Diario Córdoba

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Memoria de actuaciones

Cáritas ayuda en Córdoba a 35.000 personas y subvenciona 38 proyectos parroquiales durante 2021

La organización de la Iglesia invierte casi 4,1 millones de euros en sus diferentes programas de ayuda a personas en riesgo o situación de exclusión social

Salvador Ruiz, Demetrio Fernández y Pedro Cabello durante el acto de presentación de la memoria de Cáritas 2021. O. Barrionuevo

Cáritas Diocesana de Córdoba atendió a 35.000 personas en la provincia de Córdoba durante el 2021 y subvencionó 38 proyectos parroquiales, gracias a sus 1.600 voluntarios y sus 1812 socios y donantes. Con motivo de la Semana de la Caridad, la organización de la Iglesia ha presentado la memoria de actuaciones del año pasado, donde se refleja una inversión de casi 4,1 millones de euros en sus distintos programas de ayuda a las personas en riesgo o situación de exclusión social.

Del total de personas atendidas, la gran mayoría recibió ayuda en alguna de las 167 Cáritas parroquiales. Fueron 31.707 personas las que acudieron a estas, mientras que 3.293 recibieron algún tipo de ayuda de los servicios generales. La mayor parte (90%) requirió una ayuda alimenticia. Casi la mitad (43%), en suministros o alquileres. Hasta un 25% necesitó ayuda en salud, un 10% en educación, otro 10% en ropa y un 2% en transporte. Las personas atendidas por los servicios generales recibieron algún tipo de ayuda en aspectos como acogida y orientación, necesidades básicas, ayudas de vivienda o suministros, formación para el empleo, contratación o acogida por no tener hogar.

El rostro de la pobreza y la exclusión que se refleja en la memoria de Cáritas muestra un perfil femenino en su mayor parte, de origen nacional, por debajo de los 40 años y con hijos. La mayoría de las personas acompañadas fueron mujeres (64%), frente a un 36% de hombres. Por nacionalidad, el 62% de las personas ayudadas eran españolas y el 38% extranjeras. El rango de edad mayoritario fue entre 31 y 40 años, con un 26%. Un 12% tenía entre 20 y 30 años, un 24% entre 51 y 60 años, y un 6% superaba la sesentena. El 39% de las personas acompañadas tenía pareja e hijos, mientras que un 22% formaba un hogar monoparental y un 20% era unipersonal. En menor medida, las personas atendidas formaban pareja sin hijos (7%), un hogar con personas sin relación (3%) o no tenían hogar (3%).

Una labor de entrega

En el acto de presentación, celebrado en la sede Cáritas en Córdoba, han intervenido el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández; el director de Cáritas, Salvador Ruiz, y el delegado diocesano Pedro Cabello. Ruiz ha recordado que la Semana de la Caridad de este año resulta más especial si cabe por tratarse del 75 aniversario de Cáritas española. Para el director de la organización en Córdoba, "lo más importante no son los números", sino "tantas acciones compartidas" y de historias en un "camino común". Por eso, ha agradecido a los voluntarios, los donantes y las parroquias, sin los que "no sería posible" tan "extraordinaria labor". Y ha puesto sobre la mesa, además, la delicada situación en la que se encuentran muchos cordobeses tras la pandemia y la inflación.

El lema de la semana es Somos lo que damos, somos amor. Y sobre el trasfondo de Cáritas ha girado la intervención del obispo, quien ve en la organización "la circularidad del amor cristiano, del mandato de Cristo". "Dios es caritas, Dios es amor, Dios es caridad", ha expresado. Y ha recordado que si hay algo que no puede faltar en una comunidad cristiana, es "la atención a los pobres en cualquiera de sus necesidades". Por eso, ha pedido ayuda y colaboración a la población, insistiendo en que se atiende a los pobres "por mandato del Señor y en los pobres encontramos la presencia del Señor". Si Cáritas no existiera, ha terminado diciendo Demetrio Fernández, "habría que inventarla".

El tiempo, el regalo "más preciado" de los voluntarios

En la Parroquia de Nuestra Señora de la Fuensanta, Carmen Quero dedica cada tarde una parte de su tiempo en intentar hacer lo que considera que Dios espera de ella. Allí es encargada de atención primaria a las familias que buscan en Cáritas algún tipo de ayuda, desde alimentación, ayuda escolar, productos de farmacia o pago de suministros hasta, simplemente, una conversación. Porque, asegura, hay casos en los que las personas acuden para hablar. "Estamos en un mundo de tanta prisa que necesitamos sentirnos escuchados. No solo del pan vive el hombre", dice.

Para Carmen, la labor que realizan tantos voluntarios como ella es "un regalo del Señor muy grande". En su opinión, "la caridad está en cada uno de nosotros, pero hay que alimentarla". También considera que "para amar hay que servir" y, por eso, se dedica en buena parte a servir en la organización eclesiástica. "Es lo que hacemos en Cáritas", expresa. Y, ante las preocupaciones del tiempo, de la capacidad o de las posibilidades de ayudar a los demás, considera que "antes que nada tenemos que dar siempre un sí al Señor". Porque "ese sí nos lleva a la certidumbre y donde nosotros no llegamos, Él sí llega".

Esta voluntaria, que se vuelca cada día en la parroquia de la Fuensanta, habla de entrega cuando se refiere a la labor que realizan los voluntarios que forman parte de Cáritas. Para ella, esa entrega debe hacerse "desde la más absoluta humildad, desde la más absoluta sencillez y viendo en cada momento que cualquiera podemos encontrarnos en esa situación en algún momento". A veces, explica Carmen, la "velocidad vertiginosa" a la que se mueve el mundo hace que la gente no se fije en sí misma ni, mucho menos, en quien tiene en frente. En esa sociedad, en la que "todo se puede comprar menos el tiempo", la voluntaria encuentra en este último la esencia. Por eso, asegura que "hoy en día regalar nuestro tiempo es lo más preciado".

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