CÓRDOBA habla con cordobeses que viven fuera de España para que cuenten cómo han vivido la pandemia en sus respectivos países.

Juan Carlos Reche | Roma

"Ocupé mi tiempo coordinando el teletrabajo de toda la organización"

Juan Carlos Reche es un cordobés del barrio de San Lorenzo que llegó a Roma en el año 2000. Posteriormente ha vivido largos periodos en otras ciudades como Lisboa o Montevideo, pero desde 2017 ha vuelto a residir en la capital italiana como director del Instituto Cervantes de Roma. Sobre el inicio de la pandemia apunta que el fin de semana del 7-8 de marzo de 2020 estuvo en Barcelona, visitando a sus hijas, y en Italia la situación ya estaba «mucho peor, y la ciudadanía más informada y concienciada». «Recuerdo que ese fin de semana en España había un montón de actividades tipo manifestaciones deportivas, reuniones ciudadanas, etc. que en Italia ya no se podían realizar». En esos pasos por delante que llevaban los italianos, hizo que ya a mediados de la semana siguiente -alrededor del 11 de marzo- se implementase el teletrabajo. «La asistencia presencial era totalmente voluntaria» señala Juan Carlos.

Y llegó lo peor de la pandemia que tan duramente castigo a este país. «Lo más difícil de todo este tiempo ha sido el no poder viajar a visitar a mi familia», asegura. Por contra, el ser una persona muy casera hizo que el confinamiento lo sobrellevase bien. «Intenté implementar, mejorar y coordinar el teletrabajo (algo muy novedoso) de toda la organización». En Italia la pandemia ha ido evolucionando casi al mismo ritmo que en España. «Hay picos positivos y negativos. La celebración de la Copa Europa de Fútbol, que ha ganado Italia, ha supuesto un foco de infecciones enorme, que podría haberse evitado. Algo parecido sucede con el ocio nocturno en España...» subraya Juan Carlos quien añade que «sorprende, más en España que en Italia, la enorme cantidad de personas que llevan la mascarilla por la calle sin ser obligatorio». En cuanto a las vacunas explica que «hay una mezcla de movimiento antivacuna con empresarios que viven del turismo y quieren trabajar al 100 %. Hace meses decían, prefiero morir de enfermedad que de hambre».

Sonia Martín | Utrecht

"Nos angustiaba no poder viajar si nuestros padres enfermaban"

Sonia Martín y su familia dejaron atrás Córdoba en diciembre de 2010. Desde entonces viven en Utrecht. Ella recuerda que empezaron a ser conscientes de la gravedad de la situación, cuando reservaron un viaje para ir a China el verano pasado y «en diciembre del 2019 la compañía nos llamó para cancelar». Entonces decidieron cambiar totalmente el destino y marchar a Nueva York, pensando que así estarían a salvo. «Nunca imaginamos que EEUU iba a ser sacudida de esa manera y cancelamos todo el plan de viaje en marzo de 2020, después de que la situación se pusiera muy seria y empezaran los primeros lockdowns en Italia y España». En Holanda vivieron lo peor de la pandemia de manera muy distinta a como se vivió aquí. «Siempre se pudo salir de casa, aunque solo acompañado de una persona y siempre del círculo familiar», señala.

«Para nosotros lo duro fue parar completamente las relaciones sociales, no poder reunirnos con amigos que es casi nuestra familia estando fuera y por supuesto el no poder viajar. Nos angustiaba la idea de que nuestros padres especialmente o familiares se pusieran enfermos y no pudiéramos viajar para asistirlos» explica Sonia. Ese semiconfinamiento que tuvieron «fue cómodo» porque les permitió descansar más, no pasar frío en la bici para ir a trabajar o a la escuela, «nuestras empresas implantaron el trabajo desde casa desde el primer día y así seguimos, sin volver aún por la oficina». Si algo caracteriza a este país es su organización. «Desde la primera conferencia que el gobierno dio informando del semiconfinamiento y de las reglas a seguir, la verdad es que ya plantearon un plan a corto, medio y largo plazo incluyendo medidas económicas para ayudar a las pequeñas empresas».

También en unos meses las vacunaciones empezaron a ir rápido lo que les ha permitido tanto a ella como a su marido tener las dos dosis antes de volver a España a ver a la familia, a la que no veían desde el 2018. 

