El Índice de Precios al Consumo continúa batiendo récords en Córdoba y en esta ocasión la ha hecho aumentando un 11,2% interanual en junio, la mayor subida registrada en la provincia en la serie estadística que comienza en 1994. La información difundida este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística refleja que Córdoba lidera la subida de precios en Andalucía, donde el IPC se ha elevado un 10,5% respecto a junio del año 2021. En España, la tasa anual del IPC en el mes de junio es del 10,2%, la más alta desde abril de 1985.
Los grupos que han registrado mayores incrementos anuales de precios en Córdoba son la vivienda (18,9%), influida, principalmente, por el precio de la electricidad y los combustibles para calefacción; el transporte (20,2%), por las subidas de los carburantes y los lubricantes, y los alimentos y las bebidas no alcohólicas (15,3%). En este último caso, el INE destaca los aumentos de precios de las frutas, las legumbres y hortalizas (que descendieron en junio del año pasado), y de la carne, el pan y los cereales, así como la leche, el queso y los huevos.
Además de estos productos, han anotado subidas destacadas, aunque por debajo de los dos dígitos, los precios de los hoteles y restaurantes (7,1% anual); las bebidas alcohólicas y el tabaco (5%), y los muebles y artículos para el hogar (5,3%). En diferente medida, suben los precios de todos los grupos respecto al año pasado, salvo los de las comunicaciones, que se redujeron de forma leve.
La información del INE apunta, además, que junto al aumento anual hay que destacar el fuerte incremento de los precios experimentado en Córdoba en junio respecto al mes de mayo, que se sitúa en un 2%, una décima más alto que el contabilizado en Andalucía (1,9%).
En lo que va de año, los precios han subido un 6,2% en la provincia y un 6,3% en la comunidad autónoma. Los alimentos (10,1%) y el transporte (15,8%) son los grupos en los que las familias cordobesas están observando los mayores incrementos de los costes.
Pérez-Alcalá: "Compraremos más caro productos esenciales"
El rector de la Universidad Loyola Andalucía, Gabriel Pérez Alcalá, afirma que «en el momento en el que nos encontramos, no es positiva la paridad del euro con el dólar», al ser preguntado por los efectos que tendrá en la economía la devaluación de la moneda de la eurozona. Este economista explica que «Europa está viviendo un proceso inflacionario, EEUU también. Los flujos comerciales se han ralentizado con la pandemia y con la postpandemia y a los europeos, que tenemos una balanza de pagos positiva, esto nos puede beneficiar, pero nos puede traer inflación cuando ya tenemos una inflación alta», concluye.
Gabriel Pérez Alcalá recuerda que el euro siempre ha sido una moneda algo más fuerte que el dólar y comenta que, con la paridad, «el precio al que podemos vender nuestros productos a los EEUU es más barato. En principio, esto debería poder mejorar la balanza comercial. Por el contrario, compramos más caro aquellos productos norteamericanos que importamos», puntualiza.
Así, precisa que «Europa tiene una balanza de pagos positiva con respecto a EEUU y, en principio, esto tendría que beneficiar nuestra balanza con EEUU. Sin embargo, esta paridad tiene un efecto negativo en el conjunto de la balanza de pagos, porque encarece nuestras importaciones. En los mercados internacionales, aunque hay algunos pagos en euros, la cotización del petróleo, del gas y de muchas materias primas, productos alimenticios y minerales que importamos de América del Sur, África, Asia, etc., serán más caros, porque los tenemos que pagar en dólares. Por tanto, el efecto es positivo, porque podemos vender más fuera, pero por otra parte es negativo, porque compraremos más caro productos esenciales, lo que nos puede llevar a que esto alimente un poquito la inflación», advierte.
