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REPORTAJE

Acali quiere resurgir para quedarse

La Asociación Cordobesa de Alcohólicos Liberados atraviesa una situación económica límite H Necesita de la solidaridad para poder seguir ayudando a rehabilitarse a más enfermos, tras 36 años siendo un referente andaluz en este tipo de asistencia

Acali quiere resurgir para quedarse

La Asociación Cordobesa de Alcohólicos Liberados (Acali) atraviesa un momento muy delicado después de 36 años de intenso trabajo por la rehabilitación de personas con problemas de alcoholismo. El pasado marzo esta entidad se quedó en estado de quiebra y sus trabajadores decidieron denunciar judicialmente su situación al llevar varios meses sin percibir sus salarios. Guillermo Patilla, que ha sido paciente, monitor y voluntario de Acali, acaba de acceder a la presidencia de esta asociación y lamenta «la situación económica» en la que se encuentra en estos momentos este colectivo y que a sus actuales responsables «les ha venido sobrevenida de etapas anterioresm en las que la gestión no ha sido del todo acertada y que se ha visto agravada a su vez por la llegada de la crisis económica».

Patilla, junto a algunos voluntarios, entre ellos el psicólogo José Antonio Fernández o la médica Consuelo Añón, están intentando sacar a flote de forma altruista esta asociación, «que tanto bien ha hecho durante décadas en Córdoba». Acali ha llegado a registrar en todos estos años más de diez mil historias clínicas de pacientes dependientes del alcohol y también de afectados por otras toxicomanías, con un porcentaje medio de recuperación del 65% en las personas tratadas.

«Acali contaba con una clínica para la recuperación e ingreso de pacientes, entre otros recursos, que funcionaba las 24 horas del día, pero en estos momentos no se puede costear un servicio así», se lamenta su presidente. «De esta asociación surgieron en su día otros colectivos dedicados a la rehabilitación de enfermos con adicción a sustancias o al juego como Arco Iris, Acojer, Hogar Renacer, la Federación Andaluza de Alcohólicos Rehabilitados (FAAR) y muchas asociaciones contra el alcoholismo existentes en localidades cordobesas. Para prestar esta asistencia Acali ha tenido tres locales, todos en la zona de la avenida del Corregidor. Para seguir adelante hemos vendido dos locales. Con lo obtenido hemos pagado algunas deudas y dejamos de pagar esas hipotecas. Nos vamos a quedar solo con el inmueble cedido por la Fundación Cajasur, en el que se encontraba la clínica», expone Guillermo Patilla. «Necesitamos ahora la ayuda de personas con el corazón en la mano, para reconvertir el espacio de la clínica en consultas para la atención médica, psicológica y para acoger las terapias destinadas a pacientes y familiares, ya que la base del éxito de Acali es trabajar de forma asociada, junto con los enfermos y sus familiares, en la reinserción social, psicológica e integral del enfermo alcohólico», destaca el actual presidente de esta asociación.

Toda ayuda es poca

«Un arquitecto nos va a hacer el proyecto de obra de forma gratuita y ahora lo que necesitamos es que alguien se ofrezca para hacer la reforma y dinero para costear los materiales. Con las cuotas de algunos socios y otras ayudas vamos pagando la luz y el agua y hemos abonado lo que se debía de teléfono, que lo tuvimos cortado. Nuestro objetivo es seguir atendiendo a los usuarios que necesitan de ayuda (sin distinguir su condición social o económica) y hacerles saber que en Acali tienen su segundo hogar. Para ello, necesitamos la ayuda de los cordobeses, para que la asociación no desaparezca», destaca el presidente de este colectivo.

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