Los guías turísticos de Córdoba sobreviven a duras penas gracias al turista nacional desde el pasado mes de mayo, cuando concluyó el estado de alarma, y eso que cuatro de cada cinco personas que visitan la ciudad de Córdoba «te dicen que no quieren guía. El visitante individual viene con su guía de papel y no necesita más». Así resume el panorama de los guías turísticos en Córdoba el presidente de la Asociación Profesional de Informadores Turísticos de Córdoba (APIT) y presidente de la federación andaluza, Luis Álvarez.

«La situación es crítica, está muy mal. Estamos sin trabajar, porque no hay turismo internacional», sostiene el presidente de la APIT, quien espera que para la segunda mitad del año próximo los turoperadores se vayan recuperando. Los expectativas de este sector profesional se sitúan para julio del 2022, fecha en la que se prevé que el turismo internacional se recupere.

Por el momento, no hay turismo británico, francés, alemán o norteamericano que visite Córdoba. También han desaparecido los turistas japoneses y coreanos. «Había para finales de primavera un total de 97 grupos y de ellos cancelaron 96. Desde enero solo hemos contado con un grupo de americanos», explica Álvarez, quien considera que las cancelaciones se deben a «las malas noticias sanitarias de España, que son el pan nuestro de cada día» y a que «las estadísticas de la pandemia tienen que ser muy buenas para que vuelvan turistas como los japoneses o los coreanos, aunque la vacunación avance».

De los cerca de 50 guías que hay actualmente en la asociación cordobesa, según sus datos, trabajan unos diez por la mañana y otros cinco o seis por la tarde. Pese a esta situación, nadie se ha dado de baja en APIT. «Trabajo no hay. Como mucho, y con suerte, se pueden hacer una o dos visitas al día y eso con mucha suerte», insiste Luis Álvarez. Con esa jornada laboral, continúa el presidente cordobés, «te da para ir al supermercado, pero no llega para pagar la hipoteca». Y recuerda que «hay muchos guías jóvenes, casados, con hijos pequeños y pagando un alquiler o una hipoteca».

La única esperanza es acercarse al Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral y encontrar algún turista nacional que quiera contratar una visita, según sus palabras. «Hay muchos guías que tienen reparo de ir a la Mezquita-Catedral y se están apañando con ahorros», asegura Luis Álvarez.

También quiere dar las gracias al Cabildo de la Catedral de Córdoba por tener el monumento abierto al turismo, porque «si trabajamos algo es porque la Mezquita está abierta al turismo. Sin la Mezquita-Catedral abierta a los turistas no tendríamos ni esa pequeña posibilidad para trabajar», indica.

Luis Álvarez, que se autodefine como una persona optimista, informa de que todavía «no hay peticiones de guías turísticos para touroperadores, ni fecha, en Córdoba», pero sostiene que el turismo se irá recuperando en julio.