Si alguien piensa que es demasiado mayor para estudiar un máster y que en clase solo va a encontrar jovencitos recién salidos de la Universidad, que se lo quite de la cabeza. La crisis y las mayores exigencias académicas que impone la búsqueda de trabajo en el actual mercado laboral han llenado las aulas en los últimos años de alumnos mayores de 30 y también por encima de los 40 años. Muchos licenciados que se han quedado en paro han optado por ampliar sus opciones cursando un máster, dotándose de un título extra y una formación especializada en algún área. De ahí que la demanda de Posgrado no deje de crecer. Si en el 2011, el número de alumnos de máster en la Universidad de Córdoba rondaba los 1.300, ahora ya se superan los 1.600. Del total, un 10% tiene más de 38 años. En los grados, sin embargo, el porcentaje de cuarentones es del 2%.

En tiempos de paro creciente, los cuarenta, esa edad a la que no hace mucho la mayoría veía superado su tiempo de estudiante, han dejado de ser un periodo de estabilidad laboral y muchos se han animado a buscar vías que le permitan aspirar a un mejor puesto de trabajo. En otros casos, la edad se debe a que los recién graduados se ven obligados a esperar unos años antes de ahorrar el dinero suficiente para afrontar el coste de un máster.

Para mejorar las opciones del alumnado, la oferta de másteres no deja de diversificarse. Y eso que los cursos que más estudiantes reciben son los mismos: El máster en Profesorado de Enseñanza Secundaria tuvo el curso pasado 311 alumnos, el doble que en el 2011, pese a que ese año también fue el más solicitado. El máster en Abogacía, que empezó en el 2013 con solo 38 alumnos, le sigue aunque a bastante distancia, con 136 matriculados. Lo dicho, nunca es tarde.