Unicaja ha publicado el número 4 de su informe trimestral Situación económica y perspectivas de las provincias de Andalucía, elaborado por Analistas Económicos de Andalucía. Según recoge este documento, las estimaciones realizadas por la sociedad de estudios del Grupo Unicaja Banco apuntan a un fuerte retroceso del Producto Interior Bruto (PIB) de las provincias andaluzas para el 2020 y a un crecimiento generalizado para el 2021.

En el caso concreto de Córdoba, el PIB podría caer un 11,4% en el ejercicio 2020 en comparación con el año anterior (tres décimas menos que la media andaluza), aunque en un escenario menos favorable la reducción llegaría a un 11,8 (cuatro décimas menos que el promedio regional).

En cuanto a la perspectiva para el 2021, el mismo documento contempla que el PIB se incrementaría un 5,8% en Córdoba (muy por debajo de la media andaluza, que sería del 6,7%), aunque en el peor escenario crecería solo un 4% (una décima menos que la subida regional).

De este modo, de acuerdo con las estimaciones de Analistas Económicos de Andalucía, en el escenario más favorable, todas las provincias andaluzas presentarían una caída del PIB superior al 10,5% en el 2020, siendo de más del 12% en las de Cádiz, Granada y Málaga. En un supuesto menos favorable, la contracción superaría el 11% en todas las provincias.

Para el 2021, se prevé un crecimiento del PIB superior al 4% en todas las provincias andaluzas, con tasas comprendidas entre el 4% de Jaén y el 8,6% de Málaga. No obstante, en un escenario menos favorable, el crecimiento se situaría por debajo del 5% en todas las provincias.

Caída de la actividad

Por otra parte, de acuerdo con el estudio de esta misma sociedad, en el tercer trimestre del 2020 la actividad económica habría registrado un descenso generalizado en todas las provincias andaluzas, más moderado que el estimado en el trimestre anterior. El retroceso de la producción habría sido más acusado que en el conjunto regional (-8,5%) en Málaga (-10,1%), Granada (-9,6%) y Cádiz (-9,0%).

En lo que respecta al empleo, según las cifras publicadas por la Encuesta de Población Activa (EPA), el impacto de la crisis está siendo muy acusado, aunque el número de ocupados ha crecido de forma generalizada en el tercer trimestre, exceptuando en la provincia de Huelva. Destacan los aumentos de Cádiz (30.400 ocupados más que en el segundo trimestre), Málaga (17.800) y Jaén (16.500). Estas cifras de empleo incluyen a los trabajadores afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

En términos interanuales, sin embargo, la caída de la ocupación es generalizada, a excepción de la provincia de Cádiz (1,3%). En el resto, las caídas superan el promedio regional (-3,7%). En concreto, la disminución sería en Granada de un 6,1%; en Sevilla, de un 5,6%; en Málaga, de un 4,7%; en Huelva, de un 4,3%, y en Almería, de un 4,1%.

El impacto sobre el empleo se refleja también en la evolución de la afiliación a la Seguridad Social. En el acumulado de enero a noviembre, el descenso en términos interanuales es generalizado, superándose el promedio regional (-2,5%) en Málaga (-4,1%), Jaén (-3,4%), Córdoba (-3,1%) y Cádiz (-2,8%). No obstante, si se comparan los datos de noviembre con los del mes de abril, cuando se registró el mínimo, la afiliación solo disminuye en Huelva, aumentando en el resto de provincias, con tasas superiores a la media andaluza (4,5%) en Jaén, Córdoba, Sevilla, Cádiz y Almería.

Entorno económico internacional, nacional y regional

Los avances en la generación y distribución de vacunas frente al covid-19, así como el comienzo del proceso de vacunación se han traducido en una mejora de las expectativas económicas a escala global, aunque persiste un alto grado de incertidumbre. No obstante, en su último informe de Perspectivas Económicas, la OCDE estima que la actividad seguirá limitada y que posiblemente el distanciamiento social y el cierre parcial de fronteras se mantendrán a lo largo de la primera mitad del 2021.

En este contexto, para este ejercicio, la OCDE prevé un crecimiento de la economía mundial del 4,2%, tras descender en el 2020 en un porcentaje similar, aunque las perspectivas siguen siendo inciertas.

El impacto de la pandemia, aunque generalizado, presenta diferencias situaciones entre países, condicionadas por la propagación del virus, las medidas puestas en marcha para contenerla o la propia estructura sectorial de las economías. En este sentido, la española, con un mayor peso del sector turístico y de las actividades que requieren más interacción social, será la que registre en el 2020 una mayor caída de la producción en el seno de la UE, aunque también será una de las que más crezca en 2021.

De hecho, las últimas proyecciones del Banco de España apuntan a una caída del PIB en el 2020 entre el 10,7% y el 11,6% en función del escenario considerado. En todos ellos esta contracción iría seguida de una recuperación relativamente intensa, con un crecimiento estimado para el 2021 entre el 4,2%, en el escenario severo, y el 8,6%, en el suave.

Respecto a la economía andaluza, en el tercer trimestre del 2020 el PIB creció un 14,5%, tras registrar una caída superior al 15% en el trimestre anterior, situándose la variación interanual en el -8,5% (-19,8% en el trimestre anterior), según los últimos datos de la Contabilidad Regional Trimestral publicados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA). La aportación negativa de la demanda interna se ha moderado hasta los -7,6 puntos porcentuales, registrándose aumentos trimestrales superiores al 20% en el consumo de los hogares y en las exportaciones de bienes y servicios. En términos interanuales, el consumo privado desciende un 9,2%; la inversión, un 15,6%, y las exportaciones, un 20,4%.

Desde la óptica de la oferta, y según los datos publicados por el IECA, en el tercer trimestre del 2020 se produjo un crecimiento generalizado del Valor Añadido Bruto (VAB), destacando los aumentos superiores al 30% en las ramas de comercio, transporte y hostelería, y actividades artísticas y recreativas. No obstante, en términos interanuales, el valor añadido ha descendido en la mayor parte de las ramas productivas, a excepción de la Administración pública (1,9%), las actividades financieras y de seguros (5,6%) y el sector agrario (6,6%). Especialmente destacable continúa siendo la caída en las ramas de actividades artísticas y recreativas (23,1%), comercio, transporte y hostelería (21,9%) y actividades profesionales (17,2%).