Encontrar una pareja afín, lograr estabilidad en el empleo, tener una vivienda, saborear la libertad antes de ser madre. Esas son algunas de las metas a las que la mayoría de las mujeres del siglo XXI aspiran antes de plantearse tener hijos. Para ello, no queda más remedio que aparcar la cuestión de la fertilidad, un factor que, llegado el momento, no siempre se encuentra en niveles óptimos para lograr el embarazo. El jefe de la Unidad de Reproducción Asistida del hospital Reina Sofía lo sabe bien. «La edad es el factor determinante para que una mujer logre quedarse embarazada y cada vez recibimos a mujeres más mayores», explica, «de media acuden a las primeras consultas con 32,8 años mientras que la edad de la primera fecundación in vitro ronda los 35,2 años». Aunque a ojos de cualquiera una mujer en sus 30 y tantos es joven, «el límite en la sanidad pública para un tratamiento de reproducción asistida está fijado en los 40, años si bien la dificultad para tener hijos aumenta a partir de los 37». Hasta los 37 años, la probabilidad de conseguir el embarazo con alguna de las técnicas de reproducción asistida es del 50%; a partir de los 38 baja al 25%.

Quizás por eso, cada vez son más las mujeres que, decididas a ser madres, optan por la maternidad en solitario para no retrasar el momento aunque no tengan pareja, una cifra que en la estadística oficial se contabiliza junto a las mujeres con pareja femenina, que también van en aumento. Por ley, los bebés de una pareja de mujeres constan como hijos de ambas si están casadas. En caso contrario, el niño figurará como hijo de una mujer sola. Aunque el Ministerio de Sanidad introdujo a finales del 2021 en la cartera de servicios de la Seguridad Social la reproducción asistida para mujeres lesbianas, transexuales y sin pareja, esto no ha supuesto ninguna novedad para Andalucía, donde el derecho estaba reconocido desde hace años.

En el 2021, la Unidad de Reproducción Asistida del Reina Sofía atendió a 95 mujeres solas o con pareja femenina, lo que supone el 15,3% del total de las consultas y casi el doble de las que se contabilizaron en el 2019, cuando recibieron a 49. Según Llorente, «muchas mujeres piensan que mientras haya regla pueden quedarse embarazadas y aunque en teoría es así, la realidad es que no es tan fácil, hay mujeres que esperan demasiado porque no son conscientes de que las probabilidades de conseguir el embarazo se reducen drásticamente a partir de los 37». Asimismo, a partir de los 42 años (la edad máxima para inscribirse en la lista de espera es de 40 años aunque se realizan tratamientos después de esa edad), «la mitad de los embarazos acaban en aborto. Pese a ello, la previsión es que «mientras no cambien las circunstancias socioeconómicas, la maternidad se seguirá retrasando y la reproducción asistida cada vez va a tener más demanda».

Hasta los 37, la posibilidad de embarazo es del 50%, y a partir de los 38 baja hasta el 25%

El confinamiento derivado de la pandemia de coronavirus durante el año 2020 supuso la paralización total primero y después la ralentización de los tratamientos en la sanidad pública, que, según Llorente, disparó la lista de espera de 16 meses a casi dos años. Sin embargo, «a lo largo del 2021, hemos logrado recuperar la normalidad y actualmente la demora ha bajado a 14 meses». La reducción de la lista puede deberse en parte a que muchas de las parejas, ante la premura del tiempo y la proliferación de clínicas privadas que ofrecen este servicio en Córdoba, hayan optado por la sanidad privada. En cualquier caso, en el 2021, el hospital atendió a 620 mujeres en primera visita, una cifra superior a la del 2019, en el que acudieron 484. El año pasado se obtuvieron 150 embarazos frente a los 88 del 2020 y los 182 del 2019. Según los datos, la actividad no se redujo aunque el servicio se ha visto reducido por la ampliación de la UCI, que ha incorporado el espacio en el que antes había una consulta de Reproducción Asistida. El 56,6% de los embarazos fue posible tras una fecundación in vitro, la técnica que tiene más espera en la sanidad pública, donde el aumento de los problemas de fertilidad derivados del retraso de la maternidad ha reducido la práctica de inseminaciones in vitro.

El Servicio Andaluz de Salud oferta, en función de la edad, entre tres y cuatro ciclos de inseminación y hasta tres de fecundación in vitro, aunque la mayoría no necesitan todos y hay mujeres que se plantan y abandonan después de uno o varios ciclos fallidos. Desde hace algunos años, el hospital realiza ciclos con óvulos de donante, «aunque son pocos porque solo se pueden aplicar con unas indicaciones muy específicas». En estos casos, puesto que el hospital no cuenta con un banco de semen, recurre a un banco de Granada, con el que existe un concierto, para realizar la inseminación. También se ofrece la preservación de fertilidad de la mujer o congelación de óvulos, para mujeres con problemas oncológicos y una reserva ovárica suficiente.

Desde hace unos años, la sanidad pública pone como máximo dos embriones en la fecundación in vitro aunque la tendencia es a poner uno solo, lo que ha reducido el número de partos múltiples. En Córdoba, solo un 15% de los embarazos son gemelares.

¿Cómo elegir la mejor clínica?

En los últimos años se ha producido un boom en la oferta de técnicas de reproducción asistida que ha multiplicado la oferta de servicios, complicando la elección de una clínica para quienes optan por la sanidad privada. La Sociedad Española de Fertilidad recomienda, en primer lugar, asegurarse de que se trata de un centro autorizado oficialmente. También señala como imprescindible que la clínica de reproducción asistida elegida tenga laboratorio y quirófano propio y conocer con anterioridad si dispone de banco de óvulos y/o banco de semen propio. De cara a la seguridad y tranquilidad de los usuarios, recomienda acudir a centros en los que los especialistas expliquen con claridad el problema de esterilidad del paciente, los detalles del tratamiento de reproducción asistida recomendado y por qué es este y no otro el más adecuado a su caso, resolviendo cualquier duda que pueda surgir al respecto. Debido al elevado coste de estos tratamientos, la Sociedad Española de Fertilidad recomienda solicitar presupuesto en dos o tres centros distintos para comparar y asegurarse de lo que está y lo que no está incluido en el documento inicial, ya que algunas clínicas pueden dar mejor precio porque dejan fuera algunos conceptos. El precio de la medicación hormonal «no suele estar incluido en el presupuesto, ya que puede variar mucho según cada caso», por lo que conviene prever un gasto extra de entre 400 y 1.000 euros. Conocer con antelación qué ocurrirá si se cancela un ciclo si no se consiguen embriones viables también es importante. En cuanto a la tasa de éxito de cada clínica, lo mejor es consultar en el registro oficial de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).