«Yo en mi casa solo tengo teléfono fijo y móvil, aprendí a usarlos porque mis hijos me enseñaron». Este es el día a día de Josefa Casado, una mujer que, a sus 84 años, reconoce que tan solo sabe usar el móvil «dándole a los números y al botón del médico». 

En su caso, admite que sufre brecha digital, «pero no me afecta en mi día a día porque no estoy acostumbrada a las tecnologías». Sin embargo, ella misma manifiesta que le gustaría ser más independiente en este ámbito, ya que actualmente, y tras la pandemia provocada por la covid-19, todos los trámites se realizan por internet. 

«Si supiera leer y escribir me gustaría solucionar yo todo sin depender de nadie. Pero, ¿qué puedo hacer a estas alturas?», declara Josefa. 

«Al final, en este aspecto sufres, no solo porque no sepas utilizar un ordenador o solucionar un trámite, sino porque yo no sé leer e incluso para las cartas que recibo tengo que esperar a que vengan mis hijos para que me ayuden», expone Josefa.