Carlos Cuevas y Luis Azcona son dos cordobeses que viven desde hace nueve y más de diez años respectivamente en China, la nación más poblada del mundo, donde residen más de 1.400 millones de habitantes. Aunque ambos hacen su vida con total normalidad, siguen de cerca las recomendaciones que el Gobierno chino ha realizado a la población ante la expansión del coronavirus. Pero, ¿qué es el coronavirus? Es un microorganismo que causa infecciones respiratorias como la neumonía y que fue descrito por primera vez en diciembre del 2019.

Su rápida propagación se está comparando con la que tuvo el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS), que entre el 2002 y 2003, provocó unas 700 muertes en todo el mundo. En China se está estudiando si el contagio a humanos de este virus se produjo en un mercado de la ciudad de Wuhan, y aunque, en principio, parecía que estos virus podían pasar sólo de animales a humanos, las autoridades chinas han confirmado el contagio entre personas que no pasaron por ese mercado. Ante esta situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó ayer una reunión para acordar si se declara la emergencia internacional por la expansión del coronavirus y el Ministerio de Sanidad español decidirá el viernes qué medidas adopta ante la expansión de esta infección. Los síntomas de la también llamada neumonía de Wuhan, que ha causado ya 17 muertes y más de 400 contagios, son fiebre y fatiga, acompañados de tos seca y, en muchos casos, de disnea (dificultad para respirar).

Tanto Carlos como Luis exponen que, entre los consejos divulgados por los medios estatales chinos y la OMS para evitar el contagio de este virus están el uso de mascarillas, utilizar pañuelos para cubrirse la nariz y la boca cuando se tose o se estornuda, lavarse las manos de manera frecuente, evitar las aglomeraciones en espacios y medios públicos, tales como el metro, y acudir al médico tan pronto se identifiquen los síntomas.

Carlos, que vive en Shanghai, ciudad de 24 millones de habitantes que está a más de 800 kilómetros de Wuhan (el epicentro del coronavirus) señala que «de momento seguimos con la misma rutina que antes de la existencia del coronavirus, salvo que ahora utilizamos mascarilla». Este cordobés no suele coger el metro y trabaja allí como encargado de ventas en Asia para la cooperativa vinícola San Valero.

Ante el Año Nuevo Chino

Por su parte, Luis, que trabaja para una importante multinacional y reside en Hangzhou, ciudad de más de nueve millones de habitantes que está a más de 750 kilómetros de Wuhan, recalca que él tampoco suele utilizar medios de transporte públicos. Se muestra tranquilo, aunque apunta que algunas empresas han decidido que sus empleados trabajen desde casa. Luis resalta que se está ofreciendo mucha información de cómo se puede prevenir la enfermedad, incluida la asistencia sanitaria que hay prevista en caso de que una persona se note algún síntoma. Este cordobés recalca que China ya vivió el SARS y se encuentra muy preparada para situaciones como la que se está dando ahora.

Luis Azona, durante una visita que hizo a Córdoba recientemente.

En vísperas del Año Nuevo Chino, en el que decenas de millones de personas vuelven a sus lugares de origen y se multiplican los desplazamientos, los pasajeros son sometidos a un control de temperatura en los aeropuertos, puertos, estaciones de autobuses y de tren. Carlos apunta que en los aeropuertos se aconseja estar cuatro horas antes y eso lo va a comprobar pronto Luis, porque tiene previsto coger en dos días un vuelo para salir fuera de China.