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Un empleado de un restaurante entrega a un cliente comida para llevar a casa.MANUEL MURILLO

Sadeco prepara una iniciativa para reducir los desechos alimenticios

El 90% de los restaurantes de Córdoba ya ofrecen envases para llevar las sobras

Los hosteleros se quejan de que se les vuelva a poner en el foco de atención | Recuerdan que el principal foco de desperdicios son los hogares

El 90% de los bares y restaurantes de Córdoba disponen ya envases y recipientes para ofrecer a los clientes que lo deseen llevar a casa las sobras de su comida, una práctica que hace años era una rareza y que ha ganado adeptos aunque apenas demandan, según los hosteleros consultados, el 10% de los comensales. El presidente de Hostecor, Fran de la Torre, ha criticado que esta nueva norma, cuyo proyecto fue aprobado este martes por el Consejo de Ministros, vuelva a poner el foco en el sector de la hostelería «siendo responsables del 12% de los residuos alimenticios, frente a los hogares, donde se genera el 50% o las industrias agroalimentarias que producen un 20% del total».

En el 2021, los contenedores marrones recogieron en Córdoba 71.364 toneladas de materia orgánica, según Sadeco, lo que puede dar una idea del volumen de desperdicios alimenticios que pueden producirse en la ciudad, si bien no hay un estudio que determine qué porcentaje procede de los hogares y cuál de otro tipo de negocio. En todo caso, fuentes de la empresa municipal encargada de la recogida de basura ha informado de que se están estudiando vías para colaborar con restaurantes a través de entidades intermedias para reducir el desperdicio de alimentos.

De la Torre asegura que, desde hace años, son muchos los bares y restaurantes que disponen de tupper para quienes lo solicitan, una cifra que ha aumentado durante la pandemia, al haber más personas interesadas en llevarse la comida a casa. Actualmente, «el 90% de negocios que sirven comida cuenta con envases que además suelen ser de material reciclado», apostilla. Pese a ello, Hostecor señala que el Gobierno «debería hilar más fino» cuando plantea este tipo de medidas, ya que pueden causar problemas que no se tienen en cuenta a priori. «Nosotros podemos garantizar el buen estado de los alimentos que salen de nuestras cocinas en nuestros establecimientos, pero una vez el cliente se va, existe la posibilidad de que no se conserve adecuadamente y se eche a perder, algo que puede tener consecuencias para la salud y de lo que nosotros no seríamos responsables», comenta De la Torre.

La asociación de empresarios y autónomos de hostelería de Córdoba Horeca coincide en que la gran mayoría de los restaurantes de Córdoba cuentan con envases, pero según su presidente, Miguel Ángel Morales, «nosotros no podemos obligar al cliente a llevarse la comida a casa, por lo que si hay sobras y las tiramos a la basura porque no se las llevan, tampoco tendríamos por qué asumir una multa». En cualquier caso, indica que la labor del camarero pasa por recomendar al comensal sobre las cantidades que va a pedir para evitar que sobre comida. «Si una persona pide demasiado y no puede comer parte de lo que pide, eso va en contra del restaurante porque el cliente se irá insatisfecho al tener que pagar más comida de la que ha consumido», señala.

A eso se suma, según Alberto Rosales, propietario del grupo Puerta Sevilla, que «un restaurante para que sea rentable debe ser capaz de ajustar muy bien las cantidades que pide, el tamaño y calidad de los platos que sirve y adecuarlos al consumo de los clientes». En su opinión, «un profesional de la restauración no tira prácticamente comida dentro de la cocina porque hay una planificación de los pedidos en función de la demanda y, en sala, salvo casos excepcionales, lo que tiene que pasar es que los camareros aconsejen sobre las cantidades y que el cliente deje el plato vacío». Pese a todo, si se da el caso de que alguien no lo acaba, «puede llevárselo a casa y disponemos de envases para que lo haga».

Supermercados Deza

Los supermercados son otra de las patas sobre las que pivota el plan del Gobierno. En Córdoba, los supermercados Deza llevan años trabajando en ello, según fuentes de la entidad, lo que reduce al mínimo que van a la basura. Una de sus últimas actuaciones ha sido la incorporación a la aplicación Too good to go, que les permite diariamente ofrecer a un tercio del precio de mercado lotes de productos que no cumplen los criterios estéticos pero sí los de consumo. «Hacemos un paquete con un lote de productos sorpresa con alguna abolladura o próximos a caducarse y se lanzan en esta app», señalan. La planificación es clave para el aprovechamiento «casi total» de lo que se adquiere, si bien en caso de que algún lote quede descolgado «se dona al Banco de Alimentos de Córdoba» y los restos de la carnicería se envían a una rehala para su reutilización como alimento para los animales.

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