Durante este mes de agosto se cumplen cincuenta años del derribo de la plaza de toros que había en Ronda de Los Tejares, donde después se levantaría el edificio de Galerías Preciados que hoy ocupa El Corte Inglés. El coso de Los Tejares no fue el único con el que ha contado Córdoba a lo largo de su historia.

El más antiguo de los documentos que mencionan festejos de toros en Córdoba data de 1492 y se refiere a la lidia de dos toros en uno de los patios del Alcázar de los Reyes Cristianos, en honor y divertimento del príncipe Juan de España, único hijo varón de Fernando e Isabel, los Reyes Católicos.

Cronistas de la época y documentos de los archivos municipales recogen que en el año 1592 se celebraron fiestas de toros y cañas en la plaza de La Corredera, donde aún se conserva una angosta calle llamada Toril porque al parecer era por ahí por donde accedían los toros a la plaza. Igualmente está acreditado que en 1594 se celebraban fiestas de toros y cañas en la calle de la Feria, donde volvieron a tener lugar en 1651 por orden del corregidor, que accedía así al deseo de los cordobeses.

También en el Archivo Municipal se recoge que en el año 1691 se dieron fiestas de toros en la plaza de la Magdalena, para lo cual se cerraba la plaza. Estas funciones de toros se volvieron a celebrar en años sucesivos. En el año 1743, por ejemplo, intervino en una de ellas el célebre diestro José Delgado Pepe-Hillo, que mató un toro en fiesta de convite en honor de una monja que profesó en el convento de Santa Inés.

Después, en el año 1774, se construyó en el Campo de la Merced, contiguo al antiguo matadero, una plaza de toros de madera. Unos años más tarde, en 1789, se construyó otra plaza, con más solidez, para dar espectáculos con motivo de la coronación de Carlos V. Esta plaza fue derribada en 1810 para levantar otra en 1815. En 1820 fue igualmente demolida para levantar otra que se inauguró el 9 de julio de 1827. Esta plaza funcionó hasta el año 1834, momento en el que fue devastada por un incendio.

El coso taurino que precedió al que se ubica en Ciudad Jardín y que estuvo en pie más de un siglo.

El coso de Los Tejares

Desde aquel desastre Córdoba careció de plaza de toros. Es, diez años después, en 1844, cuando, por fin, se inicia la construcción de una nueva plaza de toros. Se comenzó a levantar en los terrenos de la Huerta de Perea, enclavada en la carrera de Los Tejares.

De la dirección de las obras se hizo cargo el arquitecto Manuel García del Álamo, que le dio una forma poligonal de dieciséis lados, con tres pisos con cuarenta y cinco palcos, doscientas setenta delanteras de grada o barandillas, doscientas catorce barreras y el resto, entrada general de tendido. En total tenía una capacidad de 8.278 espectadores. El diámetro del redondel medía 52 metros y el callejón tenía una anchura de metro y medio.

Los toriles contaban con diez chiqueros y dos corrales. Tenía cuadras, patio de caballos, desolladero, enfermería, vivienda para el conserje y otras dependencias. Aquella plaza se inauguró en la Feria de Mayo de 1846, con tres carteles de 8 toros cada uno, los días 31 de mayo y 2 y 3 de junio, y, al no estar la plaza completamente terminada, figuraba en los carteles una nota de la sociedad propietaria pidiendo disculpas por las molestias ocasionadas por la no conclusión de la obra.

En estos primeros festejos, que comenzaron a las cuatro de la tarde, actuaron los diestros Juan León, de Sevilla, Francisco Arjona Cúchares, de Madrid, y Antonio de Luque El Camarada, de Córdoba. Para este acontecimiento los ganaderos Plácido de Comesaña (Sevilla), Manuel Siguri (Sevilla), Manuel Suárez (Coria del Río) y Francisco Escobedo (Martos) enviaron seis toros cada uno.

Antigua fotografía estereoscópica del interior de la plaza de Los Tejares realizada en 1858.

En sus 119 años en activo se concedieron en Los Tejares once alternativas, siendo la primera, el 8 de junio de 1862, a los quince años de su inauguración. Esa tarde se doctoró el diestro sevillano Antonio Carmona Luque Gordito. Y las tres últimas alternativas en Los Tejares fueron a tres diestros cordobeses, José María Montilla Álvarez (26-5-1962), de manos de Julio Aparicio con Jaime Ostos de testigo. Tras frustrarse por la lluvia, la alternativa de Manuel Benítez El Cordobés anunciada para el día 12 de octubre de 1962, tuvo lugar el 25 de mayo de 1963 con Antonio Bienvenida de padrino y José María Montilla de testigo. Y la última (26-9-1964) en el viejo coso la tomó Manuel Cano El Pireo de manos de Antonio Bienvenida con Gabriel de la Haba Zurito como testigo.

En el año 1965, la breve e inconclusa temporada de este histórico coso, donde actuaron los cinco califas del toreo y los más renombrados diestros de los siglos XIX y XX, se saldó con cuatro novilladas y un festival taurino. La primera novillada picada se celebró el 14 de febrero con ganado de Los Campillones para Palomo Linares, Fernando Tortosa y Rafael Poyato. Palomo se presentó en Córdoba y Poyatos debutó con caballos. La segunda novillada con picadores tuvo lugar el día 19 de marzo, con ganado de Diego Puerta, para Francisco Ruiz Limones, El Monaguillo y Francisco Rivera Paquirri, que se presentaba en Córdoba.

El día 28 de marzo, con novillos de Manuel Benítez, se celebró un festival organizado por el propio Manuel Benítez El Cordobés a favor de los viejos toreros cordobeses. Intervinieron los matadores de toros José María Montilla, El Cordobés y Gabriel de la Haba Zurito y los novilleros Manuel Rodríguez Requena, Rafael Cruz Conde, Rafael Poyato y Joselito Torres. Esa tarde fue la primera vez que se lidiaron reses de Manuel Benítez.

Los tendidos repletos en un espectáculo de rejones en la década de 1920.

El 4 de abril hubo una novillada picada para Limones, Fernando Tortosa y Raúl Sánchez, lidiando reses de Fermín Díaz Tres Gallos.

Y la última fue el 18 de abril de 1965, cuando hubo una novillada picada de Herederos de Enriqueta de la Cova para Agustín Castellano El Puri, Antonio Sánchez Fuentes y José María Susoni. El último torero que cruzó el ruedo fue El Puri.

Tras permanecer seis años usándose como escuela taurina, cine de verano y espacio para varios eventos, el coso de Los Tejares fue derribado en el verano de 1971 para construir en su solar el gran centro comercial de Galerías Preciados.

Como testimonio de que una vez hubo en ese lugar de la ciudad una coqueta plaza de toros, hasta hace unos años solo quedaban las dos palmeras que custodiaban su puerta grande, pero una enfermedad obligó al servicio de jardinería del Ayuntamiento a talar una de ellas.

La sociedad propietaria de la nueva plaza de toros de Córdoba, que presidía José Rodríguez Jiménez, adquirió unos terrenos en la llamada huerta de La Marquesa, extramuros de Ciudad Jardín, con el fin de edificar una nueva plaza de toros, que se inauguró el día 9 de mayo de 1965 con un cartel compuesto por José María Montilla, Manuel Benítez El Cordobés y Gabriel de la Haba Zurito con toros de Carlos Núñez, festejo que fue a beneficio de la Asociación Provincial contra el Cáncer.