Diario Córdoba

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ENTREVISTA Manuel Pimentel Presidente del grupo editorial Almuzara

«Córdoba puede tener un desarrollo editorial muy notable»

Manuel Pimentel, en la sede de Almuzara en el parque logístico de Córdoba.

Manuel Pimentel (Sevilla, 30 de agosto de 1961) es ingeniero agrónomo, licenciado y doctor en Derecho, graduado en Alta dirección de empresas y máster de Riesgos en la comunidad. Además de otras responsabilidades destacadas de su trayectoria profesional, fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales con el Gobierno de José María Aznar entre los años 1999 y 2000. En la actualidad, preside la editorial Almuzara, creada en el 2004 en Córdoba, que ha publicado en torno a 2.400 libros y tiene cerca de 2.000 en catálogo vivo. Su facturación fue de alrededor de 3,4 millones de euros el año pasado, después de aumentar en torno a un 30% interanual, y cuenta con unos 15 trabajadores. En esta entrevista, Manuel Pimentel afirma que «Córdoba tiene mucho potencial» en el ámbito editorial y alude a «un agotamiento de las fórmulas digitales» que habría beneficiado al libro. 

¿Cuáles han sido las claves para que Almuzara mantenga su actividad durante casi dos décadas?

En estas dos décadas hemos tenido todos crisis muy severas. Si ya es difícil de por sí que una empresa nueva cuaje, en estas circunstancias de las crisis sucesivas que hemos tenido que padecer, es doblemente difícil. Cualquier empresa debe tener siempre un tono de humildad, porque puede irle bien pero en unas circunstancias tan cambiantes puede también irle mal. ¿Cuál es probablemente la fórmula? No debe haber una fórmula única: desde luego, que haya sector, tener buen equipo, tener claramente un propósito, aguantar cuando vienen mal y ser prudente y sanearse mucho cuando vienen bien.  

¿Cuáles podrían ser retos de futuro para la editorial? 

La editorial tiene que consolidar sus líneas. Tenemos varios sellos. Almuzara, que es una editorial más generalista; Berenice, que es más literaria; Arcopress, que es sociedad actual, estilo de vida, salud, gastronomía... Toromítico, que ahí tenemos educación, infantil y juvenil, padres, hijos y todo ese tipo de cuestiones, y, por último, Guadalmazán, que es la divulgación científica. Cada sello tiene sus colecciones y queremos mejorarlas. ¿Cuál es nuestro reto? Por una parte, mejores libros y mejores autores, y por otra parte, consolidar un crecimiento en América, donde tenemos todavía un alto potencial. En América tenemos distribución, exportamos muchos títulos a distintos países, Estados Unidos incluido.

El año pasado lanzaron su último sello, Almuzara Universidad.  

Es un sello especializado en la transmisión del conocimiento universitario a la sociedad, que también persigue colaborar con la excelencia de la investigación universitaria. El año pasado también lanzamos un sello que se llama Pinolia, que tiene sede en Madrid. Ahí somos socios minoritarios y su eje es la divulgación científica e histórica. 

¿Cómo está funcionando Almuzara Universidad? 

Estoy contento, está empezando. Cuando hacemos un sello lo hacemos siempre a medio y largo plazo. Ese es otro secreto, los proyectos deben ser siempre a medio y largo plazo. 

«2021 ha sido un excelente año y 2022 ha arrancado similar, pero sin mantener ese crecimiento»

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¿Con la pandemia de coronavirus ha resurgido el interés por la lectura? 

Sin duda ninguna, sí. El mundo editorial ha tenido un buen año en 2021, ha habido mucha gente que ha regresado a la lectura y al libro. Bien es cierto que los tipos de libro van cambiando y eso hace que el editor tenga que estar continuamente anticipando cuáles van a ser las demandas de la sociedad. ¿La sociedad qué busca en los libros? Conocimiento, sentimiento, amor, diversión, ocio, salud... Es un tema muy exigente, muy atractivo al mismo tiempo y donde el error es frecuente. ¿Porqué está subiendo el mundo del libro? Por una parte, porque es verdad que la pandemia hizo tiempo y regresó; dos, porque también hay un agotamiento de las fórmulas digitales. No puedes estar todo el día viendo la pantalla del móvil, viendo series en Netflix. Y tercero, porque estamos muy inquietos y hay como una necesidad de la gente de leer, de tratar de comprender. 2021 ha sido un excelente año por todo esto y 2022 ha arrancado en línea similar al año pasado, pero sin mantener ese crecimiento. 

