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Santa Victoria exhibe el arte del imaginero cordobés Martínez Cerrillo

Un recorrido cronológico por décadas descubre la belleza de las tallas. La muestra brinda un solemne reencuentro con las Vírgenes del artista

Santa Victoria exhibe el arte del imaginero cordobés Martínez Cerrillo

En la iglesia del colegio de Santa Victoria se encuentra hasta el próximo 22 de noviembre la exposición llamada Martínez Cerrillo. El imaginero de la Virgen. Con motivo de la coronación pontificia de María Santísima de la Paz y Esperanza, y en homenaje a Juan Martínez Cerrillo, la hermandad de la Paz organiza una recopilación por décadas en orden cronológico, que permite apreciar el arte y devoción del artista cordobés a través de distintas imágenes de la Virgen que talló a lo largo de su trayectoria. La muestra está comisariada por el historiador de Arte y colaborador de Diario CÓRDOBA Francisco Mellado.

Las tallas expuestas son: la Virgen de la Paz y Esperanza de Córdoba, la Virgen de los Dolores de Santa Cruz, los Dolores de Fernán Núñez, la Paz de Lucena, los Afligidos de Montoro, los Dolores de Espejo, las de la Alegría y Esperanza de Bujalance, así como la Salud y Consuelo de la hermandad de la Conversión de Córdoba. Adicionalmente se pueden apreciar cuatro vírgenes que forman parte de la vida del artista y que en alguna ocasión significaron mucho para este, como la primera que realizó y lo llevó a involucrarse más en el arte de la imaginería, que es la que se encuentra en la entrada de la exposición. Es una Virgen que el artista modeló en barro y fue un detalle para su madre. Es muy sentimental e importante porque cuando la realizó aún no se dedicaba a este arte como tal. Esta talla es una réplica de la Inmaculada del Voto, patrona de Bujalance, el pueblo natal del imaginero. A partir de ahí empezaron los encargos para seguir realizando este arte.

En la parte central del recinto se encuentra la Virgen de la Paz. Esta es la Virgen que será coronada canónicamente el próximo año. Está en un lugar destacado ya que es la anfitriona, pero además por ser la imagen que marcó la vida espiritual de este imaginero, a la que él llamaba ‘su niña’. Se encuentra en el convento que él frecuentaba mucho, el de los capuchinos. El historiador Francisco Mellado cuenta que Martínez Cerrillo tuvo durante toda su vida idilio con esta imagen. Le tenía mucho cariño porque durante el tiempo que la estaba ejecutando su madre escogió el nombre. En principio tenía la intención de llamarle la Virgen de la Esperanza, pero su madre le dijo que esa Virgen traería la paz, ya que se encontraban en un periodo de guerra, por lo que el artista decidió llamarle, por consecuente, la Virgen de la Paz y Esperanza. En las manos tiene un ramo de olivo como simbología de paz, y predomina el blanco en su vestimenta con el color oro en sus bordados.

La unción sagrada predomina como patrón en todas las vírgenes, son imágenes que han conectado rápidamente con el pueblo y en donde el fiel se identifica. El artista se hace notar en los rasgos que poseen las tallas, los cuales son muy similares. La profundidad en los ojos, la boca entre abierta, la nariz, pero sobre todo la santidad que reflejan son elementos particulares que utilizó el artista de Bujalance para darle vida a estas vírgenes.

La ambientación de la exposición ofrece un solemne momento para los visitantes, lo que les brinda un momento sagrado de intimidad con estas representaciones de la Virgen.

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