Morir en soledad. Ha ocurrido en el bloque de Sama Naharro, el edificio de Vimcorsa habitado por personas mayores, donde los bomberos han rescatado a un anciano de 84 años que vivía soloun anciano de 84 años en uno de los pisos. En este caso, no se trataba de un mayor abandonado por los suyos. Al contrario, la muerte le pilló en casa solo, como podía haberle sorprendido acompañado, ya que uno de sus hijos lo visitaba asiduamente y estaba muy pendiente de su estado. Precisamente fue él quien, después de llamarlo en varias ocasiones como hacía a diario, se preocupó porque no le contestaba el teléfono y acudió a ver si se encontraba bien. Cuando llegó, no pudo abrir la puerta porque las llaves estaban puestas por el otro lado y dio la voz de alarma, lo que movilizó rápidamente a los bomberos que acudieron hasta el edificio para intentar entrar al inmueble. Según ha podido saber este periódico, llevaba poco tiempo viviendo en este edificio y residía solo por su deseo expreso de mantener su independencia, algo muy habitual entre los mayores que se encuentran en buen estado de salud.

Una vecina del bloque declaró que se cruzó con él hace dos días, por lo que supone que el fallecimiento ha ocurrido este mismo fin de semana. La persona fallecida no parecía sufrir ninguna enfermedad, aunque tenía los achaques propios de la edad, según relatan las mismas fuentes, que han indicado que los bomberos encontraron al anciano en su cama.

Este no es el único caso ocurrido en el edificio, que está habitado por personas de la tercera edad. Hace un mes, los bomberos intervinieron en la apertura de otra vivienda, pero en ese caso, la persona localizada "llevaba más días muerta". El fallecimiento de un vecino de un bloque de estas características, donde viven muchos mayores, es un acontecimiento especialmente luctuoso, que afecta al estado de ánimo del resto. "Es muy triste pensar que alguien ha muerto solo, debe haber sido un golpe para su hijo encontrarlo así".