Casi 300 muestras de pacientes con cáncer de mama, pulmón, colorrectal y páncreas están siendo ya analizadas por los investigadores que participan en la Alianza Andalucía-Roche, una estrategia en oncología médica de precisión para conseguir soluciones innovadoras para estos tipos de cáncer que se está desarrollando desde hace un año en los hospitales Reina Sofía de Córdoba, Regional y Virgen de la Victoria de Málaga, y Virgen del Rocío de Sevilla, con el apoyo de los institutos de investigación provinciales, entre ellos, el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic y la coordinación de la Fundación Progreso y Salud.

A partir del estudio de estas muestras, los investigadores tienen como objetivos científicos la concreción de biomarcadores diagnósticos para mejorar e incrementar la predicción y los pronósticos en diferentes tipos de cáncer, así como la evaluación de nuevos agentes y estrategias de inmunoterapia, aportando soluciones innovadoras a los pacientes desde un enfoque multidisciplinar.

Para ello, desde la Alianza se persigue la implementación de herramientas moleculares y la caracterización del microbioma que ayude a mejorar los actuales métodos de diagnóstico y el desarrollo de nuevas plataformas preclínicas.

Cáncer de páncreas

En estos momentos se encuentran en marcha proyectos como el de cáncer de páncreas, coordinado por el grupo de investigación ‘Nuevas terapias en cáncer’ del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), liderado por Enrique Aranda, jefe de servicio de Oncología Médica del Hospital Reina Sofía de Córdoba. Este proyecto persigue descubrir nuevos biomarcadores para garantizar la detección temprana de este tipo de cáncer, realizar un pronóstico más preciso y ayudar a predecir la recurrencia de esta enfermedad. En concreto, los investigadores han puesto en marcha una nueva línea de investigación que persigue desarrollar una serie de biomarcadores de cáncer de páncreas basados en la detección de ADN tumoral y su posterior seguimiento en la sangre de los pacientes a través de biopsia líquida. Esta novedosa técnica de diagnóstico y seguimiento del cáncer proporciona información molecular del tumor muy relevante para el diagnóstico, el tratamiento y la monitorización de la respuesta a la terapia.

Cáncer de mama

En cáncer de mama existen varias líneas de trabajo. Una de ellas, liderada por Javier Salvador, investigador coordinador y jefe de servicio de Oncología Médica del Hospital Virgen del Rocío, pretende predecir la respuesta al tratamiento neodayuvante, tratamiento farmacológico antes de la cirugía, mediante biopsia líquida (muestra de sangre). Esto permitirá identificar biomarcadores predictivos, en muestras de fácil acceso, que ayuden a definir el tratamiento para la paciente en cáncer de mama.

La otra línea de trabajo se centra en definir las resistencias al tratamiento actual de la enfermedad luminal metastásica en cáncer de mama (receptores hormonales positivos y HER2-) mediante el desarrollo de plataformas preclínicas como son los organoides, procedentes del propio tejido tumoral de las pacientes, para alcanzar una medicina más precisa. Esto permite estudiar tanto a nivel de expresión genética como de mutaciones todas las variantes que pudieran estar implicadas en tal resistencia. Además, se correlacionarán estos resultados, con tejido y sangre de pacientes, para poder definir un conjunto de biomarcadores predictivos de respuesta a inhibidores de ciclinas y poder definir la estrategia terapéutica combinada más apropiada a cada paciente.

Por otro lado, Emilio Alba, investigador principal del proyecto del nodo de Málaga y jefe de servicio de Oncología Médica del Hospital Regional y del Virgen de la Victoria de Málaga, lidera una línea de trabajo que investiga el papel de la biopsia líquida en el cáncer de mama localizado y metastásico.

En el cáncer localizado se está investigando la utilidad de esta tecnología en el diagnóstico de la enfermedad con el objetivo de detectar tumores más pequeños que los detectados por técnicas de imagen y en la detección de enfermedad mínima residual tras la cirugía con el objetivo de permitir conocer con más exactitud si hay enfermedad microscópica no detectable por ningún otro método de diagnóstico de los utilizados en la actualidad.

Asimismo, en el cáncer diseminado esta técnica permite monitorizar casi en tiempo real los cambios biológicos del tumor que nos permitan detectar la resistencia precozmente y adecuar el tratamiento a la nueva situación biológica. Este hecho es importante porque estos cambios biológicos se producen meses antes que los cambios radiológicos o clínicos. El equipo de Emilio Alba también está investigando si los diferentes patrones de microbiota se asocian a la presencia de cáncer y si hay también patrones diferentes en los diferentes subtipos de cáncer de mama (hormonosensibles, HER2, etc). Asimismo, se está estudiando si la microbiota intestinal está relacionada con la sensibilidad o resistencia al tratamiento hormonal del cáncer de mama.

La Alianza Andalucía-Roche cuenta con un presupuesto conjunto de 2,4 millones de euros hasta 2022 y constituye una clara apuesta por las potencialidades de los grupos de investigación en cáncer que desarrollan su trabajo en Andalucía. Desde su constitución, hace un año, ha generado siete puestos de trabajo.