Adecuar la oferta a la demanda, ese parece ser el reto del mercado laboral cordobés, en el que navegan más de 78.000 personas desempleadas en búsqueda de un puesto de trabajo. Después de un año y medio de pandemia, con amplios sectores económicos paralizados que ahora empiezan a resurgir, cientos de personas se han reciclado a marchas forzadas para ocupar otros puestos en los que desean mantenerse, dejando huecos para los que no se encuentra repuesto. Otros, sin experiencia laboral o procedentes de sectores en declive, carecen de especialización para ocupar las vacantes donde falta mano de obra.

Sin formación específica

La Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) confirma que son muchas las firmas que les trasladan las dificultades que están encontrando para cubrir determinadas vacantes con personal dotado de formación específica, «algo que debería tenerse en cuenta también de cara a las perspectivas de futuro que abren iniciativas como la base logística militar, el sector sanitario y la digitalización de la agroindustria», señala María Antonia Fernández, coordinadora de formación de CECO, que también subraya «el enorme déficit de camioneros del sector de los transportes, debido, en parte, a los retrasos que ha habido para la obtención de carnets». En el ámbito de la joyería, sector del frío, talleres y madera, Fernández comenta que «faltan soldadores de metal cualificados, carpinteros, mecánicos de vehículos y técnicos de mantenimiento en fábricas, así como ingenieros mecánicos, electrónicos, administrativos y personal técnico con fluidez en los idiomas, algo que sigue siendo una carencia importante».

Los empresarios no suelen recurrir al Servicio Andaluz de Empleo para reclutar personal. De hecho, el SAE solo gestiona el 3% del total de ofertas algo que, en opinión de Fernández, se debe a que la burocracia que implica este recurso ralentiza el proceso y limita la capacidad de decisión de los empresarios. A cambio, acuden a las empresas especializadas en reclutar personal como las empresas de trabajo temporal, que les conectan con personal que ellas mismas preparan, lo que garantiza el éxito y permite que surjan contratos más estables en caso necesario. También recurren a instituciones que ofrecen formación específica como la Escuela de Joyería o la propia CECO. «Estamos en una etapa en que necesitamos reconducir a las personas desempleadas hacia los nuevos nichos de empleo y formar a los jóvenes en los sectores emergentes», insiste Fernández. CECO acaba de impartir cursos relacionados con la hostelería y con mecánica de vehículos y, de cara a este curso, prevén ofrecer formación relacionada con ventas, idiomas o capacitación digital y herramientas TIC.

El caso de la hostelería

Adecco es una de esas empresas dedicadas a la inserción laboral. Su directora, Ana Sánchez, coincide en el diagnóstico y pone el acento en la hostelería. «La vuelta a la normalidad ha traído un aumento brutal de la demanda de camareros, jefes de sala, cocineros, recepcionistas y personal con idiomas para la que no encontramos profesionales formados porque los que trabajaban en el sector, durante el periodo de cierre de muchos negocios, se han recolocado en otros puestos como mozos de almacén o carretilleros, cajeros de supermercado o en servicios de paquetería y han encontrado otros alicientes de conciliación, como horarios más regulados y descanso de festivos, que hacen que no se quieran volver a la hostelería». El resultado es que hay muchas vacantes sin reemplazo.

El presidente de Hostecor, Fran de la Torre, confirma esta visión. «Lo que más están demandando los restaurantes son cocineros con experiencia seguidos de jefes de sala con conocimiento de nuestros productos», explica, «aunque creemos que de cara al futuro del turismo y a quiénes son nuestros visitantes potenciales, nos hacen falta también cocineros especializados en cocina halal y kosher». Llegan muchos currículum, pero «de personas sin experiencia ninguna», comenta, lo que ha llevado a la asociación hostelera a proponer la apertura de una nueva escuela, ya que la antigua cerró, en la que formar a las personas interesadas en puestos específicos. Ana Sánchez, por su parte, también destaca el déficit de personal con FP de electrónica, electromecánicos y técnicos de mantenimiento.

El sector de la construcción también busca trabajadores especializados.

Lo antiguo y lo nuevo

La falta de formación especializada en áreas muy concretas es la clave para que los desempleados que acuden a cubrir un puesto no encajen en la oferta. La coordinadora de la intermediación con las empresas en el área de Conocimiento y Formación de Cruz Roja, Isabel Linares, explica que la entidad está muy atenta al mercado laboral y a las empresas que están creando empleo y requieren personal cualificado. En comercio y alimentación «faltan personas con experiencia y formación en oficios tradicionales como carniceros, pescaderos y panaderos», señala, trabajos que parecen no atraer mucho a las nuevas generaciones aunque son nichos de empleo importantes. En transporte y logística, un sector que ha crecido mucho durante la pandemia, estamos formando a carretilleros, en PDA, e-commerce y nos demandan muchos camioneros con carnet C; en hostelería, hay ayudantes de cocina, pero no cocineros con experiencia ni camareros con manejo de bandeja o personas con idiomas para derivar a los hoteles». Linares coincide en la fuga de profesionales de hostelería a otros ámbitos y la falta de interés de los que se han recolocado por reincorporarse a sus antiguos puestos. En la construcción, «las empresas ya no buscan peones sino oficiales de primera de albañilería, fontaneros y electricistas capacitados». Es este un campo en crecimiento gracias a la tendencia a la rehabilitación de viviendas y, en Córdoba, a la restauración de monumentos.

La arquitecta municipal Rosa Lara, que participa en buscar personal especializado para obras de envergadura, destaca la complejidad que encuentran para encontrar personas con dominio y experiencia en oficios tradicionales. Carpinteros, herreros, pedreros y canteros son perfiles muy demandados que requieren una gran especialización para atender este tipo de trabajos y que se están perdiendo poco a poco por falta de relevo. La incorporación de la mujer a estos campos aún es muy tímida aunque se las empieza a ver como peones de restauración, realizando trabajos minuciosos con gran pericia.

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La falta de habilidades para la búsqueda activa de empleo, explica Carolina Santos, técnica de Cruz Roja, es otro hándicap. «Hay personas que han estado trabajando muchos años y al quedarse en paro se enfrentan a un mercado laboral en el que los métodos han cambiado y ya no funciona el curriculum clásico», señala, «las empresas quieren ver lo que puedes aportar y comprobar tu motivación y compromiso, por eso hay que desarrollar el autoconocimiento y saber comunicar para exponer el potencial que uno tiene».

CCOO achaca la difícil cobertura de vacantes a que se oferta precariedad

CCOO cree que no se puede hablar de un déficit de profesionales que afecte de forma generalizada a distintos sectores aunque admite que «puntualmente» pueda haber dificultades para cubrir puestos. En este sentido, indica que el SAE elabora mensualmente un listado de puestos de difícil cobertura, en función de la demanda de personal y «ni la hostelería ni la agricultura ni la construcción están representadas en este ámbito». Según la secretaria de Empleo de CCOO en Córdoba, Ana Acaiña, «es difícil entender que entre 70.811 desempleados de la provincia no haya personas bien formadas dispuestas a trabajar». Para el sindicato, hay otros factores que influyen en la dificultad para cubrir vacantes como «las condiciones paupérrimas, por debajo de las estipuladas en los convenios, a cambio de elevadas exigencias y contratación por horas para jornadas completas».