El abogado penalista Carlos Arias ha sido elegido este jueves nuevo decano del Colegio de Abogados de Córdoba, en una reñida votación frente a otros dos candidatos.

Fue el último en presentar su candidatura y ha llegado el primero. ¿Qué valoración hace del apoyo recibido?

Parece que el dicho de que los últimos serán los primeros ha sido real en este caso. Hago una valoración muy positiva del apoyo. Estas elecciones han sido históricas para el Colegio porque ha habido muchas novedades. Candidaturas completas, el voto telemático, fechas distintas, muy complicado. Pero lo que más me ha llamado la atención ha sido la movilización que hemos conseguido, la gente que fue allí, la competitividad, que por dos votos no se han sacado algunos candidatos... ha sido algo emocionante al máximo. Va a ser para mí un recuerdo inolvidable.

-¿Y de dónde le ha llegado el respaldo a su candidatura?

-Es muy importante que el decano salga con una diferencia abultada respecto a los otros candidatos. Un decano debe ser elegido con mucha mayoría y estoy contentísimo del apoyo. Yo tengo 35 años de trabajo y quien me conoce sabe que siempre he abierto mi puerta a quien ha llegado a ella y eso yo creo que se ha recogido. Además, por mi labor en anteriores juntas de gobierno del Colegio, con la organización de los cursos de menores, de derecho penitenciario, defensor del colegiado, que es de las cosas más gratificantes que he tenido. A mí me ha llamado gente con problemas muy distintos, jurídicos y no jurídicos, personales... es decir, he tenido mucho contacto con mis compañeros y eso creo que es lo que al final ha hecho que haya habido esta diferencia de apoyo con los demás. Al final, lo que queda es lo que tú hayas hecho por la gente.

-¿Por qué han sido tan reñidas estas elecciones? ¿Qué expectativas creaba?

-Han sido muy reñidas porque han sido tres candidaturas muy fuertes. Al anunciarnos José Luis Garrido que ya no se iba a volver a presentar, hace ya mucho tiempo, lógicamente muchos compañeros decidieron que podían acceder a la junta de gobierno. Es un anhelo y deseo que muchos compañeros tienen para mejorar su colegio, es un Colegio vivo. También a lo mejor porque ha durado cinco meses la campaña. Las elecciones tuvieron que haberse celebrado en diciembre, pero por problemas de la pandemia se suspendieron. Ha sido una campaña muy larga y lo que sí se demuestra lo vivo que está el Colegio.

-Ha trabajado diez años junto a José Luis Garrido en su junta de gobierno, ¿se podría pensar que la suya era la candidatura del continuismo?

-¿Eso de continuista qué quiere decir? Lógicamente, una institución no puede decir lo cambio todo de la noche a la mañana. Esa maquinaria que está funcionando bien uno no la tira y la cambia sino que si se rompe algo se mejora o se arregla. En lo que se puede mejorar o no funciona bien es en lo que yo quiero incidir. Los tiempos y problemas que tenemos ahora no son los de hace 8 o 9 años. Ahora los abogados tienen los problemas derivados de la crisis que tenemos, necesitan una junta más cercana, que luche más por ellos. No es que antes no se luchara, sino que el abogado sienta el Colegio más a su lado. Y además, yo tengo una impronta, una forma de ser totalmente distinta a la de José Luis Garrido, ni mejor ni peor, diferente. Mía y de mi equipo, pero también los cinco compañeros que no eran de mi candidatura iremos en el mismo barco.

-¿Qué se puede mejorar?

- Pues mire, el tema de la Escuela de Práctica Jurídica, por ejemplo, que siempre ha sido como un ente aparte. Los colegiados que no tenían que hacer cursos la veían como algo que no sabían lo que era. Y no, la Escuela de Práctica Jurídica la creó el Colegio de Abogados, y la vamos a integrar con las comisiones, vamos a tener un diputado que coordine, vamos a hacer más racional todo lo que es la formación, eso por un lado. Después, mi empeño personal es en el trato a los abogados. No digo que los traten mal, pero no es de recibo que a un abogado que está haciendo su trabajo le riña un juez, o le llame la atención, o que un funcionario lo trate como si fuera un justiciable. Nosotros no somos justiciables, somos colaboradores de la administración de justicia, y sin nosotros los jueces y fiscales se van a su casa. Los abogados somos indispensables y no puede ser tratado en los Juzgados, cuando estamos trabajando, diciéndonos usted no pase por aquí o las pegas que se les ponen a los compañeros. Yo voy a ser muy radical en ese sentido. De otra parte, también voy a luchar por cosas nimias, pequeñas, pero que pueden hacer que la vida del abogado sea más fácil, como pantallas para avisar y evitar el pelotón que se forma allí en los juicios. Hay que quitarle estrés a esta profesión en los Juzgados, que bastante tenemos en los despachos.

-En este sentido, el defensor del Colegiado, que fue una de sus aportaciones, ¿qué ha conseguido desde que se creó?

-El defensor del Colegiado ha sido una figura, que creamos José Luis Garrido y yo, y luego nos han copiado en muchos sitios, ha conseguido que los compañeros hayan tenido alguien a quién preguntarle, incluso para hacer una demanda, a quien le podías contar lo que te había pasado y en función de la gravedad del problema se actuaba de una forma u otra. El abogado que tiene un problema en la guardia, a veces incluso que te cuente sus penas, pero ese sentirse un poco que estás ahí para ampararlo. En el Estatuto de la Abogacía hay una cosa que es el amparo. Y cuando un colegiado se siente maltratado o tiene un problema pide amparo al Colegio, y eso quiero que se haga un protocolo y se regule. Yo conseguí la primera sentencia en España por la que se condenó a un cliente por haberle pegado a un abogado, que antes era un juicio de faltas y yo conseguí que fuera un delito. Pero claro, yo como defensor del colegiado no puedo defender a todos los abogados porque si no tengo que dejar mi despacho. Por eso quiero que se articule un sistema, incluso con un grupo de abogados expertos, y que se pague. Y ojo, que esa oficina informe también a los nuevos abogados de subvenciones que pueda haber, dudas, organizarles los despachos, el tema informático. Eso, junto con la escuela de Práctica Jurídica, que sea realmente de práctica, que me enseñen cómo defiendo porque estudiar ya hemos estudiado mucho en la carrera.

-Y respecto al turno de oficio, ¿cuáles son sus reclamaciones?

-El turno de oficio es un problema de muchos años. Antes se llamaba la justicia de pobres y hoy esto ha cambiado mucho. Yo lo que quiero es, primero, que el pago a los abogados por el turno de oficio sea una media con lo que se paga en otros sitios. Lo que no puede ser es que aquí se pague menos de la mitad que en otros sitios con el mismo trabajo. Esa es una lucha que voy a hacer ante la Junta de Andalucía, que sea un importe justo. Segundo, la organización del turno de oficio debemos intentar racionalizarla mejor, con las designaciones en los partidos judiciales. Voy a ser el Pepito Grillo dando la lata ante todos los organismos para que se atienda esto. Hoy, el 70-80% de los asuntos son del turno de oficio y además, ¿qué familia no ha ido hoy a un Juzgado por diversos motivos? Si lo pagamos y lo regulamos mejor, el servicio será mejor.