El pasado martes se cumplió el cuarto aniversario de la desaparición de Paco Molina, ocurrida en Córdoba el 2 de julio del 2015, y coincidiendo con esta fecha se anunció que la Policía tiene una pista «bastante contundente y bastante fiable» para resolver el caso, tras la reapertura del mismo hace unos meses por el Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba, al contar la Policía Nacional con nuevos indicios

Molina desapareció después de quedar en un bar para ir al domicilio de unos amigos. Se le vio en la estación de autobuses coger un autobús que se dirigía a Madrid. Y se perdió su pista.

En Córdoba

En Córdoba existen más personas desaparecidas, de las que no se tiene noticias. Uno de los más llamativos es el de Ángeles Zurera, desaparecida en Aguilar el 2 de marzo del 2008. La familia de Ángeles continúa confiando en la justicia ante las nuevas prueba que ha solicitado que se realicen a título privado, como la investigación de dos teléfonos móviles propiedad de la desaparecida, ante el archivo provisional del caso que se produjo el año pasado por parte de la Audiencia Provincial. Además, la familia ha propuesto a la Policía Científica de la Guardia Civil nuevas zonas de búsqueda en la localidad de Aguilar. Ángeles Zurera salió un día de casa sin dinero, sin documentación, sin gafas y sin teléfono, sin que se sepa el rumbo que tomó.

Otro caso es el de Fuensanta Roldán, desaparecida a finales de enero del 2014. La última vez que se la vio llevaba pijama y una bata azul. Quienes la conocen aseguran que siempre la veían arreglada y maquillada, y no solía salir de casa más que a tomar café y a una tienda de alimentación. Por esto apuntan que es muy extraño que la cámara de un hostal próximo a su vivienda la grabase a las cuatro de la madrugada con esa vestimenta. Se buscó por toda la ciudad e incluso por el río, sin resultados.

El mismo año que desapareció Paco Molina, se dejó de tener noticias de Francisco Bonilla, en Cabra. En el momento de su desaparición, el 13 de abril del 2015, contaba con 68 años de edad. La última vez que se le vio se encontraba en su huerto, donde estuvo hablando con dos personas. Hasta el momento no se tienen noticias de Bonilla,

Un año después, en el 2016, desapareció un vecino de Adamuz, el 1 de septiembre. Se trata de Rafael Muriel. Muriel padece esquizofrenia. La última vez que se le vio fue en el hospital de Los Morales, al que lo llevó un taxista, aunque algunos vecinos lo vieron la tarde de su desaparición en su localidad, Adamuz.

Un caso muy singular es la desaparición del niño de Puente Genil Ángelo Jurado, de 10 años, y su padre, Rafael, desaparecidos el pasado 2 de marzo en Bristol (Reino Unido), a los que la policía sigue buscando.

Estadísticas

A pesar de estos casos no es Córdoba una provincia con un alto índice de desaparecidos.

Según el Informe personas desaparecidas 2019, publicado por el Centro Nacional de Desaparecidos (Cndes), del Ministerio del Interior, con los datos estadísticos registrado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las Comunidades Autónomas, a fecha 31 de diciembre del 2018, cada año se denuncian en España entre 20.000 y 30.000 desapariciones de personas, cifras alejadas de las del Reino Unido, que cuenta con 250.000 denuncias.

A fecha 31 de diciembre del 2018 en España había 176.063 denuncias por desapariciones, de las que 12.300 se encontraban en situación de activo, correspondiendo a alto riesgo 271 de ellas. Aunque la mayoría de las veces se resuelve el caso y se conoce la situación y estado en la que se encuentra la persona desaparecida.

Andalucía se encuentra a la cabeza de las comunidades con denuncias de alto riesgo, junto a Cataluña, Canarias y Galicia, mientras que Cádiz y Granada lideran las provincias en las que se han conocido más desapariciones.

Respecto a Córdoba, las denuncias activas por nivel de riesgo alto son tres, mientras que en situación activa limitada se encontraban 232, cantidad que suele corresponder a menores de edad que se han fugado de centros de acogida, regresando al centro un número alto de ellos, sin que los retornos sean notificados a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Respecto a las denuncias activas de menores de edad de alto riesgo, solo existía una, la de Paco Molina.