

Enma tiene 4 hijos y un piso que se incendió y no puede rehabilitar / Tras meses en una caravana, viviendo gracias a la solidaridad vecinal, ha alquilado una vivienda con una ayuda de Vimcorsa y ahora busca empleo

Enma Moreno, en el piso de alquiler en el que se acaban de instalar. Manuel Murillo

Enma Moreno se quedó sin vivienda el 13 de octubre del 2021, cuando un incendio la dejó a ella y a su familia en la calle. Recuerda muy bien la fecha y lo que pasó. «Mi hijo quiso secar un pantalón con el secador de pelo y lo metió dentro mientras se duchaba, pero cuando salió del baño, la casa estaba ardiendo, saltó la luz y todo se llenó de humo», explica. Ella, su pareja y sus cuatro hijos de 7, 11, 16 y 19 años vivían en la calle Torremolinos, en un piso que en el 2015 había sido inscrito por fin a su nombre, y al que no ha podido regresar. «No tenía seguro ni tampoco tengo dinero para reparar lo que se quemó», comenta consternada.

Cuando aquello ocurrió, su hija de 16 años estaba embarazada y los ingresos familiares se reducían a 500 euros del Ingreso Mínimo Vital. «Aunque somos seis personas empadronadas, hacen el cálculo según tus ingresos del año anterior y ese año yo había estado trabajando, así que solo me correspondía eso», señala, «pedí que nos alojaran en algún hostal, pero no había nada y tuve que repartir a los niños entre mis hermanas». 

Ella y sus hijos han vivido cinco meses en una caravana en la calle porque no tenían dónde ir

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En Servicios Sociales, le aconsejaron que solicitara una ayuda de alquiler de Vimcorsa, «pero llamé a más de ochenta pisos y nadie me quiso alquilar nada, así que la perdí».  Separada de sus hijos, decidió instalarse en una caravana prestada, aparcada en su calle, donde todos juntos pasaron cinco meses. «Eso fue horrible, pero en mi piso no se podía entrar y no había ninguna alternativa», recuerda. 

Luego le propusieron solicitar una ayuda de Vimcorsa para rehabilitación, pero desistió cuando supo que tenían que aportar el 50% del presupuesto «porque no tengo 6.000 ni 10.000 euros». La lista de asignación de viviendas seguía corriendo sin que la llamaran y entonces supo que al tener una vivienda en propiedad, «aunque esté en ruinas», tampoco tenía derecho a que se le asignara otra. En ese intervalo, su hija dio a luz y su marido fue operado por una lesión.

En situación desesperada, volvió a pedir la ayuda de Vimcorsa y a buscar piso. «Gracias a Dios, esta vez una persona ha dicho que sí y estamos de alquiler desde el día 1 de julio», expone Enma, «nos han concedido la ayuda y ya solo queda que nos la paguen».

Ella, como otros inquilinos, no entienden el sistema del Ayuntamiento, que les obliga a adelantar el dinero al propietario a la espera de que se les abone la ayuda. «Mucha gente no quiere alquilarte porque no cobran la cuota a tiempo, si es una ayuda para familias en situación de emergencia debería ir más rápido», lamenta.

También se queja de que haya pisos de Vimcorsa cerrados y tanta gente en la calle. «En la Acera del Río, me consta que hay más de veinte vacíos, no sé por qué se gastan el dinero en ayudas cuando hay pisos», apostilla. La vivienda que ha alquilado está amueblada, y las cosas que no tenía, desde ropa de cama a cubiertos y demás, las está consiguiendo gracias a la llamada de solidaridad difundida por varios conocidos. «Me han ayudado con lo que ido necesitando en el colegio, en el consejo de distrito y en la asociación Mirada del Sur y estoy muy agradecida». 

Joven y con experiencia laboral como camarera, limpiadora, dependienta y educadora social en el barrio, su meta es conseguir un puesto de trabajo. «Eso es lo que quiero desde primera hora, trabajar para sacar a los míos adelante y estar tranquila», afirma. Ojalá tenga suerte. 

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