¿Tiene datos de crecimiento? 

Según Nielsen, la venta de libros en España creció casi un 17% en el 2021. 

¿Hay alguna estimación para este año? 

No, aquí las estimaciones son muy difíciles. Es la belleza que tiene el mundo editorial, no es estrictamente una ciencia, sino que es algo más parecido a la alquimia. Hay veces que se transmuta la materia y otras veces no.  

Las estadísticas señalan que poco más de la mitad de la población lee con frecuencia. ¿Hay ahora más lectores que antes? 

Como casi todo en la vida, se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. Lo vemos medio vacío si nos comparamos con otros países de Europa donde se lee mucho más, lo vemos medio lleno si vemos que cada día en España se lee un poquito más. Se dice que la gente joven no lee y el nicho donde más libros se venden ahora mismo, precisamente, es la literatura juvenil. Las generaciones jóvenes han leído y quien ha leído libros, después, vuelve, una vez que pasa la adolescencia, donde cae el consumo de lectura. La lectura nunca va a ser absolutamente mayoritaria, pero el porcentaje de las personas que leen crece y, desde luego, quien lee nunca va a abandonar el libro. Ya no es solo un placer, es casi una necesidad.

«El porcentaje de las personas que leen crece y quien lee nunca va a abandonar el libro»

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Córdoba tiene fama de ser tierra de poetas, ¿destaca por tener más lectores que otras ciudades? 

Córdoba tiene un índice de lectura similar a otras ciudades. No participo a veces de esa autocrítica excesiva. Tiene una tradición no solamente de grandes creadores literarios, de bibliófilos y amantes del libro, sino una tradición muy asociada al mundo del libro. Y por eso es una ciudad donde hay varias editoriales, y que puede tener un desarrollo editorial muy notable. Córdoba tiene mucho potencial.

¿Por qué no se desarrolla ese potencial? 

El mercado es libre. La empresa editorial no es fácil, tiene muy poco margen, de medio y largo plazo, y además tienen que aunarse dos elementos siempre. Siempre digo que debe tener alma de poeta y entrañas de mercader de libros. Pero en Córdoba hay varias editoriales muy dignas, que están muy bien.

Ha comentado que se detecta cierto cansancio en el uso de pantallas. ¿Al igual que en el libro, podría llegar un nuevo florecimiento de productos como la prensa escrita?

El mundo de la prensa y el de la editorial, que ambos nos llamamos editores, es cercano pero, sin embargo, es distinto. Lo que hasta ahora se percibe es que continúa creciendo la fórmula digital frente al papel en prensa.  

Ha comentado que en estos momentos la demanda más destacada se centra en la literatura juvenil e infantil, pero llama la atención la incorporación de las pantallas al ámbito educativo. ¿Esta situación contribuye a que los niños se alejen en cierto modo de los libros?  

Son dos cosas absolutamente complementarias. No cabe duda de que la gente joven debe formarse en las nuevas tecnologías, porque va a ser su ecosistema. También es verdad que para la formación del niño, para su estructura mental, para sus circuitos neuronales incluso, la lectura sobre papel es muy conveniente. Hay muchos estudios que afirman que la capacidad de retención, de comprensión y de concentración, y por tema neuronal, es mucho más eficaz sobre el papel que sobre la pantalla. Los editores somos gestores de conocimiento, buscamos el talento de los autores y lo transmitimos en distintos soportes: papel, e-book, audiolibro, guiones de película, de videojuegos... Somos los proveedores de historias y la humanidad necesita seguir escuchando historias al lado del fuego.   

