Unas 300 tiendas y establecimientos de hostelería del centro y la Judería han abierto esta noche , coincidiendo con la festividad de San Juan, con las puertas abiertas hasta la medianoche.

Centro de Córdoba en ‘La Noche Más Larga'. A. J. GONZÁLEZ

La propuesta de ‘La Noche Más Larga’, promovida y coorganizada por la asociación de comerciantes y hosteleros del centro, Iluminando Juntos, para dinamizar la actividad comercial del centro y el casco histórico, brindó la posibilidad a los clientes de disfrutar de tres horas más, a modo de tiempo extra, para realizar compras o disfrutar del fresco de la noche en la terraza de un bar. Esta iniciativa, en la que también colaboró la Asociación de comerciantes de la Judería, concebida para activar un sector especialmente castigado por la pandemia, no ha terminado de cuajar. En este horario ampliado los comercios han ofrecido a sus clientes promociones especiales y los bares y tabernas han dado una tapa gratis acompañando cada consumición. Las terrazas estaban abarrotadas pero los comercios no han percibido tanto ese movimiento de gente en la calle y muchos han echado la persiana solo media hora después del horario habitual de cierre. 

Una mujer mirando ropa en ‘La Noche Más Larga'. A. J. GONZÁLEZ

En la zona Judería, el ambiente ha sido demasiado tranquilo. En ese entorno el que más tirón tenía era el bar Santos, nada fuera de lo habitual. Laura Roda, de la asociación de comerciantes de esta zona y dueña del Doble de Cepa se muestra optimista y ha notado algo más de movimiento que cualquier otro día. Se ve algo distinto por las tiendas de regalos. La de Magistral González con Encarnación es una de las pocas que están abiertas pero el trasiego en su interior brilla por su ausencia. «Nosotros aguantaremos hasta las doce» apunta Laura mientras atendía comensales, «pero las tiendas no creo». Y es que el discreto movimiento de turistas que había tampoco favorecía lo contrario. En el centro, el ambiente ha sido muy parecido. El jolgorio se hacía notar en las terrazas de los bares donde era difícil coger sitio pero los comercios aguantan estoicos el tirón. En la calle Barqueros, Belén Fernández, de la tienda Stiletto, admite que la tarde ha sido mejor que la noche aunque los comercios de moda de esa zona estaban concurridos. En la Calle Góngora el panorama pintaba mucho peor. Lales, dueña de una tienda de moda femenina, achacaba el poco público a la falta de difusión del evento. «Esto es un desastre, no ha entrado nadie» se lamentaba mientras apagaba y se iba.