Proyecto Hombre Córdoba ha decidido romper el tabú de las adicciones en las mujeres poniendo en marcha una unidad de atención especializada que estará atendida siempre por un grupo de profesionales mujeres. El objetivo es romper la brecha de género que existe en este tema y que tiene como consecuencia que las mujeres tarden dos años más que los hombres en pedir ayuda cuando se encuentran en estas circunstancias, lo que hace que lleguen en una situación más precaria y avanzada.

Para ello, Proyecto Hombre ha abierto este lunes una línea telefónica directa (621 271 733) que será atendida por un equipo de mujeres formadas en la materia que atenderá cualquier duda o consulta relacionada tanto con las adicciones como con situaciones de baja autoestima, vulnerabilidad, episodios depresivos que busquen terapia de empoderamiento.

Según Cristina Rivero, psicóloga y terapeuta de la entidad, solo un 15% de los usuarios de Proyecto Hombre son mujeres, un dato que refleja cómo hay una parte de las mujeres que se resisten a pedir ayuda por el estigma que envuelve a este tipo de conductas, ya que "supone enfrentarse a un doble tabú por lo que supone la adicción y por los roles asignados tradicionalmente a la mujer".

Un entorno confidencial y seguro

Ante esas dificultades que retrasan la solicitud de ayuda de las mujeres, Rivero insiste en que la idea es ofrecer "un entorno confidencial, seguro, de confianza y un canal directo que les anime a dar el paso e informarse sobre cómo pueden combatir el problema".

Alcohol, cocaína e hipnosedantes

Según los datos aportados por Proyecto Hombre, el alcohol y la cocaína son las sustancias con mayor incidencia en las mujeres. El 46,8% de los casos atendidos son por consumo problemático de alcohol seguido por la cocaína, en un 29% de los casos. Asimismo, la adicción a los fármacos hipnosedantes es cinco veces mayor en las mujeres que en los hombres.

El teléfono de Proyecto Hombre ofrecerá información sobre los distintos programas que ofrece la entidad, que van desde un programa de acción preventiva para jóvenes, adolescentes y familias interesadas en atajar conductas adictivas o problemáticas (relaciones de pareja, educación sexual o autocuidado) a un programa de apoyo para mujeres con problemas de abuso de sustancias de carácter ambulatorio para que puedan recibir tratamiento y mantener su actividad diaria.

Existe igualmente una comunidad terapéutica cerrada y atención a mujeres en situación de sinhogarismo o víctimas de trata y explotación sexual y un programa de crecimiento personal enfocado a mujeres con dificultades para afrontar los aspectos cotidianos de su vida, cuyo objetivo es mejorar su autoestima.

La asistencia en estos programas cuenta con una parte de financiación pública, lo que según Rivero, permite a las mujeres que no cuentan con recursos económicos o se encuentran en situación de exclusión social acceder a los programas, para lo cual lo importante es "realizar esa primera entrevista con los profesionales, que se encargarán de valorar cada caso particular".