A veces, al otro lado del teléfono está la esperanza, las palabras de alguien que escucha y orienta a una persona en situación de crisis emocional, la cual necesita una respuesta rápida y puntual. Ahí, detrás del Teléfono de la Esperanza en Córdoba, 40 voluntarios, formados en orientación en crisis, atienden y ayudan a hombres y mujeres con problemas de ansiedad, estrés, soledad, predisposición al suicidio o en situación de duelo por la pérdida de un ser querido. Y este año, esta oenegé cumple 50 años a nivel nacional, a lo largo de los cuales ha atendido 5 millones de llamadas telefónicas de personas en crisis y 400.000 de ellas con la temática del suicidio como protagonista. La asociación tiene previsto realizar actividades durante todo el año , con la reina Letizia como presidenta de honor, y clausurará la efeméride en noviembre en Madrid. En Córdoba, tienen previsto hacer una gala en octubre.

Córdoba es una de sus sedes más nuevas. Comenzó a funcionar en el 2007, pero solo con talleres en centros cívicos, y en el 2013 empezó con el teléfono, primero en un local en la calle Concepción y ahora en Cañero.

El voluntariado

Al frente de esta asociación de voluntariado se encuentra Josefina Santos, médico, que también forma parte de la Ejecutiva nacional. «Debemos sacar vida y tiempo para dedicarnos a esto, pero es algo tan bonito, que también te ayuda en tu vida personal, a crecer como persona», confiesa Santos, que destaca «el ambiente de trabajo fantástico» que existe entre los 40 voluntarios cordobeses, de los que 17 atienden las llamadas, y que son mayoritariamente mujeres, de una edad media entre 50 y 55 años. «Ahora está entrando más gente joven, por debajo de 40 años, que llegan con mucha fuerza y vitalidad», dice la responsable del Teléfono de la Esperanza.

Josefina Santos deja claro que los voluntarios que atienden el teléfono son orientadores formados. «Eso lo llevamos muy a gala y creemos que es muy necesario», dice. De esta forma, el plan de formación consta de dos cursos de desarrollo personal, «en los que saneamos nuestro interior», y un curso de orientación en crisis, para dar «una respuesta empática, saber cómo ayudar a personas en situación de duelo o incluso con ideas suicidas». Y cuando se considera que la persona atendida necesita más ayuda, se deriva a un equipo de profesionales, que en Córdoba está compuesto por un psicólogo, dos psicopedagogos y una terapeuta en duelo.

Las llamadas (957 4701 95 y 717003717) son gratuitas y anónimas. Pero, «aun cuando la atención telefónica es la vía que nos abandera, tenemos una segunda línea igual de importante, que es la promoción de la salud emocional», explica Santos. Esto se realiza a través de talleres en su sede de Cañero, dirigidos por psicólogos, que van desde mindfulnes a comunicación saludable o recuperando nuestras fortalezas.

La pandemia

Desde que comenzase el estado de alarma, el pasado marzo del 2020, el Teléfono de la Esperanza se ha convertido para muchas personas en un palo donde agarrarse. «Si toda nuestra historia de cincuenta años está marcada por el contacto con el sufrimiento y la fe inquebrantable en la capacidad del ser humano para abordarlo y levantarse en las circunstancias más adversas, el pasado año ha sido muy especial para nosotros. Es curioso que, tras tan larga trayectoria, el último año se transforme en uno de los hitos más importante de nuestro recorrido», dice la asociación. En Córdoba se han atendido durante este tiempo 4.397 llamadas, un 40% más que el mismo periodo del año anterior, de las que 4 han sido por intento de suicidio (0,18%). La mayoría de llamadas fueron por ansiedad, miedo por el covid, problemas de soledad o agravamiento de la depresión por las restricciones y el confinamiento. «Hay llamadas que impactan mucho, hay veces que te tocan el alma, situaciones de vida muy dolorosas», confiesa Josefina Santos, por lo que ellos mismos tienen reuniones para «hacer acompañamiento, desahogarnos emocionalmente». Pese a todo, les compensa poder ayudar a quien tanto lo necesita.