La ausencia de lluvias y las temperaturas demasiado altas para esta época del año no solo están ocasionando negativas consecuencias para la situación agrícola y ganadera de Córdoba, sino que también están agravando los síntomas que padecen quienes sufren alergia a los pólenes propios del invierno, como son el del ciprés, el de la parietaria o el de los árboles ornamentales (setos) que cada vez proliferan más en las ciudades. La coordinadora de la Red Española de Aerobiología (REA), Carmen Galán, explica que actualmente el polen que está en circulación es principalmente el del ciprés, cuya presencia es mayor en el norte de la provincia, así como el de la parietaria, que es una planta que crece sobre todo en los muros, paredes y solares, con que exista una mínima humedad. 

«La falta de precipitaciones durante los dos últimos meses está impidiendo que la atmósfera se limpie, por lo que los granos de polen están permaneciendo más tiempo en el aire y hacen que la población que sea alérgica a esas plantas se encuentre más expuesta», apunta Galán. De forma que, «aunque las floraciones de estas especies invernales no estén siendo muy intensas, precisamente por el déficit hídrico, la atmósfera está más cargada de polen y también de contaminantes procedentes de partículas diésel, que cuando entran en contacto con el polen, hacen que los granos liberen más alérgenos y que las personas sensibles a este polen puedan notar más sintomatología», expone Carmen Galán. 

Plátano de sombra para marzo

Después de los pólenes que están actualmente en circulación llegará el turno del plátano de sombra, una especie con bastante presencia en Córdoba. En principio, al no haber llovido nada prácticamente en lo que se lleva de invierno, la floración del plátano de sombra se prevé inferior a la de otros años, a no ser que lloviera de aquí a mediados de marzo una cantidad importante de litros por metro cuadrado, precisa la coordinadora de la Red Española de Aerobiología.

De momento, tampoco se contempla que la polinización del olivo y de las gramíneas de la próxima primavera sea muy intensa, precisamente por la situación de sequía, aunque como aún queda margen, Carmen Galán estima que, en el caso de que lloviera de forma significativa entre marzo y abril, la floración del olivar y de las gramíneas podría entonces intensificarse. 

En esta misma línea, la directora de la unidad de Alergia del hospital Reina Sofía, Carmen Moreno, recalca que, a corto plazo, la sequía, es negativa para los alérgicos porque mantiene el ambiente seco y caluroso, lo que favorece la permanencia del polen en la atmósfera. Sin embargo, a medio plazo, la polinización de los árboles y de las plantas es inferior cuando hay sequía, de modo, que si la falta de precipitaciones se mantiene pues la primavera sería este año menos perjudicial para los alérgicos al polen del olivo y de gramíneas, que son los que más sintomatología causan a la población cordobesa. 

Efectos del calor y los beneficios de la mascarilla

«El calor que se está registrando ahora en pleno invierno confunde a algunas plantas, sobre todo más pequeñas, que pueden registrar floraciones puntuales antes de su época habitual. Sin embargo, si en la próxima primavera llueve bastante se limpiará la atmósfera, aunque se producirá una mayor o menor polinización dependiendo de lo que le dé tiempo a absorber a los olivos y gramíneas, que ahora mismo no han recibido nada de agua», precisa esta alergóloga. 

El uso de la mascarilla para prevenir el contagio del covid ha contribuido durante toda la pandemia a minimizar en parte los síntomas de alérgicos y asmáticos, aunque por otro lado, también estas personas se han expuesto más al trasladarse gran parte de las actividades que antes se desarrollaban en interiores al exterior.

Por ello, Carmen Moreno aconseja a los alérgicos, que cuando se registre una mayor polinización, que salgan lo mínimo al exterior si presentan síntomas, y que usen también protección ocular.

Por su parte, el especialista en Neumología del hospital Cruz Roja en Córdoba Javier Redel destaca que el ambiente seco favorece la contaminación ambiental y una mayor sensibilidad al polen. Redel añade que, aunque en Córdoba no existe tanta contaminación industrial, si la situación de sequía no cambia, las alergias primaverales causarán mayor riesgo de hiperreactividad bronquial y crisis asmáticas a las personas con sensibilidad al polen y a quienes sufren asma.