«La humanidad necesita seguir escuchando historias al lado del fuego»

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Llama la atención el cierre de bibliotecas los fines de semana. ¿Desde lo público quizá se podría hacer un mayor esfuerzo por el fomento de la lectura? 

Las bibliotecas son elementos culturales de primera magnitud. Son importantísimas, porque ahí es donde un porcentaje de la población descubre autores, lee, y para el mundo del libro son unos aliados fundamentales. Todo el esfuerzo que la Administración pueda hacer en que esas bibliotecas estén bien nutridas y presten servicio el mayor tiempo posible, poco es.  

Córdoba tiene muchas iniciativas relacionadas con la literatura. Una muy destacada es el festival Cosmopoética. ¿Qué impacto tienen? 

Cosmopoética, claramente, sitúa a Córdoba en el panorama poético nacional. Permite lanzar poetas cordobeses, generar ese ecosistema poético que ya viene siendo tradicional en Córdoba, pero que refuerza. Cosmopoética es un aliado clarísimo de la ciudad, de la poesía, de la literatura y del mundo del libro. 

Desde su presente como empresario del libro y su pasado como ministro de Trabajo, ¿cómo valora las medidas que se están adoptando en materia de empleo, entre las que se encuentran la reforma laboral y las subidas del salario mínimo interprofesional?

La reforma laboral, que es quizá la pieza más importante que hemos visto, la valoro en cuanto que ha sido fruto de un acuerdo con empresarios y sindicatos, que no es fácil. ¿Va a crear empleo? No creo que sea una fuerza transformadora. Tiene un efecto estadístico importante, porque parte de lo temporal va a pasar a fijo-discontinuo, pero en el fondo no va a variar el empleo. Mi preocupación es que se empieza a advertir agotamiento en la creación de empleo. Apenas sí hemos recuperado el empleo que teníamos antes, por tanto, todavía no estamos en un momento bueno y me preocuparía mucho que con todas estas circunstancias el empleo terminara deteriorándose. En todo caso, no creo que esta reforma laboral vaya a crear empleo. 

¿La creación de empleo se contiene por circunstancias como la inflación, la guerra en Ucrania y la inestabilidad política? 

Sin duda ninguna, todo eso influye mucho. De hecho, en el 2021 teníamos un crecimiento, se estaba recuperando la gran caída del 2020. ¿Por qué hay ciertos riesgos? España tiene un alto déficit y estamos endeudados. Los tipos de interés van a subir y el Banco Central Europeo va a empezar a retirar los apoyos que nos está dando, eso significará, necesariamente, recortes, gobierne quien gobierne. La economía se enfriará, a eso le sumas la inflación, el problema que hemos tenido con las materias primas, la huelga de transportes... Todos los institutos de estudio han ido rebajando las previsiones de crecimiento que teníamos inicialmente este año. En principio habrá crecimiento, que estará entre el 4% y el 5%, pero parece que el 2022 podría complicarse. 

«Mi preocupación es que se empieza a advertir agotamiento en la creación de empleo»

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¿Estamos entrando en una nueva crisis económica?

El futuro siempre fue difícil de predecir y ahora, más, pero, en principio, se dan todos los elementos sobre la mesa para que el 2022 ya sea un año complicado en economía.  

España vive una experiencia nueva al tener un Gobierno de coalición a nivel nacional, pero parece que existe cierto clima de inestabilidad. ¿Cómo valora la situación?

Todos los gobiernos a lo largo de su mandato van teniendo un agotamiento. Siempre se llega con altas promesas y la realidad después es la que es, y este Gobierno empieza a tener síntomas de agotamiento. Pero veo perfectos los gobiernos de coalición.  

En Andalucía llevamos un tiempo bajo la sombra de un posible adelanto electoral, ¿cómo afecta esta incertidumbre a la economía?

Los gobiernos autonómicos, para la marcha de la economía, son siempre relevantes, pero no terminan influyendo. Al mundo de la empresa le da igual que las elecciones sean en junio que en octubre. 

¿Qué libro recomendaría para este momento?

Para entender la dinámica, El legado de los imperios, de Samir Puri. Explica en gran parte la dinámica en la que nos estamos metiendo en estos momentos.

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