La Asociación Cordobesa de Hostelería y Turismo (Hostecor), a través de una encuesta realizada a nivel del ámbito hostelero, fija en un sesenta por ciento el descenso en el volumen de facturación durante la Semana Santa del sector con respecto al ejercicio de 2019, último año donde se cuantifican ingresos en las mismas fechas.

Desde la junta directiva de Hostecor, en una nota de prensa, se apunta que, en las recién concluidas festividades, asumidas como parte de la temporada alta en Córdoba, solo han podido abrir un cincuenta y cinco por ciento del total de negocios ubicados en el casco histórico de la capital cordobesa.

Con respecto al tipo de servicios desarrollados, la misma información recabada señala que los días con mayor porcentaje de clientes han sido el jueves, viernes y sábado, al mediodía, donde más reservas se han registrado, como era previsible siempre y cuando el tiempo fuera favorable, como ha sido el caso, circunstancia que, en cambio no ha acompañado para incrementar los servicios de cenas, apenas con un volumen de reserva no superior al diez por ciento. Los lugares de hostelería que cuentan con terraza han podido completar casi la totalidad de la mesas disponibles durante esas jornadas. La zona más negativamente afectada por el descenso del número de clientes, como se ha apuntado, ha sido el casco histórico, donde sus locales hosteleros han facturado un setenta y cinco por ciento menos que en 2019.

Ante esta coyuntura, desde Hostecor se califica el balance como de muy desfavorable, en base a las cifras obtenidas, circunstancia que obliga de nuevo a su junta directiva a pedir agilidad para que las anunciadas ayudas lleguen a los empresarios de este sector, algo que, de momento, no ha sucedido. Así, se insta a que se amplíe la cobertura de los ERTES más allá de mayo, mes fijada a priori para la conclusión de los mismos.

Hostecor augura el peor verano de la última década, en referencia al volumen de actividad y negocio del ámbito, de no llevarse a cabo dicha medida, considerada de fundamental para el devenir del sector. En este sentido, se considera que si a partir de mayo la incidencia de la pandemia continúa, se prevén despidos masivos, con la consecuente repercusión en el incremento en el volumen de desempleados y el aumento del gasto por despido. Desde la asociación se apunta que la hostelería está viendo cómo se cumplen las peores previsiones contempladas en este escenario, dado que aún no hay ayudas y no se prevé que el coronavirus mengüe su incidencia.

La junta directiva de Hostecor lamenta que se haya culpado a un sector cumplidor con la normativa en todo momento y que no se hayan puesto las suficientes medidas para evitar aglomeraciones masivas durante la Semana Santa, circunstancia que podrían fijar la antesala de una cuarta ola de propagación. Así, se solicita a las autoridades competentes "el mayor esfuerzo para procurar que la vacunación masiva se lleve a cabo cuanto antes. De igual manera, se agradece el comportamiento general de la clientela durante estas celebraciones, salvando excepciones, se incide en que la hostelería mantiene un firme y riguroso compromiso por cumplir con la normativa y se recuerda que, a día de hoy, no se pueden llevar a cabo celebraciones en domicilios particulares en los que haya más de seis personas, por lo que hace se hace un llamamiento a la responsabilidad y a la prudencia".

La Judería

La asociación de empresarios de La Judería La Medina ha señalado a este periódico que esta Semana Santa se ha producido una caída del 90% de la facturación con respecto al 2019, ya que no han abierto los museos, los principales hoteles están cerrados y las tiendas de souvenirs apenas han hecho facturación, las que se han decidido a abrir.

Laura Roda, presidenta de la asociación La Medina, explica que la apertura de La Mezquita ha beneficiado que durante el día se viera más movimiento, pero "las noches están desiertas".

Los pocos que han abierto "lo hacen por ilusión y por salud mental" pero no para obtener beneficios, y "lo malo es que la gente está pensando en volver a cerrar ahora, tienen miedo de comprar género y que se les ponga malo, tienen miedo a la cuarta ola".