El embolado del agua en Las Jaras es coetáneo a la edificación de las primeras viviendas de esta urbanización de la Sierra cordobesa, es decir, viene de largo. Un problema de instalaciones antiguas y sin mantenimiento que van provocando cortes en el suministro para infortunio de sus vecinos.

¿Qué ocurre en esta urbanización con el suministro de agua?

El problema aquí empieza a existir desde el momento en que se crea la urbanización. Para hacerlo urbano, el Ayuntamiento de Córdoba tenía que salvar el tema del agua, para lo que se creó un lago artificial, además de la luz. ¿Qué ocurrió? Pues que al ir creciendo el número de viviendas y, por tanto, la demanda de agua, y al no renovar la infraestructura con el paso del tiempo se fue generando un problema en las instalaciones que dejaron de ser acordes para llevar a cabo un ciclo integral del agua cumpliendo toda la normativa y garantías.

Entonces, ¿cómo se está gestionando esta situación?

La encomienda de gestión de las empresas Luxico Proyectos Inmobiliarios y Javiaras SA, responsables del suministro y comercialización de agua en la urbanización Las Jaras, que son las que hasta hace poco se han estado encargando del tema, ha decaído a favor de Agenagua un período de duración de tres meses, prorrogable a otros tres.

¿Con qué situación se encuentran los vecinos?

Hasta el cambio de gestión, con Luxico y Javiaras, teníamos dos problemas: el del suministro y también el de las aguas residuales ya que hay puntos donde los vertidos, por los problemas que te comentaba del mal estado de las instalaciones, se salen y van a dar al lago. De hecho, es que el suministro del agua viene del mismo sitio donde finalmente acaban vertiéndose las aguas residuales. Imagínese.

Pero esa cuestión no es baladí…

Y tanto. Hablamos de que en Las Jaras hay un problema real de salud pública. Las aguas residuales se juntan con las de suministro… Eso cada vez va suponiendo un mayor número de problemas, y de coste económico por supuesto, porque nunca se ha acometido ninguna mejora con los recibos que vamos pagando como consumidores que somos aquí. Ni la empresa encargada de la gestión ha hecho mantenimiento ni la supervisión por parte del Ayuntamiento ha sido de estar mucho encima.

Y eso da lugar a los cortes de suministro que vienen padeciendo.

Así es. Aunque esto es conocido por todas las corporaciones políticas es verdad que ninguna se acerca con un planteamiento definitivo de decir vamos a meterle manos a esto y solucionar el problema. No es hasta finales de 2019, casi coincidiendo con la pandemia, cuando se empieza a ver que a esto hay que darle una solución definitiva porque se está poniendo en riesgo la salud de las personas. En todo esto, tanto la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir como Sanidad son conscientes de la situación que aquí se estaba dando con continuos avisos y demandas y las veces en que estas instituciones han venido aquí para comprobar y hacer las analíticas pertinentes para ir viendo cómo iba la situación de la que había algo claro, se tenía que meter mano de forma urgente.

Y se empiezan a dar los primeros pasos en el buen camino…

Efectivamente. Se abrió un procedimiento administrativo por parte de la Gerencia de Urbanismo y el Ayuntamiento en el que se concluye con un incumplimiento de las obligaciones por parte de la empresa encargada de la gestión integral del ciclo del agua, Luxico. Ante esa situación, el consistorio toma cartas en el asunto para buscar una solución definitiva. Entonces, en el mes de mayo se vuelve a producir un corte de agua, como venía pasando en años anteriores, porque llevamos así más de 20 años en los cuales la interrupción del suministro ha sido constantes yendo cada vez a más, en la misma proporción que la dejadez de la empresa encargada de la gestión. Este último corte se produjo por falta de productos químicos para el tratamiento del agua, según argumentaron. Entonces se produjo otro hecho significativo similar al del informe de incumplimiento de funciones, y es que la Gerencia actuó de manera subsidiaria para poder solucionar el problema del corte de suministro. Ambos hechos muestran el interés real de la administración local por intentar solucionar este embolado.

¿Y se empieza a ver la luz al final del túnel?

Se puede decir. La solución que hay es a largo plazo - traer el agua desde Trassierra con una obra que implicaría años- pero nosotros necesitamos algo más inmediato. Lo último es que la Gerencia de Urbanismo ha llegado a un acuerdo con la empresa gestora para que durante un periodo de tres meses sea Agenagua la que acometa la prestación del ciclo integral del agua en Las Jaras. Paralelamente, Emacsa continuará con las labores de auditoría sobre el estado de la red de suministros. De momento, en una época tan complicada como es el verano, donde la población se duplica, no hemos tenido nuevos cortes de suministro.

¿Cuál es la actitud de los vecinos en todo esto?

Siempre colaboran al máximo, actuando de manera consecuente y ayudando para que la gestión que está haciendo esta empresa sea la mejor. Entonces, por ejemplo, si se están llenando piscinas se ha puesto un calendario para que cada calle llene un día de la semana; si se va a hacer alguna limpieza de estructuras como el decantador se avisa a la gente y se minimiza el gasto para que el consumo sea el menor posible; si se va a actuar sobre algún pozo de bombeo pues se intenta tirar lo menos posible de la cisterna... el objetivo para todos es el mismo, no quedarnos sin agua.

¿Cómo es la vida en Las Jaras?

Muy agradable y tranquila. Se respira armonía entre los vecinos y el entorno en el que vivimos es excepcional, en plena sierra y a quince minutos de la capital. Diría que este espacio es único en toda Andalucía. Es una zona inimaginable con rutas para hacer tanto por la mañana como por la noche, ideal para ver estrellas. Invito a todos los cordobeses a que vengan a conocer este entorno incomparable.