La buena música de guitarristas o violinistas nace de sus manos pero el origen de esas exquisitas notas está en otras manos: las de los luthiers. En Córdoba tienen nombre y apellidos: Manuel Reyes, José Rodríguez y Stepan Kostanyan. Cordobés, jiennense y armenio, respectivamente. Manuel y José están especializados en guitarra profesional, clásica y flamenca; y Stepan, en la familia del violín (violines, violas, violonchelos y contrabajos).

Su escenario de trabajo es igual: pequeños y humildes talleres tras los que hay una gran reputación y un reconocimiento internacional. Viven en medio de un aparente desorden, pero saben dónde está cada cosa. Dedican incontables horas, pero con gusto al ser su pasión. Una pasión que comienza con la crucial elección de la materia prima. En ese punto arranca su magia, la de convertir madera en auténticas obras de arte musicales.

Stepan Kostanyan repara un violín en su taller de luthier de Córdoba. Córdoba

Procesos

Estos instrumentos de cuerda tienen procesos semejantes de fabricación. La madera elegida, para usarla, debe tener, al menos, 10 años y estar seca. "Si son más, mejor; la madera debe estar muerta", afirman los luthiers cuya actividad, no obstante, está muy viva. Reciben encargos de toda España y del resto del mundo. Su producción artesana requiere un ritmo pausado que garantiza calidad. El tiempo medio de construcción de una guitarra ronda el mes y, al menos, tres meses para el violín.

La tapa, unida a aros y fondo, marcan el sonido final. El grueso de cada instrumento varía, pues se adapta a la densidad de la madera elegida. José, por ejemplo, fabrica guitarras de palosanto, ciprés real español, ébano, pino abeto alemán o cedro del Canadá y cedro de Honduras. Mientras, Stepan trabaja con "madera montañosa" (1.200 metros mínimos de altitud), abeto, arce rizado y otras más duras como el ébano.

Los luthiers completan su labor con el diseño de plantillas, tallado de piezas, ajuste de las formas de aros y bóvedas, fileteado para reforzar a la vez que decorar, mosaico para las guitarras, ajuste del mástil, diapasón, montaje de cuerdas y resto de acabados. A violín, viola, chelo y contrabajo hay que sumar el arco, de madera de punta a nuez y con cola de caballo. Ellos confiesan que aprenden a diario y están en constante búsqueda de la perfección del sonido.

Manuel Reyes Maldonado fue considerado por muchos el mejor constructor de guitarras flamencas. Su estilo y su trabajo siguen vivos en su hijo Manuel Reyes, quien regenta el local en la calle Armas, 4. El taller de Manuel Reyes fabricó la guitarra con la que Juan Serrano, a ritmo de soleares, marca las horas de Córdoba desde Las Tendillas. Ahora, Manuel Reyes hijo continúa esa tradición familiar, perpetúa su legado a través de unas manos que hablan con la madera, la tocan y le sacan palabras, y de un buen oído que escucha; talento para dotar de duende a las guitarras que elabora.

Detalles de algunas piezas de madera que se utilizan para componer las guitarras. Córdoba

Rodríguez Peña, guitarrero con el sello de calidad artesanal de Andalucía, también recibió influencias de Manuel Reyes y Miguel Rodríguez, ambos luthiers. Lleva más de 40 años dedicado a este noble arte y hace casi dos décadas abrió su taller en la calle San Pablo, 10. "Estoy muy agradecido a Córdoba", explica José, quien se empeñó en trabajar aquí por el vínculo de la ciudad con la guitarra. Entre sus técnicas está el lacado con goma laca, barnizado a muñequilla, pegado con cola de conejo... construyendo guitarras de primera y primera especial, todas numeradas.

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Stepan Kostanyan es violero y violinista. Fue integrante de las orquestas afamadas de su país. Su vocación de luthier es temprana y apunta que la afinación de las tapas es esencial. Detectar cada detalle para configurar los sonidos, cada milímetro determina el resultado final. Y él cuida los detalles de arco, alma, voluta, diapasón... en el taller de Promúsica en el pasaje de la calle Ángel de Saavedra, 4.

Estos maestros de luthería, oficio que requiere conocimientos de artista, agudizan sus sentidos en busca de la inspiración y lograr el resultado óptimo de su artesanía.