Con la Revolución Industrial y posteriores avances de los automatismos, la drástica disminución de las líneas de trabajo necesarias para la obtención de artículos de todo tipo fue reduciéndose y el trabajo manual comenzó a no valorarse. La artesanía constituyó la base de la economía urbana en toda Europa hasta la Revolución Industrial y el nacimiento de la producción en serie, en el siglo XIX. La artesanía era el modo de producción predominante en la Edad Media y estaba organizada en gremios o corporaciones que controlaban la calidad del producto y la entrada en el sector de sus miembros, así como buena parte de la vida social.

España, debido a una serie de cuestiones de orden interno, vivió con menor intensidad que otros países europeos la recuperación económica de la vida urbana y el desarrollo de las actividades artesanas. La finalización de las guerras cristiano-musulmanas y el descubrimiento de América saneó la situación económica y dio paso a la edad de oro de los oficios artesanos de carácter artístico.

Bordado del estandarte de la Hermandad del Remedio de Ánimas. Córdoba

Hoy día, los valores económicos básicos hacen referencia a objetos materiales y a su valor de cambio. La evaluación del bienestar de una población, de un país, se hace en términos monetarios, de su poder adquisitivo en el mercado de bienes y no del trabajo incorporado. Sólo recientemente, esa sociedad de consumo ha comenzado a replantearse esa cuestión con objeto de incorporar nuevamente elementos cualitativos junto a los meramente cuantitativos y de consumo masificado.

Trabajo artesanal de una pieza de joyería. Córdoba

En buena medida nos hemos convertido en una sociedad tan opulenta que nos acercamos a la saturación del consumo, no solamente de las cosas necesarias, sino también de los artículos superfluos, redundantes, inútiles y prescindibles. Hemos alcanzado la saturación de artículos que, además, han disminuido drásticamente las horas de trabajo necesarias para conseguirlos.

Un economista observador del ciclo económico como Wilhem Rüpke (1899-1966), en su ensayo La crisis social de nuestro tiempo, destacaba como uno de los senderos para huir de la masificación el impulso de la artesanía. En la misma línea, Ortega y Gasset (1883-1955) señalaba que la mezcla de ocio y opulencia origina la sociedad de masas como amenaza gravísima para la deshumanización del arte, lo que puede frenarse impulsando la artesanía para que ocupe un lugar serio en la llamada economía social o tercer sector.

Fabricación de una guitarra en un taller de Córdoba. Córdoba

La artesanía en Córdoba y su provincia

Córdoba y Andalucía en general pueden ser un punto de apoyo en este impulso innovador de desarrollo equilibrado debido a su historia y tradición. Desde los albores de la Edad Media florecieron las artes y los oficios artesanos en la región, favorecidos por la abundancia y excelencia de las materias primas de las labores artesanas y la habilidad para trabajarlas de muchos de los pueblos y culturas que vinieron y se integraron en nuestro territorio.

Un artesano, en un taller de La Rambla. Córdoba

En este espacio artesano andaluz, Córdoba destaca en el arte popular y actividad artesana, que tiene sus máximos exponentes en la platería y orfebrería, destacando también en los trabajos de filigrana en plata. No obstante, la multiplicidad y variedad de objetos artesanos esta presente en Córdoba con peculiaridades y diferencias entre los pueblos de la provincia, de forma que la amplitud y riqueza de la artesanía cordobesa hace muy difícil la tarea de resumirla.

Trabajo del metal en un taller cordobés. Córdoba

En el caso de los oficios de alfarería y cerámica popular podemos destacar numerosos centros, con personalidad propia destacando La Rambla y Lucena, aunque también se extienden a lo largo y ancho del territorio andaluz. En este antiquísimo oficio, el alfarero no era admitido como tal en el gremio o la cofradía hasta que no conseguía el título de maestro alfarero, para lo cual tenía que saber hacer a la perfección.

Alumnos en la Escuela de Joyería de Córdoba, referente nacional.

Las fibras vegetales han tenido como característica común la dedicación a las mismas a tiempo parcial o temporal, compaginada normalmente con tareas agrícolas y las propias del hogar. En los oficios del telar destacan los tejidos populares de diversas poblaciones (Alpujarra, Grazalema, etc.) y, en un tono menor, la provincia de Córdoba.

Las manifestaciones de los oficios del mueble o, de lo que podemos denominar carpintería artesana en Córdoba son ricas y variadas, pudiéndose distinguir dentro de ella la producción llamada culta y la popular. Destacan ejemplos tanto de mueble de estilo, de diseño, de encargo tapizado como de mueble rustico, sin olvidar los restauradores y los taraceadores y ensambladores. Municipios como Castro del Rio, Lucena, Villa del Rio y Palma del Río son muestras de ello. Los oficios de la madera y de objetos diversos de madera pueden agruparse en varias actividades en las que sobresalen la tonelería y la talla e imaginería. Córdoba mantiene viva la tradición artesana de la tonelería debido a la crianza de vinos.

Asimismo, las figuras religiosas talladas en madera y policromadas han hecho de la imaginería barroca andaluza una de las principales señas de identidad del arte español.

Los oficios del metal se encuentran igualmente diseminados por toda la provincia, donde han tenido un especial relieve por su específica vinculación a la agricultura y a la ganadería en general y, especialmente, al mundo del caballo. Aunque en franco descenso, la forja de hierro se trabaja en algunos municipios de la provincia de Córdoba, destacando Priego e Hinojosa del Duque. El cobre y el latón, en Lucena.

La guarnicionería y la marroquinería presenta múltiples ejemplos y especialidades y constituye una artesanía de extraordinaria relevancia, tanto en su faceta más utilitaria como en la más delicada creación artística. Córdoba destaca por sus cordobanes y guadamecíes, cuero repujado y policromado de ascendencia árabe.

La cantería cuenta también con una importante presencia con sus interesantes trabajos de labrado tanto en la modalidad de piedra, como el mármol y escayola. El Valle de los Pedroches y la Sierra Subbética son las comarcas más destacadas en este sector artesano.

El binomio artesanía-economía

Como arte popular, la artesanía ha estado ligada a lo largo de la historia a la vida económica, a las actividades productivas, de forma que el binomio economía-artesanía se encuentra indisolublemente unido hasta llegar a nuestros días, en los que se producen profundos cambios, como hemos señalado al principio, en la sociedad y en los mercados. Llamo la atención sobre el hecho de que, actualmente, se considera artesanía a aquel conjunto de procedimientos y técnicas de elaboración que posee cualquier actividad económica, tanto pasada como presente, que no ha sido afectada significativamente por los principios de la especialización y la división moderna del trabajo. La existencia de un proceso artesanal no implica necesariamente la inexistencia de algún tipo de maquinaria que, de alguna manera, agilice el proceso.

Finalmente, añadir que, desde hace algunos años, se constata un creciente interés de las sociedades europeas por los oficios artesanos. En este sentido, el Parlamento Europeo ha solicitado que las acciones entabladas por la Unión Europea a favor de las microempresas tengan en cuenta los objetivos establecidos en la Carta Europea de la pequeña y mediana empresa y, en particular, que el Programa Plurianual de la Empresa y el Espíritu Empresarial prevea acciones especialmente orientadas a las empresas artesanas, mediante una definición de sus características específicas y sus exigencias.