Córdoba se enfrenta a una década clave para su futuro. Es el momento de poner solución a debates que se prolongan desde hace demasiado tiempo. Una vez resueltos situaciones del pasado, tenemos que sentar las bases del futuro inmediato a través de una estrategia sólida y estable que sitúe a Córdoba y su provincia en el lugar que se merece. Hemos de trabajar, entre todos, para generar una Córdoba de oportunidades, impulsando la actividad económica, y adoptando medidas que atiendan a quienes más lo necesitan para que nadie se quede atrás.

En Córdoba se ha gobernado durante los últimos años sin tener en cuenta a una mayoría social. Se debe gobernar para todos. Hemos de olvidar polémicas estériles y centrarnos en lo importante: generar actividad económica y adoptar medidas sociales que hagan de Córdoba una ciudad sostenible e inclusiva. El principal problema de Córdoba es la falta de diálogo y proyecto estratégico que marque una hoja de ruta definida. Sabemos dónde están nuestras potencialidades. Hemos de fijar, entre todos, la hoja de ruta a seguir para lograr sacar el máximo rendimiento. Un camino que sea estable y que fije el rumbo independientemente de quien esté en el gobierno de la ciudad. Lo importante debe ser Córdoba.

Por ello, hay que fijar y cumplir un plan estratégico para la próxima década. Córdoba es referencia en el sector agroalimentario, en logística, la industria cultural debe ser un elemento clave, el turismo es un pilar de la economía local, como la joyería,... Córdoba va a ser referencia en sector tecnológico. Tenemos mucho talento en nuestra sociedad. Y lo hemos de proyectar. Desde el Ayuntamiento hemos de impulsar un plan estratégico que ha de ser la hoja de ruta para la Córdoba del futuro. Y en el que han de aportar todos los sectores de la sociedad, desde el ámbito público y privado. Ese plan estratégico nace para impulsar una Córdoba más sostenible e inclusiva.