Diario Córdoba

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DEBATE ABIERTO

Hosteleros y clientes rechazan en Córdoba que se cronometre el tiempo en las terrazas

Ambas partes creen que debe imperar el sentido común, la educación y la pedagogía en el acceso a estos espacios

Clientes sentados en una terraza de Córdoba esta semana. Manuel Murillo

Sentarse en una terraza conectarse al wifi y con un café o una cerveza, pasar las horas muertas mirando el móvil o viendo el tiempo pasar. Llegar poco antes del cierre, pedir una copa y alargar la hora de despedida del personal sin hacer más gasto o apurar el tiempo del almuerzo y eternizar la sobremesa en el mismo bar con el café de después. Cuando esto ocurre sin consecuencias para el establecimiento, porque no hay gente esperando mesa ni urgencia por echar la persiana, la cuestión puede quedar en anécdota, pero si la estancia prolongada provoca un perjuicio económico, en un momento de escalada de precios, la cosa cambia. Mientras algunas ciudades del norte de España experimentan con cronometrar el tiempo en las terrazas, hosteleros y clientes de Córdoba rechazan la medida y apuestan por llamar al sentido común de los usuarios y la pedagogía de los camareros.

Hostecor: "Ese problema apenas existe en Andalucía"

La asociación de hosteleros Hostecor coincide con la federación andaluza en que aunque hay casos puntuales, «ni en Andalucía ni en Córdoba existe un problema generalizado de abuso del tiempo en las terrazas, por lo que no tiene sentido cronometrar a nadie». Es la opinión de Francisco de la Torre, su presidente, que sin embargo, señala que «la hostelería está para dar servicio, no para el servilismo, por lo que si se detecta algún caso exagerado, la solución pasa por hablar con el cliente con educación para que deje paso a otras personas». Tras la pandemia, el objetivo de la hostelería es «optimizar los tiempos» y «europeizar» la atención, para lo cual cada vez se ajustan más los horarios a la demanda con el fin de reducir costes y garantizar los tiempos de descanso al personal. «No es rentable abrir a las siete de la mañana para servir dos desayunos o mantener abierto un local a las cuatro de la tarde en Córdoba en plena ola de calor», comenta, «eso está cambiando». 

Horeca: "Cada uno es libre de hacer lo que quiera"

La asociación de hosteleros Horeca cree que cada negocio debe ser libre de aplicar las medidas que considere, aunque de momento, no tiene constancia de negocios que hayan aplicado el reloj a las terrazas. «Cuando hay partido, hay gente que pide dos cervezas para las dos horas que dura mientras ocupa un sitio en la terraza, lo que supone un abuso», señala su presidente, Miguel Ángel Morales. En su opinión, no es una práctica generalizada, por lo que los bares y restaurantes mantienen el método clásico de la disuasión, invitando finamente al cliente a consumir algo más.  

Grupo Cabezas: "Si quieres dar calidad no metes esa presión"

El empresario Miguel Cabezas, que dirige varias tabernas emblemáticas de Córdoba, cree que cronometrar el tiempo en una terraza es «una barbaridad» por lo que no piensan aplicarlo. «Si quieres ofrecer calidad, no puedes meter esa presión», explica, aunque señala que en temporada alta sí es habitual establecer turnos de comida con horarios establecidos para organizar tiempos y recursos. «Eso es una cosa y otra poner un tiempo límite para una cerveza o un desayuno», señala, si bien confirma que de vez en cuando se dan casos en los que los cafés o las cañas se alargan más de la cuenta. 

Grupo Puerta Sevilla: "Es antipopular y no mejora la rentabilidad"

El propietario del Grupo Puerta Sevilla, Alberto Rosales, tampoco cree que cronometrar a sus clientes tenga algún efecto positivo, "es antipopular y no mejora la rentabilidad". «Es posible que en ciertas zonas donde haya aglomeraciones tenga sentido, pero en Córdoba no lo veo», explica, aunque a renglón seguido admite que hay personas que en ocasiones exceden el tiempo prudencial para ciertas consumiciones. Por contra, aboga por aumentar la rentabilidad de las terrazas con otras medidas públicas «como rebajar el impuesto de vía pública de los veladores en verano, ya que hay horas en las que las mesas no se pueden ocupar por el calor».

Clientes y camareros: "Eso espantaría a muchos clientes"

En el lado de los clientes, es difícil encontrar en Córdoba a alguien que vea la medida aceptable. «Si voy a un bar a tomarme unas cañas después del trabajo, no quiero ir a contrarreloj», explican dos amigas, que reconocen que en alguna ocasión han tardado algo más de lo debido «para hacer tiempo esperando a alguien o porque se te va el santo al cielo». Para los consultados, esa idea «no tendría recorrido en Andalucía» y quienes lo hicieran «acabarían espantando a los clientes». En caso de exceso, prefieren la clásica pregunta del camarero. «La mayoría de la gente se va si no quiere consumir más», apostillan. Los camareros tampoco lo ven factible. «Hay gente habitual que viene a desayunar todos los días, unos días con más prisa que otros», comentan en Casa Fran, «no parece ético ni coherente ponerles el cronómetro». 

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