La incorporación masiva de las mujeres a la judicatura, algo que hasta hace 40 años era impensable, parece haber generado una serie de problemas que el sistema no ha previsto desde el punto de vista de infraestructura. «Por suerte, como en el resto de estamentos, cada vez hay más mujeres juezas», señala el magistrado Sánchez Zamorano, presidente de la Audiencia Provincial de Córdoba. Otra cosa es que sean mayoría en las instancias más altas de la judicatura, algo para lo que aún habrá que esperar un poco más. Pese a ello, el perfil medio de un juez en España es el de una magistrada de 47 años y el 53% del total ya son juezas.

La llegada tan abrumadora de las mujeres en edad de ser madres a la judicatura y el retraso generalizado en la edad de la maternidad, que produce más embarazos de riesgo, «ha hecho que se produzcan más bajas de larga duración, lo que requiere contar con más jueces en bolsa para poder cubrir con jueces de adscripción territorial de carrera tanto esas bajas como las que se producen en hombre y mujeres ».

Según el presidente de la Audiencia provincial, «ha habido verdaderos problemas para cubrir vacantes, lo que nos ha llevado en ocasiones a que un juez tenga que asumir dos partidos judiciales porque no había posibilidad de sustitución».