La intención firme del actual equipo de gobierno de construir un segundo tanatorio municipal en Córdoba (el primero, ubicado en el cementerio de la Fuensanta, se inauguró el 15 de abril del 2004) puso a parte del sector funerario en contra de la idea desde primera hora. El gobierno local ha defendido, por su parte, la idoneidad del proyecto en el cementerio de San Rafael, porque acercaría a la ciudadanía un servicio de primer orden, mientras que sus detractores consideran que el Ayuntamiento quebrantaría las leyes de la libre competencia y sería un fraude de ley.

La primera vez que esta intención se plasmó negro sobre blanco fue en el presupuesto municipal del 2017, y antes de ser aprobado, la empresa Tanatorios de Córdoba presentó alegaciones a las cuentas. Entonces, esta empresa privada pidió la disolución de Cecosam por considerar que de acuerdo a la ley de administraciones locales tendría que haber desaparecido en diciembre de 2015. También argumentaba que el nuevo tanatorio violaría las reglas de la libre y leal competencia y su puesta en marcha tendría serias consecuencias en los ingresos de la empresa. En concreto, el comité de empresa afirma que la puesta en marcha del nuevo tanatorio municipal dejaría sin trabajo al 60% de una plantilla de 80 personas, más un centenar de puestos indirectos.

Esos han sido los principales argumentos que han defendido durante estos dos años en un sinfín de actos de protesta, que han ido desde un cortejo fúnebre por toda la ciudad, hasta la celebración de un funeral a las puertas del Ayuntamiento. También han sido numerosas las veces que el pasado curso político acudieron a los plenos para mostrar su disconformidad con la iniciativa.

Como suele ocurrir, los informes municipales que se han emitido sobre este asunto han dado una de cal y otra de arena al proyecto. La Intervención municipal emitió en marzo de este año un informe en el que sostenía, por un lado, que la puesta en marcha de este servicio no puede comprometer la sostenibilidad de las arcas públicas ni de la propia Cecosam, y por otro, que la aportación de ayudas municipales podría ser incompatible con la concurrencia empresarial. Cecosam, por su parte, ha hecho valer el informe favorable a la construcción emitido por el secretario general del Pleno y el informe previo al inicio del proyecto que hizo la Gerencia de Urbanismo.

Entre los datos estadísticos que incluyó el informe de gestión de la empresa municipal de cementerios relativo al 2017, se cifra en un 81% el porcentaje de actividad de los tanatorios privados en la ciudad, frente al 18,9% del tanatorio del cementerio de la Fuensanta, el único que de momento tiene Cecosam. Es decir, 534 fallecidos fueron velados en esas instalaciones frente a los 2.384 que lo hicieron en la única empresa privada que ofrece este servicio en Córdoba, Tanatorios de Córdoba. En la capital opera, además de la empresa propietaria de los tanatorios del Granadal (el más demandado por su cercanía) y de Las Quemadas, ocho funerarias pequeñas que dan trabajo en torno a medio centenar de personas. Estas empresas más pequeñas solo pueden operar actualmente en las cinco salas del cementerio de la Fuensanta, no así en las 22 que Tanatorios de Córdoba tiene repartidas en sus centros de Las Quemadas y El Granadal (en total en Córdoba hay 27 salas de velatorio).

Según publicó este periódico en enero, el 80% de los ciudadanos dispone de un seguro de decesos, aunque se es libre de elegir tanatorio, lo que demanda la gente en primer lugar es la cercanía. Por eso Cecosam defiende que contar con un tanatorio junto a la avenida de Barcelona «beneficiaría a todos los ciudadanos».