Sonia Martín junto a una de sus hijas y su marido. CÓRDOBA

Rocío Vadillo | Montreal

"Profesionalmente el confinamiento me llevó a aprender cosas nuevas"

Rocío Vadillo vive en Montreal desde 2018. Es profesora de flamenco y recuerda que «adaptarse al confinamiento, en cuanto a trabajo, fue duro porque tuve que organizar las clases online de un momento para otro». Un mal recuerdo al que le saca la parte positiva, «hemos aprendido cosas nuevas. Renovarse o morir que dicen, ¿no?». Asegura que se dio cuenta de la gravedad de la situación al tercer día de estar confinados, «vi que esto iba para largo y que la situación era más compleja de lo que parecía».

Al principio se lo tomó muy bien, como una liberación «porque soy artista y tengo tres hijas, así que siempre tengo mil cosas en el tintero por hacer y nunca el tiempo necesario para ello». Explica que allí nunca estuvieron encerrados «como en España, aquí siempre hemos podido salir a pasear o salir de la ciudad para ir a un parque a tomar el aire». Algo que sí ha sido generalizado en todo el mundo fue la crisis económica que se derivó de esta situación, « la inestabilidad económica también se hizo notar pronto, tuvimos ayudas muy rápidamente pero después cuando pudimos retomar el trabajo, con las restricciones la actividad se reanudó pero los ingresos no eran los mismos».

En su caso, estar sin subir a un escenario un año fue especialmente difícil, «te replanteas tus necesidades y tus expectativas pero bueno, las cosas van volviendo a la normalidad poco a poco y espero que no vayamos para atrás». Quizás un poco hastiada de todo ello acepta estar desconectada de la evolución cotidiana de la pandemia allí. Con el tema de las vacunas sucede algo similar a lo de Reino Unido, «ahora nos están mandando emails con concursos para ganar premios y becas para los que no estén vacunados y lo hagan. Muy fuerte...» asegura. «Aquí, más que movimientos antivacunas hay movimiento antimáscaras». Si bien hablamos de un país donde «está bastante mal visto la discriminación y entrar en conflictos, la sociedad es bastante respetuosa con las elecciones de los demás».

Rocío Vadillo reside en Montreal con sus tres hijas y su marido. CÓRDOBA

María José Garrido | Londres

"En Reino Unido nunca se prohibió salir a pasear"

María José Garrido es una cordobesa que vive en Londres desde 2015. Cuando se empezó a oír hablar en los informativos del virus de Wuhan ella estaba embarazada de cinco meses y medio. «La verdad es que en aquel entonces nada me importaba más allá de mi embarazo», confiesa. «Nada hacía pensar en aquellos días en un lockdown», apunta ya habituada a usar el término anglosajón para confinamiento. «Recuerdo que el martes 17 de marzo fui a hacerme un chequeo al hospital porque no me encontraba bien y llamé al trabajo para decir que no iba ese día y de pronto ¡Pum! todo el mundo confinado y los negocios y la escuela cerrados hasta nueva orden».

Un descontrol que en su caso supuso «un alivio y un descanso por no tener que lidiar con bajas médicas o andar pidiendo que me recortasen más la jornada...se puede decir que me vino muy bien» reflexiona. Hacia octubre de 2020 llegó, «el peor confinamiento para Reino Unido hasta la fecha» ya que no se pudo viajar de nuevo hasta mayo de 2021. En Reino Unido explica María José, nunca se prohibió salir a pasear, «lo que me permitió conocer el barrio en el que vivía desde hacía dos años». Respecto a la evolución de la pandemia señala que «la gente piensa que esto ha pasado pero ahora, en mi caso, es cuando mayor número de casos se están dando en mi entorno».

Sin ir más lejos su hija de 13 meses se contagió en julio en la guardería. «En un mes llevo ya tres cuarentenas de 10 días» asume resignada. Una situación que está llevando a encontrarse, por ejemplo, tiendas y supermercados sin personal, «nos encontramos muchas veces las estanterías vacías». En cuanto a las vacunas, explica que el sentimiento generalizado es «que salvan vidas» En estos días hay cierta controversia con una campaña que ha sacado el gobierno para animar a la población mayor de 16 años a vacunarse «ofreciendo regalos y dinero». 

María José, con su hija Julia, nacida durante el primer confinamiento en Reino Unido. CÓRDOBA